Aquí ando, comiéndome un bocadillito, que es como uno le llama a lo que se come a media mañana para que no parezca tan comer a deshora, y bebiéndome un quintillo , ídem para que no parezca tan beber; decidiendo que me da positivo el recuento de las cosas y las personas del último año siempre que truque la suma de lo que no y apunte que todo, al final, va más allá y ha servido para algo en la vida. En la mía, al menos.
Qué cosa esta de balanzar que, al final, siempre acabamos balanceando.
dissabte, 29 de desembre del 2012
dimarts, 25 de desembre del 2012
Willy Uribe, el escritor, lleva 15 días en huelga de hambre. No come, pero hace todo lo que aún puede hacer, en casa de Cristina Fallarás, quien, si no han cambiado las cosas en las últimas semanas, está esperando a que la desahucien.
Me he encontrado esta mañana la noticia aquí. Yo sabía que Uribe estaba en huelga por tuits que la Fallarás va colgando cada día, mencionando en cada mensaje a alguien que debería enterarse pero que no sabe o no se llega a manifestar. Lo que yo no sabía aún es que Uribe se había trasladado del local de Sigueleyendo, donde empezó a no comer, a casa de su amiga, y, en saberlo, he pensado: fíjate que Uribe no come por exigir que saquen a alguien de un sitio -pide que indulten a un extoxicómano, como han indultado a yonquis de drogas más caras que se llaman tortura policial- en otro sitio del que pronto todos van a ser sacados. Y me he preguntado si no sería eso demasiadas campanas a tocar para tan pequeño campanar.
Luego he pensado que no: que todos deberíamos estar dando campanazos a lo bestia, que deberíamos estar echando mano desde hace tiempo al badajo gordo. ¿No son tiempos estos más de tocar a fuego -que es un toque mucho más histérico, mucho más de urgencia- que de campanilla y gingle bell?
Y luego he pensado en el campanillero mayor. En todos los diarios en los que no hay noticias de Uribe, Juancarlitos va el primero; en el que sí, Uribe va después. Y viendo esto se me ha ocurrido que últimamente las cabeceras vendrían a ser el coro mayor de cascabeleros, que quiere decir locos y quiere decir sonajeros. El coro que todo el año va de portal gordo en portal gordo, sin ni acercarse al de Belén -que hoy es el de la Fallarás- pidiendo la limosnica, la migaja; haciendo de pobres oficiales de cada casa, como aquellos que pasaban en las fechas señaladas por la de los Sagarra en Mercaders: colla de tullits, enseñando bien las carencias, asustando a los niños ricos obligados por sus padres a mirar y luego a acercarse -horror- a darles dos duros, que era lo mismo que pagarles para que desaparecieran de su vista hasta la cita programada para para un año después.
Uribe no da miedo, lo de Uribe se arregla firmando un papel, pero el campanillero mayor ayer salió por la tele con el culo encima de los papeles a firmar.
Señalaba para otro lado, el campanillero mayor. Apuntaba a la 'gran España' con un dedo de una mano mientras cruzaba los de la otra para que no lo viéramos a él. Va, corifeos, decía, tras este primer hopperiano plano, que dice 'el Rey está triste, ¿que tendrá el Rey?', sigan centrándose en los portales gordos y no en los de Belén; voy a decirles qué nos tiene que preocupar y con qué nos tenemos que esperanzar, y ni una cosa ni la otra, es Willy Uribe, ni una cosa ni la otra es la Fallarás; céntrense en la fuerza de unos y no en la que están perdiendo otros a base de hacer las maletas, a base de no comer.
Y no dijo desesperación, dijo preocupación; y no dijo realismo, dijo pesimismo como cosa mala; y dio así todos los tonos a tocar; dio así los dos duros que los mandarán, hasta el año que viene, con los villancicos a otra parte. Y también dijo que, hasta entonces, (y creo que esto era una orden) feliz Navidad.
Me he encontrado esta mañana la noticia aquí. Yo sabía que Uribe estaba en huelga por tuits que la Fallarás va colgando cada día, mencionando en cada mensaje a alguien que debería enterarse pero que no sabe o no se llega a manifestar. Lo que yo no sabía aún es que Uribe se había trasladado del local de Sigueleyendo, donde empezó a no comer, a casa de su amiga, y, en saberlo, he pensado: fíjate que Uribe no come por exigir que saquen a alguien de un sitio -pide que indulten a un extoxicómano, como han indultado a yonquis de drogas más caras que se llaman tortura policial- en otro sitio del que pronto todos van a ser sacados. Y me he preguntado si no sería eso demasiadas campanas a tocar para tan pequeño campanar.
Luego he pensado que no: que todos deberíamos estar dando campanazos a lo bestia, que deberíamos estar echando mano desde hace tiempo al badajo gordo. ¿No son tiempos estos más de tocar a fuego -que es un toque mucho más histérico, mucho más de urgencia- que de campanilla y gingle bell?
Y luego he pensado en el campanillero mayor. En todos los diarios en los que no hay noticias de Uribe, Juancarlitos va el primero; en el que sí, Uribe va después. Y viendo esto se me ha ocurrido que últimamente las cabeceras vendrían a ser el coro mayor de cascabeleros, que quiere decir locos y quiere decir sonajeros. El coro que todo el año va de portal gordo en portal gordo, sin ni acercarse al de Belén -que hoy es el de la Fallarás- pidiendo la limosnica, la migaja; haciendo de pobres oficiales de cada casa, como aquellos que pasaban en las fechas señaladas por la de los Sagarra en Mercaders: colla de tullits, enseñando bien las carencias, asustando a los niños ricos obligados por sus padres a mirar y luego a acercarse -horror- a darles dos duros, que era lo mismo que pagarles para que desaparecieran de su vista hasta la cita programada para para un año después.
Uribe no da miedo, lo de Uribe se arregla firmando un papel, pero el campanillero mayor ayer salió por la tele con el culo encima de los papeles a firmar.
Señalaba para otro lado, el campanillero mayor. Apuntaba a la 'gran España' con un dedo de una mano mientras cruzaba los de la otra para que no lo viéramos a él. Va, corifeos, decía, tras este primer hopperiano plano, que dice 'el Rey está triste, ¿que tendrá el Rey?', sigan centrándose en los portales gordos y no en los de Belén; voy a decirles qué nos tiene que preocupar y con qué nos tenemos que esperanzar, y ni una cosa ni la otra, es Willy Uribe, ni una cosa ni la otra es la Fallarás; céntrense en la fuerza de unos y no en la que están perdiendo otros a base de hacer las maletas, a base de no comer.
Y no dijo desesperación, dijo preocupación; y no dijo realismo, dijo pesimismo como cosa mala; y dio así todos los tonos a tocar; dio así los dos duros que los mandarán, hasta el año que viene, con los villancicos a otra parte. Y también dijo que, hasta entonces, (y creo que esto era una orden) feliz Navidad.
dimarts, 18 de desembre del 2012
Ahora voy a hacer un post femeninamente nada popular, creo.
El otro día mi nombre aparecía entre otros de otras en un artículo en el cual se denunciaba a una revista online por no tener a mujeres (o casi no tenerlas) en su plantilla; que, incluso, denunciaba también, no abundaban las mujeres tampoco entre los protagonistas de sus contenidos (entrevistas y demás).
Bueno. Gracias por la parte que me toca. La periodista que lo firmaba consideraba que servidora era digna, estaba al nivel, por lo que fuera, de tener un hueco en dicha publicación, y eso halaga un montón, claro, porque la publicación en cuestión me gusta; además me ponía entre nombres de personas a las que admiro. Que encantada, vamos.
Pero es que, no puedo evitarlo, cada vez que se escribe una cosa así, pienso en aquel mail que nos llegaba a la tele de vez en cuando, tras un programa maravilloso sobre tal o cual cosa, con el plató lleno de invitados expertísimos en el tema, para hacernos denotar una única cosa: que en el plató había más señores que señoras. Mail reclamante de paridad sexual enviado por alguien quien, precisamente por su condición de señora, había sido incapaz de mirar y aprender sin verse interrumpida por la pulsión de contar cabecitas de señores y cabecitas de señoras, y escandalizarse porque no le cuadraban los números.
Yo, llámenme ingenua, soy de pensar que si en un sitio no quieren mi trabajo, es porque consideran que mi trabajo no es lo suficientemente bueno. Punto. Igual me equivoco y resulta que no, que lo que pasa es que estoy empeñada en hacer cosas de tío y no soy un tío; que ni siquiera soy capaz de ver esta discriminación y por eso me empecino, erre que erre, en seguir por ahí; que lo que pasa es que me falta conciencia de género en un mundo en el que hay mucha conciencia de género subliminal; que simplemente por llamarme Isabel y no Antonio, ya me están cerrando puertas sin ni siquiera mirar lo que hago. Si esto fuera así, ¿me voy a poner a luchar contra ello? Ostras, pues no; bastante tengo con luchar contra el tiempo, que no me llega, para poder leerme todos los libros y aún no libros que tengo que leerme a la semana; para escribir todas páginas que tengo que escribir a la semana sin dejar de quedar con mis amigos, llamar a mi madre, dormir alguna que otra siesta y, encima, alimentarme bien. ¿Se imaginan que por mi cualidad de mujer, encima, tuviera hijos? Pues yo no voy a imaginármelo, disculpen, soy así de egoísta y así de poco empática con las que sí los tienen.
Disculpen pero no voy a denunciar nada ni voy a ponerme a llamar la atención sobre mi género, me falta conciencia de grupo, de sexo, de lo que sea que pueda uno tener conciencia.
¿He sido ya lo suficientemente antipática? Igual diciendo esta perogrullada que voy a decir ahora lo arreglo un poco: Señores de jotdown, señores de Les Males Herbes, señores de L'hora del lector y de todas las publicaciones, programas de radio, televisión, señores elaboradores de cánones literarios, de libros de historia, de anuarios de grandes hitos de la humanidad: si son ustedes de los que aún se fijan en si la persona susceptible de figurar es hombre o mujer antes que en su obra, son ustedes unos ignorantes y hacen mal su trabajo.
Pero bueno, me da igual, es cosa suya. Yo, ahora, si me disculpan, voy a seguir intentando hacer bien el mío. (Y que sepan que odiaría enterarme de que, si un día me llaman para figurar en cualquier lado, la conversación que ha dado pie a la llamada hubiera empezado así: "Hey, tenemos que meter a alguna tía, que nunca lo hacemos y luego se quejan".)
El otro día mi nombre aparecía entre otros de otras en un artículo en el cual se denunciaba a una revista online por no tener a mujeres (o casi no tenerlas) en su plantilla; que, incluso, denunciaba también, no abundaban las mujeres tampoco entre los protagonistas de sus contenidos (entrevistas y demás).
Bueno. Gracias por la parte que me toca. La periodista que lo firmaba consideraba que servidora era digna, estaba al nivel, por lo que fuera, de tener un hueco en dicha publicación, y eso halaga un montón, claro, porque la publicación en cuestión me gusta; además me ponía entre nombres de personas a las que admiro. Que encantada, vamos.
Pero es que, no puedo evitarlo, cada vez que se escribe una cosa así, pienso en aquel mail que nos llegaba a la tele de vez en cuando, tras un programa maravilloso sobre tal o cual cosa, con el plató lleno de invitados expertísimos en el tema, para hacernos denotar una única cosa: que en el plató había más señores que señoras. Mail reclamante de paridad sexual enviado por alguien quien, precisamente por su condición de señora, había sido incapaz de mirar y aprender sin verse interrumpida por la pulsión de contar cabecitas de señores y cabecitas de señoras, y escandalizarse porque no le cuadraban los números.
Yo, llámenme ingenua, soy de pensar que si en un sitio no quieren mi trabajo, es porque consideran que mi trabajo no es lo suficientemente bueno. Punto. Igual me equivoco y resulta que no, que lo que pasa es que estoy empeñada en hacer cosas de tío y no soy un tío; que ni siquiera soy capaz de ver esta discriminación y por eso me empecino, erre que erre, en seguir por ahí; que lo que pasa es que me falta conciencia de género en un mundo en el que hay mucha conciencia de género subliminal; que simplemente por llamarme Isabel y no Antonio, ya me están cerrando puertas sin ni siquiera mirar lo que hago. Si esto fuera así, ¿me voy a poner a luchar contra ello? Ostras, pues no; bastante tengo con luchar contra el tiempo, que no me llega, para poder leerme todos los libros y aún no libros que tengo que leerme a la semana; para escribir todas páginas que tengo que escribir a la semana sin dejar de quedar con mis amigos, llamar a mi madre, dormir alguna que otra siesta y, encima, alimentarme bien. ¿Se imaginan que por mi cualidad de mujer, encima, tuviera hijos? Pues yo no voy a imaginármelo, disculpen, soy así de egoísta y así de poco empática con las que sí los tienen.
