Hablo con mi padre y me cuenta:
-De Miquel: "Muy bien, muy espavilao: se fija en todo aunque me imagino que no ve nada".
-De Aina: "Ha estado un rato en el hospital y no se separaba de su madre y no soltaba al pequeño. Cuando nos las hemos llevado a casa, ha montado un numerito...".
-De María: "Esa pasa de todo".
-De Nuria: "Está bien, está bien. La mandan a casa mañana".
-De mi madre: "Ahora está poniendo a las crías a dormir y pensando qué hace para comer mañana, que viene la madre de Ramón, preocupándose por cosas de las que nadie se preocupa, ya sabes".
Y, claro, a servidora, estando tan lejos, no hay cosa que le tranquilice más, que le produzca a la vez tanta nostalgia y tanta felicidad, que ver que todos los miembros de la familia están siendo taaaan absolutamente ellos (mi padre incluido, contando las cosas como las cuenta) en este ratico tan de novedad y tan de alegría.
Tengo un sobrino nuevo que se llama Miquel.