Estoy paralizada. Llevo un mes dándole vueltas a cuestiones como el quid pro quo, a aquello del aquellos lodos trajeron estos barros y a lo de quien siembra tormentas, recoge tempestades. Y no veo ni el quid ni los lodos ni las tormentas. Hablando de esto con Sergi, me dijo que, si realmente no los veía, puede que fuera el momento de hacer un poco de autocrítica. Le hice caso y, a base de autocriticarme, se me ha rebotado el cuerpo: se ha empezado a currar algo que se parece mucho a una gripe. Y es que, verán, si una se piensa que todo lo que le pasa le pasa porque, de alguna manera, se lo ha ganado, acaba encontrándose con un mes como este en el que la conclusión es que debe de ser una persona horrible.
O igual es simplemente, como dice Diana, astemia otoñal.