Disculpen pero no voy a denunciar nada ni voy a ponerme a llamar la atención sobre mi género, me falta conciencia de grupo, de sexo, de lo que sea que pueda uno tener conciencia.
¿He sido ya lo suficientemente antipática? Igual diciendo esta perogrullada que voy a decir ahora lo arreglo un poco: Señores de jotdown, señores de Les Males Herbes, señores de L'hora del lector y de todas las publicaciones, programas de radio, televisión, señores elaboradores de cánones literarios, de libros de historia, de anuarios de grandes hitos de la humanidad: si son ustedes de los que aún se fijan en si la persona susceptible de figurar es hombre o mujer antes que en su obra, son ustedes unos ignorantes y hacen mal su trabajo.
Pero bueno, me da igual, es cosa suya. Yo, ahora, si me disculpan, voy a seguir intentando hacer bien el mío. (Y que sepan que odiaría enterarme de que, si un día me llaman para figurar en cualquier lado, la conversación que ha dado pie a la llamada hubiera empezado así: "Hey, tenemos que meter a alguna tía, que nunca lo hacemos y luego se quejan".)
dissabte, 15 de desembre del 2012
divendres, 14 de desembre del 2012
Ayer, Xavier Montanyà le hacía a Wert un psicoanálisis de baratillo en Vilaweb que venía a decir que el ministro era como era porque su padre se inventaba las historias de tiros que se inventaba, que vendría a ser como decir que, si el hijo de Walt Disney estaba como una cabra era porque su padre se inventó que los elefantes bailaban en tutú y los ratones hablaban.
La gente, tan necesitados estamos de decir que Wert es malo malísimo como si no lo dijera ya él cada día, jaleó el artículo sin tener en cuenta que lo que el padre de Wert hacía era ficción; una ficción consumida por miles de lectores en una época en la que poca opción de ficción había, y construída por unos cuantos autores que se dejaban el tiempo, el sueño y hasta la dignidad laboral en vivir de la literatura cuando prácticamente nadie podía hacerlo.
Ayer, Montanyà, queriendo cargarse a Wert, que es lo que se lleva ahora, se cargó todo un género; tachó de esquizofrénicos a los integrantes de toda una generación de autores, de cineastas, y, de paso, a toda una generación (o varias) de lectores, de telespectadores de domingo por la tarde.
Ayer, Montanyà, hizo de censor de brocha gorda: dijo que la ficción literaria podría llevar a la maldad de quien estuviera en contacto con ella, y se quedó tan ancho. No investigó más allá. No pensó que alguno de aquellos autores aún podía leerlo. No pensó en Curtis Garland, por ejemplo, el contacto con el cual a lo único que te lleva es a quedarte con una sonrisa en la cara durante el resto del día. No pensó en Silver Kane tampoco, el hijo del cual -Enric González- debe de parecerse a Wert como un huevo a una castaña.
Le dio igual. Creyó encontrar la veta y la vendió al primer golpe de pico, sin molestarse en cavar más allá; escupió lo que él creyó que a la gente le gustaría leer en ese momento. Y la gente, tan necesitados de villanos andamos, venga a jalearlo y a darle al retuit.
La gente, tan necesitados estamos de decir que Wert es malo malísimo como si no lo dijera ya él cada día, jaleó el artículo sin tener en cuenta que lo que el padre de Wert hacía era ficción; una ficción consumida por miles de lectores en una época en la que poca opción de ficción había, y construída por unos cuantos autores que se dejaban el tiempo, el sueño y hasta la dignidad laboral en vivir de la literatura cuando prácticamente nadie podía hacerlo.
Ayer, Montanyà, queriendo cargarse a Wert, que es lo que se lleva ahora, se cargó todo un género; tachó de esquizofrénicos a los integrantes de toda una generación de autores, de cineastas, y, de paso, a toda una generación (o varias) de lectores, de telespectadores de domingo por la tarde.
Ayer, Montanyà, hizo de censor de brocha gorda: dijo que la ficción literaria podría llevar a la maldad de quien estuviera en contacto con ella, y se quedó tan ancho. No investigó más allá. No pensó que alguno de aquellos autores aún podía leerlo. No pensó en Curtis Garland, por ejemplo, el contacto con el cual a lo único que te lleva es a quedarte con una sonrisa en la cara durante el resto del día. No pensó en Silver Kane tampoco, el hijo del cual -Enric González- debe de parecerse a Wert como un huevo a una castaña.
Le dio igual. Creyó encontrar la veta y la vendió al primer golpe de pico, sin molestarse en cavar más allá; escupió lo que él creyó que a la gente le gustaría leer en ese momento. Y la gente, tan necesitados de villanos andamos, venga a jalearlo y a darle al retuit.
dissabte, 8 de desembre del 2012
Hostia, con el convencer. Estoy negra.
Estos últimos días, ya lo saben, estoy abonada a la web de la FAES. ¿Saben a qué se dedican? A esto:
-Generar Ideas
-Difundir Ideas
-Formación
-Crear Redes
Lo dicen aquí. Luego, una vez han generado las ideas y las han difundido, cuentan con el aparato ejecutivo, que no es otro que el PP, ¿para qué? Para convencer a la gente de que esas ideas que han generado son exactamente lo que querían aunque ellos no lo supieran. La necesidad se transforma en voto y ellos ganan las elecciones.
Un ejemplo: me hacen una propuesta de convivencia. Mi respuesta es no. ¿Se imaginan que quien la proponía hubiera empezado en ese momento a desplegar todo un argumentario trabajadísimo destinado a convencerme de que la convivencia, aunque yo no lo supiera aún, era lo que más me convenía y, por lo tanto, lo que más deseaba en mi fuero interno? Podría haber empezado, como primera imagen de Powerpoint, con una fotografía de mi lavadora, por ejemplo, con una frase debajo de la imagen que dijera '¿cuánto le debe de quedar de vida?', que me hiciera pensar en el ruido infame que mete el trasto cada vez que se pone a centrifugar; podría seguir a esta primera página, otra en la que se viera una tabla de precios de lavadoras de distintas marcas y capacidades, y al final de la tabla el resultado de la media aritmética de dichos precios: unos 350 euros, por ejemplo. Después otro gráfico con la evolución (a la baja) de mi cuenta corriente. Siguiente página: una tabla de mis gastos más que probables en los seis meses venideros, en la que se contemplara el alquiler, la lavadora nueva, las facturas del agua y de la luz (teniendo en cuenta que es invierno, hace frío y el radiador va que se las pela estos días). Y siguiente página: la misma tabla contemplando los mismos gastos pero pagados a pachas, o sea, contemplando la mitad de gastos compartidos, o los mismos pero a pagar con el doble de ingresos.
Imaginen que en ese momento yo, rápidamente, saco un portátil de debajo del colchón con mi powerpoint de respuesta. Le digo que está manipulando los datos para convencerme: que el cambio de lavadora me supondría la mitad de gasto, sí, pero que a partir del momento en el que él se instalara en mi casa, tendríamos que poner el doble de lavadoras, nos ducharíamos el doble de veces y siempre habría más rato, entre dos, de estar en casa alguno, con lo cual, el radiador andaría enchufado más horas. Y la luz, porque a parte de para ver, habría el doble de ordenadores en casa, por ejemplo.
Imaginen que él me responde con otro powerpoint en el que estuviera reflejado clarísimamente y con coloringos que los gastos no se duplicarían exactamente porque estaríamos horas juntos en casa con la calefacción compartida, probablemente nos ducháramos juntos alguna vez y que los diez minutos de placa de cocina encendida que utilizo yo para hacerme unos espaguetis, serían los mismos diez minutos que utilizaríamos para hacer espaguetis para dos.
Si después de todo este despliegue de argumentos y contraargumentos decidiéramos que ha llegado el momento del referendum, pusiéramos una urna encima de la mesita del salón y proporcionáramos al Koldo y a la Kika (los gatos) sendas papeletas en las que tuvieran que marcar la casilla del SÍ o del NO como respuesta a la pregunta '¿Desea usted que este piso de Carretes cuente con un inquilino más sin dejar de ser parte de la comunidad del número 31 de la calle?', ya les digo yo que no pensarían ni por un momento en la diferencia que hay entre que servidora se gaste 175 o 350 euros en la lavadora nueva, ya les digo yo que nos encontraríamos con dos papeletas con sendos SÍ bien marcados que justificarían el gasto del think tank de turno que hubiera pagado el ordenador, el paquete Office comprado para la elaboración del powerpoint, el grupo de expertos analistas del mercado de la lavadora nacional y las horas en la elaboración de todo el estudio realizado por quien, desde el principio, defendía el SÍ en dicho referendum.
Ahora, también les digo que si les preguntáramos después al Koldo y a la Kika qué les había movido a votar SÍ, no responderían ni la lavadora ni la luz ni la progresión del precio de los alquileres en el mercado inmobiliario: 'Dos personas en vez de una: Más calorcito humano y más probabilidades de que haya alguien en casa cuando se acabe el pienso del plato', sería la respuesta seguramente.
¿Estaba eso en el estudio? No. Igual que no estaba en el estudio la voluntad real de las personas implicadas en todo este asunto.
Así que ahí lo tienen: humo; venden humo para salirse con la suya, los políticos. Puritica inflación de estadistas mamando de subvenciones es lo que tenemos. No hay más.
Estos últimos días, ya lo saben, estoy abonada a la web de la FAES. ¿Saben a qué se dedican? A esto:
-Generar Ideas
-Difundir Ideas
-Formación
-Crear Redes
Lo dicen aquí. Luego, una vez han generado las ideas y las han difundido, cuentan con el aparato ejecutivo, que no es otro que el PP, ¿para qué? Para convencer a la gente de que esas ideas que han generado son exactamente lo que querían aunque ellos no lo supieran. La necesidad se transforma en voto y ellos ganan las elecciones.
Un ejemplo: me hacen una propuesta de convivencia. Mi respuesta es no. ¿Se imaginan que quien la proponía hubiera empezado en ese momento a desplegar todo un argumentario trabajadísimo destinado a convencerme de que la convivencia, aunque yo no lo supiera aún, era lo que más me convenía y, por lo tanto, lo que más deseaba en mi fuero interno? Podría haber empezado, como primera imagen de Powerpoint, con una fotografía de mi lavadora, por ejemplo, con una frase debajo de la imagen que dijera '¿cuánto le debe de quedar de vida?', que me hiciera pensar en el ruido infame que mete el trasto cada vez que se pone a centrifugar; podría seguir a esta primera página, otra en la que se viera una tabla de precios de lavadoras de distintas marcas y capacidades, y al final de la tabla el resultado de la media aritmética de dichos precios: unos 350 euros, por ejemplo. Después otro gráfico con la evolución (a la baja) de mi cuenta corriente. Siguiente página: una tabla de mis gastos más que probables en los seis meses venideros, en la que se contemplara el alquiler, la lavadora nueva, las facturas del agua y de la luz (teniendo en cuenta que es invierno, hace frío y el radiador va que se las pela estos días). Y siguiente página: la misma tabla contemplando los mismos gastos pero pagados a pachas, o sea, contemplando la mitad de gastos compartidos, o los mismos pero a pagar con el doble de ingresos.
Imaginen que en ese momento yo, rápidamente, saco un portátil de debajo del colchón con mi powerpoint de respuesta. Le digo que está manipulando los datos para convencerme: que el cambio de lavadora me supondría la mitad de gasto, sí, pero que a partir del momento en el que él se instalara en mi casa, tendríamos que poner el doble de lavadoras, nos ducharíamos el doble de veces y siempre habría más rato, entre dos, de estar en casa alguno, con lo cual, el radiador andaría enchufado más horas. Y la luz, porque a parte de para ver, habría el doble de ordenadores en casa, por ejemplo.
