diumenge, 17 de juliol del 2011

Hugo Chávez se va de Venezuela a La Habana a que le hagan un tratamiento de quimioterapia y, antes de subir al avión, se hace una foto con el periódico del día, que es como dedicarle un corte de mangas a quien quiere que te mueras.

Como el empeño enfermizo (perdonen la redundancia de lo de enfermizo en el caso de Chávez) en demostrar que lo que se dice es verdad suele ser cosa de mentirosos, a mí me ha dado por pensar que puede que Chávez lleve días muerto pero que, antes de morirse, su departamento de propaganda decidió que se cambiara de ropa unas cuantas veces seguidas y se hiciera, a cada modelito, una foto con un diario especialmente impreso para la ocasión. Portadas de diarios con noticias previsibles, adelantadas -para la foto- a antes de la muerte de Chávez, cosa que, recuerden, ya ha pasado.

Ahora, el mismo departamento de propaganda estaría cruzando los dedos por que no pase algo imprevisible merecedor de una primera plana -un terremoto, un accidente masivo, la resurrección de Chávez (este último debe de ser el notición que debe de soñar protagonizar cualquier dictador en su lecho de muerte y si pasara en el caso de Chávez, que está oficialmente vivo, la gente se tomaría la noticia como una tomadura de pelo).

El departamento de propaganda también estaría ahora empezando a manipular el presente con el fin de encaminar las cosas para que cuadren las notícias correspondientes a las portadas de los días 5 de marzo de 2012, 9 de noviembre de 2012 y 2 de mayo de 2013, por ejemplo, si se ha decidido que Chávez sigua vivo hasta entonces.

Porque esa es otra: ¿hasta cuándo se ha decidido que Chávez esté vivo?

Y en este punto me ha venido a la cabeza Ariel Sharon.
Leer 'L'alcool et la nostalgie' y creer oír mientras los catacloncs de los zapatos de los escritores que tienes encumbrados desde hace años, al descender peldaños para dejar pasar al nuevo.
'L'alcool et la nostalgie' o marearte de nuevo, presa, como siempre, de lo que te estás perdiendo por puro desconocimiento y lo que te perderás por puro morirse antes de que llegue o te dé tiempo a descubrirlo.

Así de bueno es el libro nuevo de Mathias Enard. Y punto.

J'ai même vu un cimetière, Vladimir, un cimetière magnifique, aux croix de bois peintes elles aussi dont les tombes sont circonscrites par un petit parc, on aurait dit un lieu magique où enterrer des poupées, des poupèes russes, comme nous trois, trois matriochki entrées l'une dans l'autre se sont séparées, j'étais la plus petite, j'étais la plus petite, Vladimir, je profitais de votre chaleur à tous deux, j'oublidais mon vide intérieur dans cette cavité d'amitié, voilà le cimetière où il faudrait t'enterrer, Vladimir...