Ah, domingo... El día en que los periódicos se vuelven colorín y, si uno no ha salido la noche anterior y se levanta despejadito por la mañana, el cuerpo le pide terraza, café con leche grande y mesa, también grande, en la que desplegar página tras página aquellos montones de noticias todas con fotos en color.
El día en que página tras página se ve que los redactores el sábado también fiestean y se lo pasan convirtiendo la noticia en reportaje con fotos multicolor de Reuters y la declaración en entrevista de a tres páginas con instantánea de a tres columnas del protagonista en actitud zapatillil, enseñando a su gato naranja Chispa, que es domingo también para los entrevistados, que parlamentos, oficinas de partido, bancos, tribunales constitucionales y ccoos y ugtés también cierran. Todo, hasta la tinta, huele distinto en domingo. Y Juan José Millás deja el contar zapatos debajo de la cama para irse a pasear en taxi con el director general de la ONCE: venga taxis, venga taxis, que por la acera no se puede ir, que los pilones para que no aparquen las motos en ciego se llaman rompehuevos. Qué risa.
Domingo, el día en que la revista toma la portada y te planta una foto de un condenado de catorce años a la horca, en alta resolución, a todo color, con pie de foto que dice: 'Fulanito, con grilletes', por si no te habías fijado bien, que los domingos, ya se sabe, a uno se le escapa el detalle y a lo mejor se queda solo mirándole a los ojos al chaval, y no es plan, que es domingo, coño, no se me vayan por las ramas: mírenle a los ojos pero también a los pies, que es peligroso este chaval y lo van a matar. ¿Por qué? Ah, no lo pone en la portada, ya irán corriendo si eso a buscarlo dentro, de momento quédense con la información principal: catorce años, grilletes, horca: como si unos grilletes en los pies no fueran suficiente horca en el cuello para un chaval de catorce años. Qué fuerte que pongan esto en portada el día que ustedes habían cogido el periódico para acompañar el café y para ver qué podían hacer con los niños, que los colegios también cierran en domingo y, ahora mismo, deben de haberse levantado ya y seguro que están liándola parda en casa. Mejor acabarse el café con leche, cerrar el periódico y volver con él bajo el brazo a poner orden como sea, aunque no tengan decidido aún si hoy es un buen día para llevarlos al Caixaforum a joder la visita a la gente que iba solo por la exposición y no por pasear a los niños.
Pero ante la duda del qué hacer con los críos este domingo, sobre todo, quédense con la idea de los grilletes, no recurran a la de la horca, que los juzgados de instrucción vuelven a abrir mañana y aquí sí, ahorcar a un niño está contemplado, incluso mal mirado, por la ley, que lo del report del chaval este era solo para dejarle a usted un poquito de mal cuerpo de domingo, no de entresemana: el mal cuerpo de entresemana ya se sabe que es distinto, más tirando a depresivo, y eso los periódicos no lo quieren para nada: aquí, de lunes a viernes, no ha pasado nada, que hay cosas que entran mejor con el café del domingo y con los niños correteando por el Caixaforum: decidido, irá al Caixaforum, así su mujer se queda tranquila un rato, acabando de preparar la comida y leyéndose ese reportaje, tan majo, sobre Raina de Jordania, que luego viene la abuela a comer y, seguro, lo querrán comentar.