Imaginen que él me responde con otro powerpoint en el que estuviera reflejado clarísimamente y con coloringos que los gastos no se duplicarían exactamente porque estaríamos horas juntos en casa con la calefacción compartida, probablemente nos ducháramos juntos alguna vez y que los diez minutos de placa de cocina encendida que utilizo yo para hacerme unos espaguetis, serían los mismos diez minutos que utilizaríamos para hacer espaguetis para dos.
Si después de todo este despliegue de argumentos y contraargumentos decidiéramos que ha llegado el momento del referendum, pusiéramos una urna encima de la mesita del salón y proporcionáramos al Koldo y a la Kika (los gatos) sendas papeletas en las que tuvieran que marcar la casilla del SÍ o del NO como respuesta a la pregunta '¿Desea usted que este piso de Carretes cuente con un inquilino más sin dejar de ser parte de la comunidad del número 31 de la calle?', ya les digo yo que no pensarían ni por un momento en la diferencia que hay entre que servidora se gaste 175 o 350 euros en la lavadora nueva, ya les digo yo que nos encontraríamos con dos papeletas con sendos SÍ bien marcados que justificarían el gasto del think tank de turno que hubiera pagado el ordenador, el paquete Office comprado para la elaboración del powerpoint, el grupo de expertos analistas del mercado de la lavadora nacional y las horas en la elaboración de todo el estudio realizado por quien, desde el principio, defendía el SÍ en dicho referendum.
Ahora, también les digo que si les preguntáramos después al Koldo y a la Kika qué les había movido a votar SÍ, no responderían ni la lavadora ni la luz ni la progresión del precio de los alquileres en el mercado inmobiliario: 'Dos personas en vez de una: Más calorcito humano y más probabilidades de que haya alguien en casa cuando se acabe el pienso del plato', sería la respuesta seguramente.
¿Estaba eso en el estudio? No. Igual que no estaba en el estudio la voluntad real de las personas implicadas en todo este asunto.
Así que ahí lo tienen: humo; venden humo para salirse con la suya, los políticos. Puritica inflación de estadistas mamando de subvenciones es lo que tenemos. No hay más.
divendres, 7 de desembre del 2012
Me ha dado por leer discuros de Wert. Esto que voy a copiar es de otro, más reciente que el de ayer, en la FAES también. (pág. 19 de aquí):
... lo cierto es que las élites políticas nacionalistas han conseguido arrastrar a grupos
más amplios de la ciudadanía a considerar como parte integrante
de la agenda de las respectivas sociedades políticas
lo que en el País Vasco se ha codificado como el “derecho a
decidir” y en Cataluña se ha etiquetado de “soberanismo” y
que en ambos casos implica la proclamación del derecho a decidir
la secesión respecto de España.
Lo malo es que desde que ayer leí esto en la pág. 4 de este otro discurso de 2010 que les citaba en la entrada anterior,:
La sociedad en cuanto tal propiamente no demanda reformas (en el sentido
fuerte de la expresión, es decir como algo articulado y coherente). No es su
papel. La definición de una agenda reformista es una cuestión de liderazgo .
(...)
Pero ello no exime la necesidad de buscar el alineamiento social necesario para
emprender la senda reformista, puesto que las reformas en la mayor parte de
las ocasiones tienen que contar con la cooperación de la sociedad para ser
posibles y eficaces.
creo que tengo cada vez más clara la visión que el PP tiene de la sociedad, que no se diferencia demasiado de la que tiene ERC cuando habla de convencer a la parte de la sociedad que parece no convencida para que vote sí en la consulta vinculante que será el referendum. Parten de la base de que o no queremos nada o no sabemos qué queremos, así que primero juegan a convencernos y luego nos consultan para ver si lo han conseguido.
En fin, que somos tontitos. Pero, por lo visto, nos necesitan.
... lo cierto es que las élites políticas nacionalistas han conseguido arrastrar a grupos
más amplios de la ciudadanía a considerar como parte integrante
de la agenda de las respectivas sociedades políticas
lo que en el País Vasco se ha codificado como el “derecho a
decidir” y en Cataluña se ha etiquetado de “soberanismo” y
que en ambos casos implica la proclamación del derecho a decidir
la secesión respecto de España.
Lo malo es que desde que ayer leí esto en la pág. 4 de este otro discurso de 2010 que les citaba en la entrada anterior,:
La sociedad en cuanto tal propiamente no demanda reformas (en el sentido
fuerte de la expresión, es decir como algo articulado y coherente). No es su
papel. La definición de una agenda reformista es una cuestión de liderazgo .
(...)
Pero ello no exime la necesidad de buscar el alineamiento social necesario para
emprender la senda reformista, puesto que las reformas en la mayor parte de
las ocasiones tienen que contar con la cooperación de la sociedad para ser
posibles y eficaces.
creo que tengo cada vez más clara la visión que el PP tiene de la sociedad, que no se diferencia demasiado de la que tiene ERC cuando habla de convencer a la parte de la sociedad que parece no convencida para que vote sí en la consulta vinculante que será el referendum. Parten de la base de que o no queremos nada o no sabemos qué queremos, así que primero juegan a convencernos y luego nos consultan para ver si lo han conseguido.
En fin, que somos tontitos. Pero, por lo visto, nos necesitan.
dimecres, 5 de desembre del 2012
Wert, en su discurso sobre las reformas en educación, de hace dos años, en la FAES, empieza diciendo que es un líder:
La sociedad en cuanto tal propiamente no demanda reformas (en el sentido
fuerte de la expresión, es decir como algo articulado y coherente). No es su
papel. La definición de una agenda reformista es una cuestión de liderazgo .
Continúa diciendo esto otro:
... no es un tema menor el del restablecimiento de
una visión positiva de la identidad nacional. Lo sucedido en las últimas
semanas nos muestra que hay una demanda implícita de recuperación de ese
orgullo de pertenencia.
Y acaba con un dibujico:
Es muy de la broma Wert.
La sociedad en cuanto tal propiamente no demanda reformas (en el sentido
fuerte de la expresión, es decir como algo articulado y coherente). No es su
papel. La definición de una agenda reformista es una cuestión de liderazgo .
Continúa diciendo esto otro:
... no es un tema menor el del restablecimiento de
una visión positiva de la identidad nacional. Lo sucedido en las últimas
semanas nos muestra que hay una demanda implícita de recuperación de ese
orgullo de pertenencia.
Y acaba con un dibujico:
Es muy de la broma Wert.
"Joselito, ¿tú todo lo mides en kilos?", le preguntaba Raphael al pequeño ruiseñor ante la atónita mirada de Inés Ballester, que hacía de presentadora, en un momento del programa homenaje que hace años reunió a los dos cantantes en Canal 9. Joselito no respondía pero ni falta que hacía: ¿en qué iba a medir la vida alguien que siempre había sido medido en kilos? Porque Joselito siempre había ido al peso, al poco peso, tanto es así que parece que hubo un día en el dijo stop y paró de crecer: hubiera sido muy raro que no le cambiara la voz pero sí le cambiara el cuerpo, casi tan raro como fue que no le cambiara el cuerpo pero sí la voz. Joselitó se empeñó en aferrarse al valor extra de ser pequeño, al de pesar poco. Eso acabó haciendo monstruoso a Joselito; monstruoso de monstruo de los que dan pena, que es el mismo tipo de monstruosidad que lucen las poetas que van de marginadas cuando ya no queda marginación y solo debería quedar poesía; el mismo que luce el grupo de judíos que eligen vivir bajo la sombra de la llegada de un tren que ya hace décadas ha dejado de circular.
Ayer volvieron a preguntarme por lo de la reticencia de la gente a recomendarme grandes obras de la literatura catalana. La respuesta es Joselito, son los judíos, son las poetas feministas; es el toma un gramito, cuando lo que estoy pidiendo es un quintal. Hasta que no nos creamos que el catalán pesa toneladas, el catalán no será más que la papelina que se nos cae del bolsillo cuando vamos borrachos al váter a mear, la que nos da la excusa para publicar un Pla lleno de erratas, la que pensamos que cualquier Wert nos puede robar. Hasta en eso nos gana Joselito, que, por lo menos, contaba los gramitos de mil en mil.
Ayer volvieron a preguntarme por lo de la reticencia de la gente a recomendarme grandes obras de la literatura catalana. La respuesta es Joselito, son los judíos, son las poetas feministas; es el toma un gramito, cuando lo que estoy pidiendo es un quintal. Hasta que no nos creamos que el catalán pesa toneladas, el catalán no será más que la papelina que se nos cae del bolsillo cuando vamos borrachos al váter a mear, la que nos da la excusa para publicar un Pla lleno de erratas, la que pensamos que cualquier Wert nos puede robar. Hasta en eso nos gana Joselito, que, por lo menos, contaba los gramitos de mil en mil.
dimarts, 4 de desembre del 2012
Lo desconcertante del jueguecito es que los jugadores van a tiempos diferentes. A mí ahora lo que me preocupa es la cosa de ansiedad pseudo infantil que últimamente parece haberse apoderado de los independentistas, por Dios, si estaban manejando fechas de lo que era pasado mañana mismo, que ahora ya es antes de ayer (ERC dijo que si les dieran la mayoría absoluta, proclamaban la independencia el mismo día 25 por la noche). Y claro, ahora sale el otro bando, Wert a la cabeza, haciendo una apuesta españolista de futuro que hace quedar a la plana mayor de ERC como una panda de tontuelos hiperexcitados.
La apuesta de Wert.
No sé si nadie se ha fijado o no se ha querido fijar pero Wert cuenta con que Catalunya seguirá siendo España en el momento en que se apruebe, si se aprueba, el proyecto de ley que barre el catalán de la lista de troncales y específicas; en ese momento y durante todos los años siguientes. Y también cuenta con que dentro de una generación, cuando los chavales que empezaron la escolarización en el seno de dicha ley ya estén educados con todas sus eñes y sin sombra de pronom feble, no sólo seguirá siéndolo también, sino que ya nadie se acordará ni de cómo sonaba aquello que hablaban sus padres, aquellos ilusos que por un momento creyeron que estaban a punto de conseguir yo qué sé qué simplemente porque salieron a la calle a patearse alguna manifestación convocada en pos del pacto fiscal y acabaron gritando a favor de la independencia.
Wert no está respondiendo ni atacando a la parte de la sociedad Catalana que quiere la independencia ya, Wert está siguiendo inperturbable su propia estrategia porque Wert está jugando con un tablero mucho más grande. Diría más aún: Wert tiene un tablero mientras Catalunya acaba de empezar a tener la ilusión idiota de que puede construirse otro de solo un par de casillas: Salida y llegada. Eso es lo que nos han intentado vender con tanto optimismo de prisas y rifas baratas.
Lo único que nos queda aquí es coger la silla, arrimarla a la mesa de Wert, pensar una estrategia sin atajos y sobre todo no dejarnos robar las fichas.
¿Que les roban el catalán, que para ellos no es más que una ficha igual que lo eran los muertos por bombas-lapa, a nuestros hijos? Nuestra estrategia no puede ser entonces salir a la calle un día a protestar, sino atrincherarnos, amotinarnos hasta tener la seguridad de que nuestros hijos, ya adultos, no hayan olvidado el catalán.
Esto es así y esto va para largo. Así que paren; paren de decirles a pobres abuelos de ochenta años que ellos sí que lo verán porque claro que no lo verán, ni nosotros lo veremos, igual; nos tendría que dar por tirar por la vía no amistosa pero ni para eso tenemos medios aquí ahora. Wert en cambio sí que los tiene, ¿ven?, ni en esos términos estaríamos jugando a lo mismo.
La apuesta de Wert.
No sé si nadie se ha fijado o no se ha querido fijar pero Wert cuenta con que Catalunya seguirá siendo España en el momento en que se apruebe, si se aprueba, el proyecto de ley que barre el catalán de la lista de troncales y específicas; en ese momento y durante todos los años siguientes. Y también cuenta con que dentro de una generación, cuando los chavales que empezaron la escolarización en el seno de dicha ley ya estén educados con todas sus eñes y sin sombra de pronom feble, no sólo seguirá siéndolo también, sino que ya nadie se acordará ni de cómo sonaba aquello que hablaban sus padres, aquellos ilusos que por un momento creyeron que estaban a punto de conseguir yo qué sé qué simplemente porque salieron a la calle a patearse alguna manifestación convocada en pos del pacto fiscal y acabaron gritando a favor de la independencia.
