Ayer, a las 12 de la noche, me conecté por última vez antes de ir a dormir, a ver qué pasaba en el mundo.
Todo estaba tranquilo, como suele estarlo las noches de viernes y sábado, en mi TL de Twitter, hasta que se coló un mensaje de David Fernández que, escuetamente, venía a retuitear a un tal Galder_en_lucha, que daba la referencia de una tal Kitabet, que por lo visto estaba dando información en inglés sobre algo que pasaba en Estambul.
Para saber lo que está ocurriendo ahora mismo en Estambul,
Todo era así como muy carambólico e indefinidio -éste dice que ésta informa sobre algo- así que fui a buscar qué decía Kitabet. Me encontré con una ristra de tuits que hablaban de manifestaciones, de gas lacrimógeno, de heridos, de gente colgando en sus ventanas carteles con las contraseñas de sus wi-fis y de links a The Guardian y Le Monde, diarios que informaban sobre el asunto.
Leyendo estos dos últimos, me encontré con la noticia en las portadas de sus ediciones digitales: todo había empezado en Estambul el lunes por la noche cuando un grupo relativamente discreto de gente se había reunido en una de las pocas zonas verdes que quedan en Estambul para protestar por el proyecto de construcción allá de un centro comercial. Erdogan, el primer ministro, mandó a la policía. Los métodos de dispersión resultaron desproporcionados; utilizaron gas lacrimógeno y hubo heridos, claro. Al día siguiente, en el mismo sitio, se reunió más gente. Vuelta a empezar: cañones de agua y más gas lacrimógeno otra vez. Desde entonces, hasta ayer por la noche, la cosa ha ido in crescendo: la gente, con máscaras antigas caseras, cada vez eran más; la policía, cada vez más violenta.
Fui a buscar información en castellano o catalán en los diarios de aquí. Sólo encontré esta nota en la portada de El País.
Escribí un tuit: Cobertura cero de lo que está pasando en Estambul por parte de los medios de aquí. Luego hice más tuits con lo que (no) había encontrado: ni en La Vanguardia ni en ABC ni en La Razón mencionaban el asunto. En el Ara y en El Periódico, había que irlo a buscar a las páginas de internacional.
Y ¿por qué crees que es eso?, me contestaron. Respondí que me olía la misma práctica de no informar sobre suicidios (efecto dominó, y tal). Me contestaron que era normal, que si no se informaba sobre los kurdos, por qué iban a informar sobre Estambul. La respuesta a aquello era tan obvia que me fui a dormir.
Esta mañana, la cosa sigue más o menos igual: nada en las portadas de La Vanguardia ni de El Periódico, el mismo articulito en la de El País... En el Ara, la noticia ha entrado en la primera plana, sí, pero por debajo de la de unos tornados que ha habido en Estados Unidos, por ejemplo. Además, el titular es: "Dura càrrega policial contra els 'indignats' turcs". ¿Saben la pavada aquella de noticia no es que un perro muerda a un hombre sino que un hombre muerda a un perro? Es lo primero que me ha venido a la cabeza al leerlo. Noticia no es que la policía cargue contra una manifestación; les pagan, van equipados, entre otras cosas, para eso. Lo que pasa es que nos han vendido una moto; la moto del jijí jajá, vamos de manifestación como quien va de fiesta. Y nos la hemos tragado y por eso las actuaciones de la policía nos parecen injustas y desproporcionadas y por eso nos creemos que la noticia es la policía. Pero no; la noticia de lo que está pasando en Estambul es más bien la que da Le Monde: "Noche en blanco para los miles de estambuleses en cólera contra el Gobierno". La gente en cólera, la gente con una mecha cortísima que va en tiempo récord de la protesta porque les roban un espacio público ajardinado a la protesta por los abusos de un gobierno opresor. Eso es de lo que no quieren informar, porque la gente somos nosotros y la cólera aún no nos ha acabado de salir. Quieren hacernos creer que la cólera sólo puede salir de arriba porque lo peligroso es que empezara a salir de abajo, porque somos más. Y eso es lo que explica toda esta falta de información y la manera tan errónea de dar la poca que nos llega.