Miren esas caras.
Futbolistas retirándose del campo después de haber perdido otro partido.
Trabajadores sumando en sus cuentas particulares una noche más en la fábrica.
Novios yendo a trabajar después de discutir toda la noche.
Gente saliendo de un festival, con toda la bajona, a las 9 de la mañana.
Uno pone su peor cara a un nivel bajísimo de tristeza y cansancio a partir del cual la expresión ya no puede ir a peor. Debe de ser como la sensación de frío o de calor, que a partir de cierta temperatura ya da igual.