Wert no está respondiendo ni atacando a la parte de la sociedad Catalana que quiere la independencia ya, Wert está siguiendo inperturbable su propia estrategia porque Wert está jugando con un tablero mucho más grande. Diría más aún: Wert tiene un tablero mientras Catalunya acaba de empezar a tener la ilusión idiota de que puede construirse otro de solo un par de casillas: Salida y llegada. Eso es lo que nos han intentado vender con tanto optimismo de prisas y rifas baratas.
Lo único que nos queda aquí es coger la silla, arrimarla a la mesa de Wert, pensar una estrategia sin atajos y sobre todo no dejarnos robar las fichas.
¿Que les roban el catalán, que para ellos no es más que una ficha igual que lo eran los muertos por bombas-lapa, a nuestros hijos? Nuestra estrategia no puede ser entonces salir a la calle un día a protestar, sino atrincherarnos, amotinarnos hasta tener la seguridad de que nuestros hijos, ya adultos, no hayan olvidado el catalán.
Esto es así y esto va para largo. Así que paren; paren de decirles a pobres abuelos de ochenta años que ellos sí que lo verán porque claro que no lo verán, ni nosotros lo veremos, igual; nos tendría que dar por tirar por la vía no amistosa pero ni para eso tenemos medios aquí ahora. Wert en cambio sí que los tiene, ¿ven?, ni en esos términos estaríamos jugando a lo mismo.
dimecres, 28 de novembre del 2012
Colomo es bueno no, lo siguiente.
Y los Polipoètics... pues eso, lo mismo.
Y ayer estaban los dos (o tres) actuando, uno en Robadors, 23, y el otro (los otros) en La Seca.
Casi gratis; solo había que mojarse un poco para llegar hasta allá.
Creo que no hay nada mejor que alguien feliz en un escenario.
Bueno, sí: Estar viendo a alguien feliz en un escenario.
Y los Polipoètics... pues eso, lo mismo.
Y ayer estaban los dos (o tres) actuando, uno en Robadors, 23, y el otro (los otros) en La Seca.
Casi gratis; solo había que mojarse un poco para llegar hasta allá.
Creo que no hay nada mejor que alguien feliz en un escenario.
Bueno, sí: Estar viendo a alguien feliz en un escenario.
dimarts, 27 de novembre del 2012
Puestos a ver las elecciones del domingo pasado como el referendum que no fueron, yo me pongo también a buscar un consuelo para tontos y voy a quedarme con la reacción de la izquierda. El PSC no bajó tanto como se pensaba que iba a bajar, ERC subió como la espuma y entraron las CUP. Iniciativa siguió en su línea, a cada elección se demuestra que la gente, aunque ellos mismos vayan a pie, no acaba de creerse al líder en bicicleta.
Menos mal. Solo faltaba que la derechona, empleando sus métodos de siempre, hubiera vuelto a ganar en tiempos de sentadas en la plaza, sindicatos en la calle y gente pobre y, encima, apaleada. Menos mal que eso solo funciona cuando no se vota, cuando el líder es realmente Dios, sus ángeles perros rabiosos, y a sus acólitos les mueve más la fe en la cuenta corriente, en la panza repleta, que la congruencia en la doctrina.
Así que, miren, sí: vamos a haber ganado todos al final. Los de derechas por independentistas (o eso dicen), y los de izquierdas por pobres y cabreados.
Y ahora venga, va, que corra el vino antes de que empecemos a fijarnos en que el haber ganado o no unas elecciones no es solo victoria o derrota de un día; ahora que aún no nos hemos puesto a pensar que, después del domingo, viene todo lo demás.
(Lo que estoy diciendo es que el resultado es tan complicado que hasta los más -se supone- competentes analistas, tirando por la simplificación, hacen artículos que más que explicar a la concurrencia, parece que intentan ser explicaciones para sí mismos. Lo que estoy diciendo es que no hay remate claro, que esto es un montón dentro del área. Y que de los montones dentro del área lo mismo no sale nada que sale un gol feo o uno en propia puerta).
Menos mal. Solo faltaba que la derechona, empleando sus métodos de siempre, hubiera vuelto a ganar en tiempos de sentadas en la plaza, sindicatos en la calle y gente pobre y, encima, apaleada. Menos mal que eso solo funciona cuando no se vota, cuando el líder es realmente Dios, sus ángeles perros rabiosos, y a sus acólitos les mueve más la fe en la cuenta corriente, en la panza repleta, que la congruencia en la doctrina.
Así que, miren, sí: vamos a haber ganado todos al final. Los de derechas por independentistas (o eso dicen), y los de izquierdas por pobres y cabreados.
Y ahora venga, va, que corra el vino antes de que empecemos a fijarnos en que el haber ganado o no unas elecciones no es solo victoria o derrota de un día; ahora que aún no nos hemos puesto a pensar que, después del domingo, viene todo lo demás.
(Lo que estoy diciendo es que el resultado es tan complicado que hasta los más -se supone- competentes analistas, tirando por la simplificación, hacen artículos que más que explicar a la concurrencia, parece que intentan ser explicaciones para sí mismos. Lo que estoy diciendo es que no hay remate claro, que esto es un montón dentro del área. Y que de los montones dentro del área lo mismo no sale nada que sale un gol feo o uno en propia puerta).
dilluns, 26 de novembre del 2012
Lo de estas elecciones ha acabado siendo como esas quinielas complicadísimas, de las de con muchas variantes, que decía mi abuelo. Como la columna de la apuesta que cada semana nos dejaba rellenar a nosotros.
Solía hacerlas de dos: la que él completaba tras mucha concentración y cálculo -que si este juega en casa, que si estos tienen a fulanito lesionao- y la que nos hacía cantarle a nosotros tres: Isabel (e Isabel: equis) Javier (y Javier: dos), Nuria (y Nuria: uno), y vuelta a empezar.
Lo decíamos al tuntún nuestro y luego, avances técnicos, al tuntún del dado quinielístico con el que alguien de la familia apareció un día; dado que nos tuvo anonadados unas cuantas tardes de domingo, y de lunes y de martes; tardes de tirar el dado sin juego de por medio. O de jugar por jugar, sin ninguna quiniela detrás.
Eso es lo que ha acabado siendo estas elecciones: un hacer el gesto, pero no tirar el palo y, ahora, el perro a correr y, ahora, el perro a frenar en seco y a dar unas cuantas vueltas con cara de tonto para acabar mirando interrogante al amo, que acaba a su vez sintiéndose un poco mal.
Han sido un timo estas elecciones: Votantes de izquierda, hay que pactar con la derecha ahora; votantes de derecha, lo mismo pero al revés.
Tan timo estas elecciones que, para salvar los trastos, quieren hacérnoslas ver como el referendum que no han sido: Ese que precisamente los dueños de la quiniela nunca van a querer ver.
Solía hacerlas de dos: la que él completaba tras mucha concentración y cálculo -que si este juega en casa, que si estos tienen a fulanito lesionao- y la que nos hacía cantarle a nosotros tres: Isabel (e Isabel: equis) Javier (y Javier: dos), Nuria (y Nuria: uno), y vuelta a empezar.
Lo decíamos al tuntún nuestro y luego, avances técnicos, al tuntún del dado quinielístico con el que alguien de la familia apareció un día; dado que nos tuvo anonadados unas cuantas tardes de domingo, y de lunes y de martes; tardes de tirar el dado sin juego de por medio. O de jugar por jugar, sin ninguna quiniela detrás.
Eso es lo que ha acabado siendo estas elecciones: un hacer el gesto, pero no tirar el palo y, ahora, el perro a correr y, ahora, el perro a frenar en seco y a dar unas cuantas vueltas con cara de tonto para acabar mirando interrogante al amo, que acaba a su vez sintiéndose un poco mal.
Han sido un timo estas elecciones: Votantes de izquierda, hay que pactar con la derecha ahora; votantes de derecha, lo mismo pero al revés.
Tan timo estas elecciones que, para salvar los trastos, quieren hacérnoslas ver como el referendum que no han sido: Ese que precisamente los dueños de la quiniela nunca van a querer ver.
dissabte, 24 de novembre del 2012
Un día fui a la radio y estuve hablando durante diez minutos de 'Quan érem feliços', de Rafel Nadal. Dije que era un libro malísimo no solo en cuanto a su calidad literaria, de la que carece por completo si consideramos que la calidad literaria viene dada por algo más que por poner frases más o menos inteligibles, una detrás de otra, sino también por el mensaje que transmitía: Nadal hace en el libro una apología del Opus Dei que, si alguien leyendo, leyendo llega a las páginas en las que el autor describe, por ejemplo, la entrevista que sus padres mantuvieron con el Papa de Roma en referencia a su hijo -hermano del autor- yonki, cerraría inmediatamente el libro indignado.
Unos días después, me llamó una amiga. Tenía que hacer un regalo y quería que le recordara el título del libro del que había hablado aquel día en la radio. 'Pero si dije que era malísimo', respondí. 'Ya, pero es para un compañero de trabajo que creo que le gustan los best sellers'. Mi amiga no es tonta y me conoce: sabe leer entre líneas mis más enjundiosos comentarios; sabe que hay libros que a mí se me atraviesan, que me sacan de mis casillas, que para otro pueden funcionar como buen entretenimiento a la hora de ir a dormir. El libro se estaba vendiendo como churros y yo estaba volcando en la radio todos mis juicios (no prejuicios, que precisamente andaba yo especialmente cabreada por la pérdida de tiempo que me había supuesto leer el bestseller en cuestión) sobre qué es bueno y qué no lo es en literatura.
Otra:
Se acercaba el cumpleaños de mi padre y me llama mi madre desde el Corte Inglés. 'Isabel, que el otro día hablaban por la radio de aquel escritor que se ha muerto y tengo aquí un libro suyo: "Un enano español se suicida en Las Vegas", -pamplonismo al canto- ¿qué tal para regalarle a tu padre?' 'Hombre, mamá, si le vas a regalar uno de este, mejor regálale "Lo que sé de los vampiros", al papá'.
Colgué y me quedé pensando 'ostras, si no me llama, si no tiene a alguien que haya leído a Casavella a mano para consultar, le regala el del enano y tan contenta. Ojo, que no tiene nada de malo el del enano pero, no sé, para mi padre, como que no.
Compramos libros de oídas igual que mañana vamos a votar de oídas o, simplemente, no vamos a votar. ¿Por qué íbamos a ser más expertos en política que en literatura? Oímos la radio y vemos la tele y de repente, un día, nos dicen que decidamos a partir de la información que tenemos. La información que tenemos, bien que se han encargado de que sea un batiburrillo de buenas intenciones -unos hablando de ellos mismos- y de mierda lanzada con mala baba -unos hablando de los otros-. Todo el mundo va a bajar los impuestos, todo el mundo trabaja por nosotros, todo el mundo tiene sus chanchullitos corruptos, pero eso es lo normal, todo el mundo ha salido por la radio, pero aquellos han salido más; ahora baje del pueblo el domingo y ponga la papeleta en un sobre, claro, o igual no baje, total, es un lío, que tiene que prepararles el tupper a los críos para el lunes, que les han dicho del cole que es menos caro que apuntarlos al comedor. ¿Del cole lo han dicho? Pero ¿saben quién está detrás del cole? Esos que ahora dicen que van a bajar los impuestos, sí, esos que hace unos meses los subieron.
Vean que la cartita que metan en la urna es la respuesta postal figurada a la cartita que les llegó del cole, a la cartita con la última subida de la luz y a la cartita que les trajeron el otro día con los papeles del desahucio. ¿Lo ven? Solo hay que hacer un pequeño ejercicio de abstracción; el mismo pequeño ejercicio de abstracción que requiere saber que, que hablen de un libro en la radio, no quiere decir que ese libro sea para cualquiera. El mismo pequeño ejercicio de abstracción que lleva a uno a ponerse a leer bolsilibros al margen de cánones literarios (ayer a veinte estudiantes universitarios alumnos de Miqui Otero -que ganaba en ese momento infinitos #FF en tuiter como profesor- se les abría la boca de asombro cuando Javier Pérez Andújar los conminaba a hacerse su propio canon y les contaba que en el suyo estaban Silver Kane y Curtis Garland). El mismo, el mismísimo pequeño ejercicio de abstacción que requiere llegar nada menos que a formarse una opinión propia y a quererla decir.
Bajen y voten, aún tienen tiempo para echarle un vistazo rápido al panorama político actual hoy que teles y radios están calladas.
Bajen y voten, que no está el horno para hacerse ahora del bando de estos indiferentes históricos idiotas a los que tan bien retrata Sánchez Piñol.
Unos días después, me llamó una amiga. Tenía que hacer un regalo y quería que le recordara el título del libro del que había hablado aquel día en la radio. 'Pero si dije que era malísimo', respondí. 'Ya, pero es para un compañero de trabajo que creo que le gustan los best sellers'. Mi amiga no es tonta y me conoce: sabe leer entre líneas mis más enjundiosos comentarios; sabe que hay libros que a mí se me atraviesan, que me sacan de mis casillas, que para otro pueden funcionar como buen entretenimiento a la hora de ir a dormir. El libro se estaba vendiendo como churros y yo estaba volcando en la radio todos mis juicios (no prejuicios, que precisamente andaba yo especialmente cabreada por la pérdida de tiempo que me había supuesto leer el bestseller en cuestión) sobre qué es bueno y qué no lo es en literatura.
Otra:
Se acercaba el cumpleaños de mi padre y me llama mi madre desde el Corte Inglés. 'Isabel, que el otro día hablaban por la radio de aquel escritor que se ha muerto y tengo aquí un libro suyo: "Un enano español se suicida en Las Vegas", -pamplonismo al canto- ¿qué tal para regalarle a tu padre?' 'Hombre, mamá, si le vas a regalar uno de este, mejor regálale "Lo que sé de los vampiros", al papá'.
Colgué y me quedé pensando 'ostras, si no me llama, si no tiene a alguien que haya leído a Casavella a mano para consultar, le regala el del enano y tan contenta. Ojo, que no tiene nada de malo el del enano pero, no sé, para mi padre, como que no.
Compramos libros de oídas igual que mañana vamos a votar de oídas o, simplemente, no vamos a votar. ¿Por qué íbamos a ser más expertos en política que en literatura? Oímos la radio y vemos la tele y de repente, un día, nos dicen que decidamos a partir de la información que tenemos. La información que tenemos, bien que se han encargado de que sea un batiburrillo de buenas intenciones -unos hablando de ellos mismos- y de mierda lanzada con mala baba -unos hablando de los otros-. Todo el mundo va a bajar los impuestos, todo el mundo trabaja por nosotros, todo el mundo tiene sus chanchullitos corruptos, pero eso es lo normal, todo el mundo ha salido por la radio, pero aquellos han salido más; ahora baje del pueblo el domingo y ponga la papeleta en un sobre, claro, o igual no baje, total, es un lío, que tiene que prepararles el tupper a los críos para el lunes, que les han dicho del cole que es menos caro que apuntarlos al comedor. ¿Del cole lo han dicho? Pero ¿saben quién está detrás del cole? Esos que ahora dicen que van a bajar los impuestos, sí, esos que hace unos meses los subieron.
Vean que la cartita que metan en la urna es la respuesta postal figurada a la cartita que les llegó del cole, a la cartita con la última subida de la luz y a la cartita que les trajeron el otro día con los papeles del desahucio. ¿Lo ven? Solo hay que hacer un pequeño ejercicio de abstracción; el mismo pequeño ejercicio de abstracción que requiere saber que, que hablen de un libro en la radio, no quiere decir que ese libro sea para cualquiera. El mismo pequeño ejercicio de abstracción que lleva a uno a ponerse a leer bolsilibros al margen de cánones literarios (ayer a veinte estudiantes universitarios alumnos de Miqui Otero -que ganaba en ese momento infinitos #FF en tuiter como profesor- se les abría la boca de asombro cuando Javier Pérez Andújar los conminaba a hacerse su propio canon y les contaba que en el suyo estaban Silver Kane y Curtis Garland). El mismo, el mismísimo pequeño ejercicio de abstacción que requiere llegar nada menos que a formarse una opinión propia y a quererla decir.
Bajen y voten, aún tienen tiempo para echarle un vistazo rápido al panorama político actual hoy que teles y radios están calladas.
Bajen y voten, que no está el horno para hacerse ahora del bando de estos indiferentes históricos idiotas a los que tan bien retrata Sánchez Piñol.
dimecres, 21 de novembre del 2012
De las presentaciones. Destrozar el mitin.
Más que a ser profeta en mi tierra iba a salirme de lo que me habían profetizado, que era un gran triunfo fácil.
Sábado, Mequiero Vivir, llenazo en la librería, todos (o casi todos) con el libro ya leído, todos (o casi todos) con regalitos para mí porque, encima, era mi cumpleaños. Todos (absolutamente todos) esperando una presentación de un libro convencional: Presentador cantando las maravillas de la niña, la niña con cara de sí, sí, bueno, bueno..., ante las maravillas cantadas por el presentador. No había nada más fácil, así que, cuando Pelàez me lo propuso, no dudé un momento: decidí hacerlo difícil. Que yo soy muy guapa y muy lista, mi madre y mis tías ya lo sabían. Que había escrito un libro, también. Que a partir de ese libro se podía hacer lo que hizo Pelàez no se lo imaginaba nadie.
Así que salí. Expliqué qué iba a pasar y, en vez de presentar el libro -que casi todo el mundo se había leído, insisto-, presenté a Pelàez. Y Pelàez, en vez de presentarme a mí -a quien prácticamente todo el mundo ya conocía-, primero cantó y luego leyó fragmentos y se inventó cosas a partir de los fragmentos.
Me dijeron que esperaban que se hablara más del libro y que se hablara más de mí. Contesté que al libro y a mí ya nos conocían pero a Pelàez no. ¿Se imaginan qué rollo una presentación todo el rato: es un libro maravilloso, la autora es maravillosa? Oh, wait, las presentaciones de los libros normalmente son así. Igual que los mítines son las presentaciones. ¿Va a los mítines alguien de quien no se tenga ya el voto ganado?
Yo a Pamplona no iba a ganar votos, no iba a convencer a nadie de que se comprara el libro. En la de Barcelona, sí: Eso le dije a mi madre cuando me recordó con nostalgia las cosas tan majas que Javier dijo de mí en la Taifa. Ya estaba todo vendido, en Pamplona, así que decidí darles el extra.
El extra (y Pelàez es mucho extra) gustó a algunos; no gustó a quienes no querían más. Quienes no querían más son maravillosos: Se habrían conformado conmigo, lo cual nunca me dejará de alucinar. Quienes querían más aplaudían y alucinaban ellos.
Así que fue un triunfo, lo de Pamplona. Y no paramos de brindar por ello hasta que mi prima nos echó de la peña Donibane casi pasadas las cinco de la madrugada.
Y yo, fíjense, le sigo aplaudiendo ahora a Pelàez. Si no hubiera venido conmigo, ¿qué iba a hacer? ¿Solo acordarme de cómo me aplaudían a mí?
Más que a ser profeta en mi tierra iba a salirme de lo que me habían profetizado, que era un gran triunfo fácil.
Sábado, Mequiero Vivir, llenazo en la librería, todos (o casi todos) con el libro ya leído, todos (o casi todos) con regalitos para mí porque, encima, era mi cumpleaños. Todos (absolutamente todos) esperando una presentación de un libro convencional: Presentador cantando las maravillas de la niña, la niña con cara de sí, sí, bueno, bueno..., ante las maravillas cantadas por el presentador. No había nada más fácil, así que, cuando Pelàez me lo propuso, no dudé un momento: decidí hacerlo difícil. Que yo soy muy guapa y muy lista, mi madre y mis tías ya lo sabían. Que había escrito un libro, también. Que a partir de ese libro se podía hacer lo que hizo Pelàez no se lo imaginaba nadie.
Así que salí. Expliqué qué iba a pasar y, en vez de presentar el libro -que casi todo el mundo se había leído, insisto-, presenté a Pelàez. Y Pelàez, en vez de presentarme a mí -a quien prácticamente todo el mundo ya conocía-, primero cantó y luego leyó fragmentos y se inventó cosas a partir de los fragmentos.
Me dijeron que esperaban que se hablara más del libro y que se hablara más de mí. Contesté que al libro y a mí ya nos conocían pero a Pelàez no. ¿Se imaginan qué rollo una presentación todo el rato: es un libro maravilloso, la autora es maravillosa? Oh, wait, las presentaciones de los libros normalmente son así. Igual que los mítines son las presentaciones. ¿Va a los mítines alguien de quien no se tenga ya el voto ganado?
Yo a Pamplona no iba a ganar votos, no iba a convencer a nadie de que se comprara el libro. En la de Barcelona, sí: Eso le dije a mi madre cuando me recordó con nostalgia las cosas tan majas que Javier dijo de mí en la Taifa. Ya estaba todo vendido, en Pamplona, así que decidí darles el extra.
El extra (y Pelàez es mucho extra) gustó a algunos; no gustó a quienes no querían más. Quienes no querían más son maravillosos: Se habrían conformado conmigo, lo cual nunca me dejará de alucinar. Quienes querían más aplaudían y alucinaban ellos.
Así que fue un triunfo, lo de Pamplona. Y no paramos de brindar por ello hasta que mi prima nos echó de la peña Donibane casi pasadas las cinco de la madrugada.
Y yo, fíjense, le sigo aplaudiendo ahora a Pelàez. Si no hubiera venido conmigo, ¿qué iba a hacer? ¿Solo acordarme de cómo me aplaudían a mí?
dimarts, 20 de novembre del 2012
Os haría una crónica pero no sé si empezar por el pricipio -Lost in Logroño- o por el final -Cosí fan tutte, con María Bayo y el Orfeón Pamplonés, en el Baluarte-, así que os pongo una foto de lo del medio -Pamplona meets Roger Pelàez, en Mequiero Vivir-. Hasta un vídeo del precalentamiento, os pongo.
divendres, 16 de novembre del 2012
Según este, el Gobierno son los padres y nosotros somos unos adolescentes.
(Realmente, no nos quedan periódicos).
(Realmente, no nos quedan periódicos).
dimecres, 14 de novembre del 2012
Yo tendría que hacer huelga de pensar, porque pensar es un trabajo, no crean que no, pero es que no me dejan; es que precisamente, el día de la huelga general, en cuanto a lo que es pensar, me funciona a mí como día de huelga a la japonesa; miren si me funciona así que acabo de escribir esto último e inmediatamente me he puesto a pensar cómo funcionarían los piquetes en una huelga de pensar a la japonesa; ¿qué serían? ¿inspiradores más que informativos?
Piquetes inspiradores para una huelga de pensar a la japonesa.
Un piquete inspirador es un cartel pendulón de campaña de CiU con el lema 'La voluntat d'un poble', colgado de una farola en el cruce de Aragó con Paseo de Gràcia, justo encima de las cabezas de los iaioflautas, de los de los chalecos reclamando una educación pública de calidad y de un camión al que le han descubierto el remolque lleno de bafles por los que suena Kortatu o Extremoduro o cualquiera de estos que vienen tan bien para ilustrar el rato de espera en calma chicha, hasta la mani de la clase obrera sin representantes musicales válidos desde allá por los ochenta.
'La voluntat del poble', y el poble queriendo sentarse a lo indio justo debajo del cartel, hasta que les entre la voluntad de andar, que será a las seis, que es cuando han dicho los sindicatos, que no representan a nadie desde los ochenta tampoco, pero que para dar la hora, mira, para eso sí que sirven, aunque sea solo por que alguien la tendrá que dar.
Otro piquete inspirador es una americana haciendo el signo de victoria entre la casa Batlló cerrada y la cámara de otra americana. Si la segunda americana tuviera un mínimo de sensibilidad periodística, habría encuadrado en la foto también a los iaioflautas y a los del chaleco de la educación pública: iaioflautas y chalecos sentados en el suelo con americana de pie haciendo el signo de la victoria por encima de sus cabezas: esa es la instantánea guantanamera. Y con Extremoduro sonando de fondo y Mas pendulón encima tendrían hasta el videoclip.
Pero no está en huelga de pensar a la japonesa la americana fotógrafa, está de vacaciones más bien, que es como estar en el paro pero con menos derecho a la huelga, con menos derecho a pensar.
Vacaciones. Todos los hoteles abiertos: Otro piquete inspirador. ¿No es eso una supertrampa a la superhuelga? Porque, a ver, ¿la hacemos o no la hacemos? ¿No es el turismo el principal movedor de volumen de negocio por aquí? A la mani del 11S, ¿no había que ir con carteles escritos en inglés para que se enteraran en el mundo? Pues negocio en punto muerto y que se enteren bien por ahí: A las doce de la noche, puertas cerradas; quien esté dentro, que esté dentro; quien esté fuera, que se quede fuera; esa noche no se cobra y, si quieren dormir, que se vayan a la sede de su embajada, que si tienen suerte y son de un país menos puteao, ellos no harán huelga y les tendrán que abrir.
Y el último piquete, ya no he querido mirar más: Tooooda la policía desplegada por Paseo de Gràcia y Rambla. ¿Andan exentos estos? Bueno, sí: estos parece que siempre han estado un poco fuera de la ley por lo dentro de la ley que siempre se han jactado de estar.
He llegado a casa y me estaban preparando la comida, estaban trabajando para mí. No he tenido ya fuerzas para hacer de piquete disuasor -mejor que informativo-: Son agotadoras las huelgas a la japonesa. Además, olía muy bien.
Piquetes inspiradores para una huelga de pensar a la japonesa.
Un piquete inspirador es un cartel pendulón de campaña de CiU con el lema 'La voluntat d'un poble', colgado de una farola en el cruce de Aragó con Paseo de Gràcia, justo encima de las cabezas de los iaioflautas, de los de los chalecos reclamando una educación pública de calidad y de un camión al que le han descubierto el remolque lleno de bafles por los que suena Kortatu o Extremoduro o cualquiera de estos que vienen tan bien para ilustrar el rato de espera en calma chicha, hasta la mani de la clase obrera sin representantes musicales válidos desde allá por los ochenta.
'La voluntat del poble', y el poble queriendo sentarse a lo indio justo debajo del cartel, hasta que les entre la voluntad de andar, que será a las seis, que es cuando han dicho los sindicatos, que no representan a nadie desde los ochenta tampoco, pero que para dar la hora, mira, para eso sí que sirven, aunque sea solo por que alguien la tendrá que dar.
Otro piquete inspirador es una americana haciendo el signo de victoria entre la casa Batlló cerrada y la cámara de otra americana. Si la segunda americana tuviera un mínimo de sensibilidad periodística, habría encuadrado en la foto también a los iaioflautas y a los del chaleco de la educación pública: iaioflautas y chalecos sentados en el suelo con americana de pie haciendo el signo de la victoria por encima de sus cabezas: esa es la instantánea guantanamera. Y con Extremoduro sonando de fondo y Mas pendulón encima tendrían hasta el videoclip.
Pero no está en huelga de pensar a la japonesa la americana fotógrafa, está de vacaciones más bien, que es como estar en el paro pero con menos derecho a la huelga, con menos derecho a pensar.
Vacaciones. Todos los hoteles abiertos: Otro piquete inspirador. ¿No es eso una supertrampa a la superhuelga? Porque, a ver, ¿la hacemos o no la hacemos? ¿No es el turismo el principal movedor de volumen de negocio por aquí? A la mani del 11S, ¿no había que ir con carteles escritos en inglés para que se enteraran en el mundo? Pues negocio en punto muerto y que se enteren bien por ahí: A las doce de la noche, puertas cerradas; quien esté dentro, que esté dentro; quien esté fuera, que se quede fuera; esa noche no se cobra y, si quieren dormir, que se vayan a la sede de su embajada, que si tienen suerte y son de un país menos puteao, ellos no harán huelga y les tendrán que abrir.
Y el último piquete, ya no he querido mirar más: Tooooda la policía desplegada por Paseo de Gràcia y Rambla. ¿Andan exentos estos? Bueno, sí: estos parece que siempre han estado un poco fuera de la ley por lo dentro de la ley que siempre se han jactado de estar.
He llegado a casa y me estaban preparando la comida, estaban trabajando para mí. No he tenido ya fuerzas para hacer de piquete disuasor -mejor que informativo-: Son agotadoras las huelgas a la japonesa. Además, olía muy bien.
dimarts, 13 de novembre del 2012
Mas no va a por la independencia, no creo que haya nadie que no vea claro esto ahora, a estas alturas. Miren la técnica: no suelta la palabra a no ser que la tenga bien recubiertita de ironías y va, va, vas, tranquilos todos; y cuando la tiene, le patina la neurona: la deletrea mal, que es deletrearla en castellano: acabada en cia en vez de en ci-a. En los carteles, abre los brazos como si estuviera, el mismísimo día en que se proclama la república o lo que sea que acabe en ci-a, abarcando desde el balcón todo lo que se ve abajo, en pça. Sant Jaume; ¿lo ven bien? Por que esto es todo lo que van a ver antes de que se dé la vuelta a hacer este mismo gesto hacia el otro lado, o sea, dándoles la espalda (¿se han fijado que, de hecho, en los carteles, ya lo está haciendo; que todo ese pueblo que ahora le llena la boca le queda detrás?), que él nunca dijo bien aquello que ustedes quisieron oír, aquello que ustedes creyeron oír, que al final todo era simplemente ustedes haciendo los coros equivocados; una orquesta tocando diferente de lo que dirigía el director y el director dejándolo pasar porque, miren, tampoco sonaba tan mal y era la única manera de que pareciera que estaba dirigiendo algo.
Junqueras ya puede prometer declaraciones para el día 25, igual que promete bajadas de IVA y de IRPF y creaciones de nuevos impuestos para los malotes. Canta también ERC canciones que suenan muy bien; canciones que ponen a berrear al coro a grito pelao de tal manera que, cuando llega el chimpón, la algarabía no deja oír lo que dice. Y lo que dice es 'si ganamos', que es la letra pequeña, la que nadie lee cuando apuesta por algo; la que si alguien leyera, le haría decidirse por el no apostar. Entonces, por si alguien lo ha oído, añaden el bis del 'conviene que seamos la segunda fuerza para hacer oposición y tal'. Oposición contra CiU y su circunstancia, siendo su circunstancia todo lo demás, todo lo que no es independencia. Ese es el problema: ERC se presenta como la fuerza de la oposición en la independencia, cuando la independencia no va a estar ahí; igual que -miren qué ejemplo más bestia- Khatami se presentaba de opositor en un país libre sin contar que el "país libre" de Khatami era el Irán de los Ayatolás. Y Khatami cantaba canciones preciosas, también; y venga todos a corear allá también, venga todos a quitarse el pañuelo de la cabeza y a ponérselo de foulard, cual si fuera estelada pequeñita; a quitarse el pañuelo en la cabeza pero a no esconderlo del todo, que no sabes cuándo va a llegar de nuevo el chimpón que te lo vuelva a hacer poner de montera al ritmo de pfff, al ritmo de han vuelto a ganar los malos, fue bonito mientras duró.
La trampa de ERC se la están cavando ellos mismos. Tienen la absurda teoría de que si repites mucho algo, ese algo acabará siendo realidad. Yo tenía un vecino que se llamaba Paquito. Salía todos los días al balcón y se estaba allá, un rato cada mañana, repitiendo: ¡Paquito, Paquito! ¡No es tonto Paquito!, como si fuera un columnista cualquiera de opinión.
Me pregunto qué habrá sido de Paquito. Me pregunto qué votará este próximo 25N.
Yo no tengo ni idea, en serio, nunca he estado más perdida. Nunca he estado más a punto de salir al balcón y ponerme a gritar.
Junqueras ya puede prometer declaraciones para el día 25, igual que promete bajadas de IVA y de IRPF y creaciones de nuevos impuestos para los malotes. Canta también ERC canciones que suenan muy bien; canciones que ponen a berrear al coro a grito pelao de tal manera que, cuando llega el chimpón, la algarabía no deja oír lo que dice. Y lo que dice es 'si ganamos', que es la letra pequeña, la que nadie lee cuando apuesta por algo; la que si alguien leyera, le haría decidirse por el no apostar. Entonces, por si alguien lo ha oído, añaden el bis del 'conviene que seamos la segunda fuerza para hacer oposición y tal'. Oposición contra CiU y su circunstancia, siendo su circunstancia todo lo demás, todo lo que no es independencia. Ese es el problema: ERC se presenta como la fuerza de la oposición en la independencia, cuando la independencia no va a estar ahí; igual que -miren qué ejemplo más bestia- Khatami se presentaba de opositor en un país libre sin contar que el "país libre" de Khatami era el Irán de los Ayatolás. Y Khatami cantaba canciones preciosas, también; y venga todos a corear allá también, venga todos a quitarse el pañuelo de la cabeza y a ponérselo de foulard, cual si fuera estelada pequeñita; a quitarse el pañuelo en la cabeza pero a no esconderlo del todo, que no sabes cuándo va a llegar de nuevo el chimpón que te lo vuelva a hacer poner de montera al ritmo de pfff, al ritmo de han vuelto a ganar los malos, fue bonito mientras duró.
La trampa de ERC se la están cavando ellos mismos. Tienen la absurda teoría de que si repites mucho algo, ese algo acabará siendo realidad. Yo tenía un vecino que se llamaba Paquito. Salía todos los días al balcón y se estaba allá, un rato cada mañana, repitiendo: ¡Paquito, Paquito! ¡No es tonto Paquito!, como si fuera un columnista cualquiera de opinión.
Me pregunto qué habrá sido de Paquito. Me pregunto qué votará este próximo 25N.
Yo no tengo ni idea, en serio, nunca he estado más perdida. Nunca he estado más a punto de salir al balcón y ponerme a gritar.
dilluns, 12 de novembre del 2012
Díme de qué tienes miedo y te diré cómo eres.
En 1864 se creó un registro civil en el que todos los ciudadanos debían inscribirse con su nombre y apellidos debidamente castellanizados. Hace dos siglos y medio de eso.
La II República abrió la puerta a las grafías originales de estos. Franco la volvió a cerrar de un portazo: todos en castellano.
He encontrado salseando por ahí un comentario de un internauta nacido en 1974 en Inglaterra. Decía que sus padres, gallegos, le pusieron Xosé; lo inscribieron allá sin problemas con tal nombre y, cuando vinieron a hacerle el pasaporte español, se encontraron con que el funcionario se negaba a expedírselo con ese nombre. Xosé, en su pasaporte, es José.
Ahora el PP ha hecho este vídeo:
Piensen de dónde venimos y piensen dónde hunde sus raíces el PP. Piensen en la información sobre el pasado de los apellidos que les acabo de dar, en la idea de la españolización de los niños catalanes que hace unos meses salió de la boca de Wert y en el vídeo que les acabo de poner. Entenderán un poco mejor cómo funciona la lógica de esta gente, cuál es la idea de hacer política de esta gente que hoy tiene la mayoría en Madrid y que, ya lo verán, van a aumentar votos aquí, en Catalunya, el día 25.
Si alguno de ustedes que me está leyendo pensaba votarles, piensen simplemente que esto de cambiar apellidos encaja en la mente del PP simplemente por puritica coherencia histórica interna. Y plantéense si eso es lo que realmente quieren el sitio, cualquiera que sea, en el que viven.
En 1864 se creó un registro civil en el que todos los ciudadanos debían inscribirse con su nombre y apellidos debidamente castellanizados. Hace dos siglos y medio de eso.
La II República abrió la puerta a las grafías originales de estos. Franco la volvió a cerrar de un portazo: todos en castellano.
He encontrado salseando por ahí un comentario de un internauta nacido en 1974 en Inglaterra. Decía que sus padres, gallegos, le pusieron Xosé; lo inscribieron allá sin problemas con tal nombre y, cuando vinieron a hacerle el pasaporte español, se encontraron con que el funcionario se negaba a expedírselo con ese nombre. Xosé, en su pasaporte, es José.
Ahora el PP ha hecho este vídeo:
Piensen de dónde venimos y piensen dónde hunde sus raíces el PP. Piensen en la información sobre el pasado de los apellidos que les acabo de dar, en la idea de la españolización de los niños catalanes que hace unos meses salió de la boca de Wert y en el vídeo que les acabo de poner. Entenderán un poco mejor cómo funciona la lógica de esta gente, cuál es la idea de hacer política de esta gente que hoy tiene la mayoría en Madrid y que, ya lo verán, van a aumentar votos aquí, en Catalunya, el día 25.
Si alguno de ustedes que me está leyendo pensaba votarles, piensen simplemente que esto de cambiar apellidos encaja en la mente del PP simplemente por puritica coherencia histórica interna. Y plantéense si eso es lo que realmente quieren el sitio, cualquiera que sea, en el que viven.
Roger Pelàez (TMEO) canta Sucunza (BLACKIE BOOKS).
Bibliomancia con La tienda y la vida.
Pregunta sobre tu futuro, Pelàez te lo leerá.
Sábado, 17, a las 17h., en MANOS PARA QUÉ OS QUIERO (Calvo Sotelo, 52. Logroño), y a las 19.30h., en MEQUIERO VIVIR (Plaza del Castillo, 38. Pamplona-Iruña).
Bibliomancia con La tienda y la vida.
Pregunta sobre tu futuro, Pelàez te lo leerá.
Sábado, 17, a las 17h., en MANOS PARA QUÉ OS QUIERO (Calvo Sotelo, 52. Logroño), y a las 19.30h., en MEQUIERO VIVIR (Plaza del Castillo, 38. Pamplona-Iruña).
Sucunza dice: Mira que me había costado ponerlo todo ordenadito para que ahora venga este a leérmelo del revés.
(Pamplona al revés es Iruña y Logroño no rima con nada).
dimarts, 6 de novembre del 2012
... y que uno se define también por la lista de cosas que al final de la semana se da cuenta que, por a o por b, ha tenido que dejar de hacer.
Ayer me habría gustado mucho haber podido estar aquí:
Me habría gustado mucho no haber tenido que estar aquí, de hecho.
Visca l'Espai Mallorca!
3, 2, 1, llarga nova vida!
Ayer me habría gustado mucho haber podido estar aquí:
Me habría gustado mucho no haber tenido que estar aquí, de hecho.
Visca l'Espai Mallorca!
3, 2, 1, llarga nova vida!
dilluns, 5 de novembre del 2012
Mas utilizando la autodeterminación para ganar votos es lo mismo que Aznar utilizando el terrorismo para ídem. Igual Mas se la está jugando más, de acuerdo: para todo el mundo, objetivamente, en el simplista sistema de lo bueno y lo malo, el terrorismo es maaaaalo, en cambio, no para todo el mundo la autodeterminación es bueeeeena, pero piénsenlo: ha habido una especie de cambio de valoración de esta última, una especie de ganar puntos a base de restárselos a los del otro bando.
A lo que iba: el mecanismo es el de siempre, la apropación partidista del sentimiento mayoritario, aunque esté aún por ver si es mayoritario este sentimiento, si no estamos simplemente ante un hype propiciado por las circunstancias y las cosas; si no es simplemente el lodo, que se hace con lluvia constante igual que con escupitajo puntual, de aquellos polvos, y que ahí queda para meter cucharada, para convocar referendum, hasta que lo evapora un rayo de sol, uoh, uoh, uoh, y a otra cosa, mariposa.
Mas está jugando con nosotros; está jugando al o conmigo o contra Catalunya y lo está haciendo para ganar unas elecciones. No lo olviden.
Y no olviden tampoco que, por muy argumento electoral que fuera, a Aznar no le interesaba tampoco del todo acabar con el terrorismo.
A lo que iba: el mecanismo es el de siempre, la apropación partidista del sentimiento mayoritario, aunque esté aún por ver si es mayoritario este sentimiento, si no estamos simplemente ante un hype propiciado por las circunstancias y las cosas; si no es simplemente el lodo, que se hace con lluvia constante igual que con escupitajo puntual, de aquellos polvos, y que ahí queda para meter cucharada, para convocar referendum, hasta que lo evapora un rayo de sol, uoh, uoh, uoh, y a otra cosa, mariposa.
Mas está jugando con nosotros; está jugando al o conmigo o contra Catalunya y lo está haciendo para ganar unas elecciones. No lo olviden.
Y no olviden tampoco que, por muy argumento electoral que fuera, a Aznar no le interesaba tampoco del todo acabar con el terrorismo.
dimarts, 30 d’octubre del 2012
Tengo fiebre y acabo de ver el Amb filosofia dedicado al poder. Ya están ustedes en antecedentes.
Itziar González Virós viene a decir en el programa que la idea más extendida es que si tienes poder, haces lo que te da la gana y la gente está a tu servicio, cuando en realidad, el poder debería consistir en estar tú al servicio de la gente.
También dice que hay unos mecanismos que te impiden precisamente esto último; que, en realidad, estando en el poder, estás sirviendo a otra cosa más poderosa que tú y que, cuando te das cuenta de esto, no te queda otra que dimitir. Y dimites, claro, pero solo si eres una tipa íntegra como Itziar González Virós, que lo es y bien pocos hay como ella. Esto último lo digo yo.
Total, que Itziar se fue. Dejó la política porque no la dejaban estar al servicio de la gente, que era lo que ella entendía por poder y que fue el motivo por el que ella se metió en aquel sarao. Y es una mierda porque, si es cierta otra cosa que ella dice en el mismo programa, a saber, que hay dos tipos de personas que se meten en política: los que tienen vocación de servir a la gente y los que simplemente quieren figurar, ahí, en letras bien grandes, en un momento histórico determinado; y si es cierto también que los primeros son los que acaban retirándose, quemados por no poder ejercer eso que ellos entienden por poder, a mí, con mis decimitas de fiebre, me da por pensar que todos los políticos con un cierto recorrido son del segundo tipo de persona; y me da por repasar la lista de los nuevos que han entrado recientemente en la carrera electoral, y soy incapaz de ver en ninguno de ellos una cierta vocación de servicio a la comunidad, por el simple motivo de que el momento histórico actual de Catalunya es muy golosito.
Y me da mucho asco, casi me da tanto asco como el asco que me dio aquella historia que me contaron de Michael Jackson saliendo al balcón del edificio de parlamento de Bucarest y gritando I love you BUDAPEST!!! porque a él le importaba un pito estar en una ciudad o en otra: solo le importaba -a la vez que le horrorizaba, por lo visto- estar en un balcón muy grande de un edificio muy grande, con mucha gente abajo, rumanos o húngaros, daba igual, jaleándole.
A sí que ya me dirán con qué espíritu voy a ir yo a votar el próximo 25N.
Odio estar enferma. Siempre que me pasa, me siento muy miserable.
Itziar González Virós viene a decir en el programa que la idea más extendida es que si tienes poder, haces lo que te da la gana y la gente está a tu servicio, cuando en realidad, el poder debería consistir en estar tú al servicio de la gente.
También dice que hay unos mecanismos que te impiden precisamente esto último; que, en realidad, estando en el poder, estás sirviendo a otra cosa más poderosa que tú y que, cuando te das cuenta de esto, no te queda otra que dimitir. Y dimites, claro, pero solo si eres una tipa íntegra como Itziar González Virós, que lo es y bien pocos hay como ella. Esto último lo digo yo.
Total, que Itziar se fue. Dejó la política porque no la dejaban estar al servicio de la gente, que era lo que ella entendía por poder y que fue el motivo por el que ella se metió en aquel sarao. Y es una mierda porque, si es cierta otra cosa que ella dice en el mismo programa, a saber, que hay dos tipos de personas que se meten en política: los que tienen vocación de servir a la gente y los que simplemente quieren figurar, ahí, en letras bien grandes, en un momento histórico determinado; y si es cierto también que los primeros son los que acaban retirándose, quemados por no poder ejercer eso que ellos entienden por poder, a mí, con mis decimitas de fiebre, me da por pensar que todos los políticos con un cierto recorrido son del segundo tipo de persona; y me da por repasar la lista de los nuevos que han entrado recientemente en la carrera electoral, y soy incapaz de ver en ninguno de ellos una cierta vocación de servicio a la comunidad, por el simple motivo de que el momento histórico actual de Catalunya es muy golosito.
Y me da mucho asco, casi me da tanto asco como el asco que me dio aquella historia que me contaron de Michael Jackson saliendo al balcón del edificio de parlamento de Bucarest y gritando I love you BUDAPEST!!! porque a él le importaba un pito estar en una ciudad o en otra: solo le importaba -a la vez que le horrorizaba, por lo visto- estar en un balcón muy grande de un edificio muy grande, con mucha gente abajo, rumanos o húngaros, daba igual, jaleándole.
A sí que ya me dirán con qué espíritu voy a ir yo a votar el próximo 25N.
Odio estar enferma. Siempre que me pasa, me siento muy miserable.
Yo me estaba preguntando si la gente de propaganda del PP, responsables por ejemplo de este vídeo
son muy tontos o muy listos. Pero me estaba confundiendo de pregunta: lo que tenía que haberme preguntado es si no serán ellos los que se piensan que somos tan tontos que no íbamos a notar que el discursito este de 'a mí me gusta Catalunya', 'a mí me gustan los catalanes', 'yo tengo amigos catalanes', 'a mí me alucina lo listos que son los catalanes', es exactamente el mismo discursito de solidaridad que sacan cuando ha pasado un terremoto, un huracán, se ha derrumbado un asilo o le han dado una paliza a algún gay, y hay elecciones a la vuelta de la esquina. De solidaridad electoralista, claro.
Hagan la prueba: cambien Catalunya por homosexualidad y catalanes por gays ('tengo muchos amigos gays', le hacen decir a la Cospedal); o vayan más al extremo: cambien Catalunya por perrera, catalanes por perros y españoles por criaturas de Dios ('todos somos criaturas de Dios', le hacen decir a Esteban González -y le ponen el segundo apellido -Pons- en el nombre, ya saben, es perro por parte de madre él también-).
Mientras escribía esto, estaba pensando si no funcionarán realmente estas cosas, si no seremos todos igual de tontos: alguien, aquí, ha pensado que esto era una buena campaña, la ha presentado, se la han aprobado, se han prestado a hacerla y, para bien o para mal, la están difundiendo (yo incluida).
Si no estaremos, me pregunto, todos funcionando a base de unas reglas del juego absurdas, sin plantearnos nada, veamos la trampa o no, nos las creamos realmente o no.
Si no estaremos, en fin, jugando todos a ser idiotas.
son muy tontos o muy listos. Pero me estaba confundiendo de pregunta: lo que tenía que haberme preguntado es si no serán ellos los que se piensan que somos tan tontos que no íbamos a notar que el discursito este de 'a mí me gusta Catalunya', 'a mí me gustan los catalanes', 'yo tengo amigos catalanes', 'a mí me alucina lo listos que son los catalanes', es exactamente el mismo discursito de solidaridad que sacan cuando ha pasado un terremoto, un huracán, se ha derrumbado un asilo o le han dado una paliza a algún gay, y hay elecciones a la vuelta de la esquina. De solidaridad electoralista, claro.
Hagan la prueba: cambien Catalunya por homosexualidad y catalanes por gays ('tengo muchos amigos gays', le hacen decir a la Cospedal); o vayan más al extremo: cambien Catalunya por perrera, catalanes por perros y españoles por criaturas de Dios ('todos somos criaturas de Dios', le hacen decir a Esteban González -y le ponen el segundo apellido -Pons- en el nombre, ya saben, es perro por parte de madre él también-).
Mientras escribía esto, estaba pensando si no funcionarán realmente estas cosas, si no seremos todos igual de tontos: alguien, aquí, ha pensado que esto era una buena campaña, la ha presentado, se la han aprobado, se han prestado a hacerla y, para bien o para mal, la están difundiendo (yo incluida).
Si no estaremos, me pregunto, todos funcionando a base de unas reglas del juego absurdas, sin plantearnos nada, veamos la trampa o no, nos las creamos realmente o no.
Si no estaremos, en fin, jugando todos a ser idiotas.
dissabte, 27 d’octubre del 2012
Ya, igual es feo que lo ponga aquí, pero es que no sé si nunca nadie había dicho cosas tan bonitas sobre algo hecho por servidora. (Exceptuando sobre alguna tortilla de patatas que, a qué negarlo a estas alturas, me salen de rechupete).
divendres, 26 d’octubre del 2012
Imagina: Tienes 14 años y estás con tu madre de uñas unas cinco horas al día (duermes ocho, estás siete en el instituto, dos en actividades extraescolares -una en piano y otra en inglés- y dos más con los amigotes, comiendo pipas en el banco). Vas con ella de morros, en el coche. Suena una canción que le gusta en la radio y se pone a bailotear. La miras de reojo pensando, qué vergüenza, qué vergüenza... Tu madre, paradas en el semáforo, baila y canturrea -qué vergüenza-. La canción es muy hortera. Miras por la ventanilla, arrugas la nariz y achinas los ojos -que pareeee...-.
Imagina: Abres un blog de un columnista a quien le tienes cierta tirria. Te encuentras con un artículo en el que cuenta lo bien que se lo ha pasado en el concierto de Lana del Rey; te encuentras con que se ha puesto un avatar de un personaje de Disney; te encuentras con que ha puesto de fondo de página una foto en la que está haciendo el tonto, riéndose.
No soportas que nadie tenga vida a parte de la parte de su vida que le relaciona, personalmente o no, contigo porque no imaginas que nadie tenga vida a parte de la parte de blablablá. Cuando la ves, esa vida, es como si se produjera un fallo en el sistema; una bajada de guardia, por su parte, que a su vez te desarma, te desconcierta.
Bueno, le has visto la parte amable -por hortera que sea- al idiota -según tú, en ese momento-. Se te ha descuadrado la imagen (las Infantas bailando el Macarena; Berlusconi jugando con un gatito); se ha revelado un perfil que podría resultar humanizador (Kim Jong-il mirando una col, Laporta tirándose cava por la cabeza).
Solo queda, por no recurrir a la demagogia, correr a encerrarte en la habitación, poner la música más alta y esperar a que vuelvan a ser ellos para tú poder seguir siendo tú.
Imagina: Abres un blog de un columnista a quien le tienes cierta tirria. Te encuentras con un artículo en el que cuenta lo bien que se lo ha pasado en el concierto de Lana del Rey; te encuentras con que se ha puesto un avatar de un personaje de Disney; te encuentras con que ha puesto de fondo de página una foto en la que está haciendo el tonto, riéndose.
No soportas que nadie tenga vida a parte de la parte de su vida que le relaciona, personalmente o no, contigo porque no imaginas que nadie tenga vida a parte de la parte de blablablá. Cuando la ves, esa vida, es como si se produjera un fallo en el sistema; una bajada de guardia, por su parte, que a su vez te desarma, te desconcierta.
Bueno, le has visto la parte amable -por hortera que sea- al idiota -según tú, en ese momento-. Se te ha descuadrado la imagen (las Infantas bailando el Macarena; Berlusconi jugando con un gatito); se ha revelado un perfil que podría resultar humanizador (Kim Jong-il mirando una col, Laporta tirándose cava por la cabeza).
Solo queda, por no recurrir a la demagogia, correr a encerrarte en la habitación, poner la música más alta y esperar a que vuelvan a ser ellos para tú poder seguir siendo tú.
dilluns, 22 d’octubre del 2012
Lo que hace Jordi Évole está muy bien.
Esta muy bien porque coge a Mas, por ejemplo, ayer, y nos lo pone a enseñarnos los calcetines. Y los calcetines son ejecutivos -de ejecutar- marrones horrorosos. Y los calcetines son él diciendo que el referendum lo convoca cuando le vaya bien -que para eso manda- cuando esté seguro de que va a salir lo suyo; que eso no es injusto, que lo injusto es que solo tengan cuatro años para hacer lo que les vaya bien, y que, ah, esas son las reglas del juego.
... y que apoyó al PP en mociones absurdas, sí, pero que qué nos creemos que hacen PSOE y IU, ¿eh?, cuando les conviene también, ¿eh?, ¿eh?
Y Mas se lleva a Évole a Vilassar -de Mar, ojo-, porque allí luce más de sport y porque queda más Pujol esto de fer Catalunya -de mar, ojo-, y porque si pasa una abuela por ahí y a él le da por agarrarla del brazo y salvarla de un ficticio coche atropellador -que esa carretera es muy peligrosa-, hay menos posibilidades de que la abuela le suelte un bolsazo. Y Évole va porque en esa casa vacía, vacía; en el sofá viejo, viejo, igual al President se le escapa un 'independencia'; y, si no se le escapa, se apoltronará un poco más en el sofá y hará así, así, con el pie cruzado, y dirá 'mire, mire, mire', y enseñará más el ejecutivo marrón confiando en que nadie lo ve porque está en su casa, pero todo el mundo le escucha, porque hay una cámara. ¿O era al revés?
Ayer a Más lo desnudaron. En pelotas lo dejaron a golpe de 'tú, haz el referendum que yo votaré no', 'tú, haz el referendum, que yo no me vuelvo para Extremadura porque esto ya es España', 'Yo te presto el voto para que tú hagas el referendum, pero solo te lo presto esta vez', 'Tú, haz el referendum, pero yo no me olvido de los tijeretazos que nos has metido a las universidades'.
Lo desnudaron y salió el ejecutivo (marrón). Lo desnudaron y salió el político, solo, en una casa vacía, agarrándose al castellano, agarrándose al antimilitarismo, resistiéndose a decir independencia. En pelotas, lo dejaron, por si a alguien aún le quedaba un mínimo de idealismo tontorrón que le hiciera pensar que esto no es solo un juego de ejecutivos (marrones).
Esta muy bien porque coge a Mas, por ejemplo, ayer, y nos lo pone a enseñarnos los calcetines. Y los calcetines son ejecutivos -de ejecutar- marrones horrorosos. Y los calcetines son él diciendo que el referendum lo convoca cuando le vaya bien -que para eso manda- cuando esté seguro de que va a salir lo suyo; que eso no es injusto, que lo injusto es que solo tengan cuatro años para hacer lo que les vaya bien, y que, ah, esas son las reglas del juego.
... y que apoyó al PP en mociones absurdas, sí, pero que qué nos creemos que hacen PSOE y IU, ¿eh?, cuando les conviene también, ¿eh?, ¿eh?
Y Mas se lleva a Évole a Vilassar -de Mar, ojo-, porque allí luce más de sport y porque queda más Pujol esto de fer Catalunya -de mar, ojo-, y porque si pasa una abuela por ahí y a él le da por agarrarla del brazo y salvarla de un ficticio coche atropellador -que esa carretera es muy peligrosa-, hay menos posibilidades de que la abuela le suelte un bolsazo. Y Évole va porque en esa casa vacía, vacía; en el sofá viejo, viejo, igual al President se le escapa un 'independencia'; y, si no se le escapa, se apoltronará un poco más en el sofá y hará así, así, con el pie cruzado, y dirá 'mire, mire, mire', y enseñará más el ejecutivo marrón confiando en que nadie lo ve porque está en su casa, pero todo el mundo le escucha, porque hay una cámara. ¿O era al revés?
Ayer a Más lo desnudaron. En pelotas lo dejaron a golpe de 'tú, haz el referendum que yo votaré no', 'tú, haz el referendum, que yo no me vuelvo para Extremadura porque esto ya es España', 'Yo te presto el voto para que tú hagas el referendum, pero solo te lo presto esta vez', 'Tú, haz el referendum, pero yo no me olvido de los tijeretazos que nos has metido a las universidades'.
Lo desnudaron y salió el ejecutivo (marrón). Lo desnudaron y salió el político, solo, en una casa vacía, agarrándose al castellano, agarrándose al antimilitarismo, resistiéndose a decir independencia. En pelotas, lo dejaron, por si a alguien aún le quedaba un mínimo de idealismo tontorrón que le hiciera pensar que esto no es solo un juego de ejecutivos (marrones).
divendres, 19 d’octubre del 2012
Acabo de descubrir un segundo motivo para un tipo de alegría que los catalanes de nacimiento nunca llegarán a conocer:
El primero es el que se experimenta cuando el primer equipo de fútbol de tu ciudad sube de división.
El segundo, el que se experimenta cuando abres "Escafarlata de l'Empordà" y descubres que no solo te gusta lo que lees, que con eso ya contabas, sino que además que eres capaz de entenderlo!
JA!
Catalans, no teniu ni idea de què és ser feliç.
El primero es el que se experimenta cuando el primer equipo de fútbol de tu ciudad sube de división.
El segundo, el que se experimenta cuando abres "Escafarlata de l'Empordà" y descubres que no solo te gusta lo que lees, que con eso ya contabas, sino que además que eres capaz de entenderlo!
JA!
Catalans, no teniu ni idea de què és ser feliç.
No hay cosa más rotunda que una nube de Xavier Puigmartí. ¡Ja! Una nube. Rotunda. No les cuadra, ¿eh?
Las nubes: esas cosas que van por el cielo cambiando de forma y que, cuando descargan como hoy, se desdibujan y se desinflan. ¿Pues no va ahora Puigmartí y las vuelve a dibujar? ¿No va el tío y las cuelga por ahí, no en el espacio, que es el sitio natural de las nubes, sino en el ciberespacio, que es el sitio artificial de la nada, o sea, el sitio natural del todo que al final también es nada?
Pero es que Puigmartí no se conforma con eso: Puigmartí luego va y las materializa, las nubes, en forma de pintura, las enmarca y las cuelga de una pared, en un local, este sí, rotundo: de aquellos de pared de piedra de a metro de ancho que, estando a pie de calle, parece sacado de las profundidades de alguna cripta románica navarra -y todo el mundo sabe que las cosas, las criptas incluso, en Navarra son más rotundas que en ningún otro sitio-, y nos las planta ahí, ancladas a la milésima de segundo en la que esas nubes tuvieron, en la cabeza de Puigmartí, esa forma nada menos.
En la Tienda de nubes del carrer Nou de Sant Francesc se venden momentos de Puigmartí mirando al cielo y momentos de Agrimensor Frikosal mirando a la tierra y a todo lo demás, a lo que no es nube. Y yo mirando esos momentos, me imagino a Xavier y a Agrimensor, espalda con espalda, diciendo "¡mira abajo!", el segundo; y "¡mira arriba!", el primero; y "¡mira al rededor!", otra vez el segundo. Y a los dos apuntando al cielo, apuntando a la tierra, con el pincel y con la cámara, con la cámara y con el pincel. Y a Cosmic también me lo imagino, dando saltitos, queriendo subirse a la nube, queriendo bañarse en el lago que miran Puigmartí y Frikosal. Y riéndose y llorando, Cosmic, por todos los que no somos nube, los que no somos estrella ni montaña ni todo lo demás.
Y yo lloro un poco también pero sobre todo río, porque Xavier ha abierto su tienda de nubes en un sótano que no es sótano; porque las ha bajado del cielo, las ha anclado a la pared y ha hecho que parezca todo lo contrario: que nos ha subido a nosotros al cielo y nos ha puesto ahí, a bailar, a reír y a llorar con Cosmic y con todo lo demás.
Las nubes: esas cosas que van por el cielo cambiando de forma y que, cuando descargan como hoy, se desdibujan y se desinflan. ¿Pues no va ahora Puigmartí y las vuelve a dibujar? ¿No va el tío y las cuelga por ahí, no en el espacio, que es el sitio natural de las nubes, sino en el ciberespacio, que es el sitio artificial de la nada, o sea, el sitio natural del todo que al final también es nada?
Pero es que Puigmartí no se conforma con eso: Puigmartí luego va y las materializa, las nubes, en forma de pintura, las enmarca y las cuelga de una pared, en un local, este sí, rotundo: de aquellos de pared de piedra de a metro de ancho que, estando a pie de calle, parece sacado de las profundidades de alguna cripta románica navarra -y todo el mundo sabe que las cosas, las criptas incluso, en Navarra son más rotundas que en ningún otro sitio-, y nos las planta ahí, ancladas a la milésima de segundo en la que esas nubes tuvieron, en la cabeza de Puigmartí, esa forma nada menos.
En la Tienda de nubes del carrer Nou de Sant Francesc se venden momentos de Puigmartí mirando al cielo y momentos de Agrimensor Frikosal mirando a la tierra y a todo lo demás, a lo que no es nube. Y yo mirando esos momentos, me imagino a Xavier y a Agrimensor, espalda con espalda, diciendo "¡mira abajo!", el segundo; y "¡mira arriba!", el primero; y "¡mira al rededor!", otra vez el segundo. Y a los dos apuntando al cielo, apuntando a la tierra, con el pincel y con la cámara, con la cámara y con el pincel. Y a Cosmic también me lo imagino, dando saltitos, queriendo subirse a la nube, queriendo bañarse en el lago que miran Puigmartí y Frikosal. Y riéndose y llorando, Cosmic, por todos los que no somos nube, los que no somos estrella ni montaña ni todo lo demás.
Y yo lloro un poco también pero sobre todo río, porque Xavier ha abierto su tienda de nubes en un sótano que no es sótano; porque las ha bajado del cielo, las ha anclado a la pared y ha hecho que parezca todo lo contrario: que nos ha subido a nosotros al cielo y nos ha puesto ahí, a bailar, a reír y a llorar con Cosmic y con todo lo demás.
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