El Fernandito
metiendo goles.
dissabte, 5 de novembre del 2011
Ricky Martin se hace español para casarse con su novio.
Me ha hecho pensar en mí hace tres años cuando tenía decididísimo que me casaba para ser francesa. Al final, me desdecidí. Y miren que igual debería haberlo hecho: el individuo en cuestión era, además, medio francés medio suizo, una carambola perfecta, como pueden ver. Pasó que se nos murió el amor en medio de tanto papeleo ¿Sabían que para ser suizo hay que enviar una carta a Suiza explicando tu gran amor por el país? Pues yo me sentaba a escribirla y no podía parar: que si los quesos, que si las raclettes, que si los relojes que si los bancos, que si los búnkers camuflados en las montañas, que si ese histórico no mojarse y ese delirio por el reciclaje; en cambio, si me tuviera que haber sentado a escribir una carta explicando mi gran amor por el suizofrancés y enviarla a la oficina del amor en ese momento, me hubiera quedado en blanco seguro. Así que llegó el día en el que, con más dolor de pasaporte que de coeur, tomé una decisión: lo siento Suiza, lo siento Francia, lo siento yo, no me caso.
A Ricky Martin no le pasará eso. Ricky Martin firmará la nueva nacionalidad sin que se le despeine un pelo. No llegará el día en el que Ricky Martin se pare a pensarlo, llame a su novio y le diga: lo siento novio, no puedo seguir adelante con esto de la nacionalidad española; ¿tú has leído los periódicos últimamente? Cristiano Ronaldo ha acabado con el poco amor que me quedaba por Madrid; el diari Ara, con el que me quedaba por Catalunya; y el complejo de juego Las Vegas style más la campaña electoral, con el cariño que podía tener por cualquiera de las dos. No nos casamos, ya iré a verte si eso de vez en cuando.
¿Pero ustedes creen que a Ricky Martin le importa todo eso? No. Ricky Martin tiene un objetivo que va más allá y que le hace obviar, ni eso porque ni si quiera ha pensado en ello antes, todas estas vagatelitas: el objetivo de Ricky Martin es casarse con su novio. Igual es que yo no estaba suficientemente enamorada de Suiza y de Francia después de todo para seguir adelante con mi relación con el francosuizo por mor de la triple -¡triple!- nacionalidad. Ricky Martin, en cambio, está tan enamorado de su novio que es capaz de pasar por alto los lagrimones y desmayos de su club de fans de Tomelloso en ese mismo momento y hasta la semana posterior a su jura de bandera, las pegatinas con su perfil sobre un fondo rojigualdo y la comitiva de niñas histéricas que le seguirá y le esperará fuera cuando pose su mano sobre la Constitución.
Así que Ricky Martin se nacionalizará español porque a Ricky Martin le importa un pito nacionalizarse lo que sea. Suiza nunca toleraría esto. Suiza no va por el mundo reafirmándose en cantantes o futbolistas latinos. Suiza es más Suiza que mundiales ganados, conciertos multitudinarios y golpes de cadera que aseguran lipotimias varias contra las vallas de seguridad.
Joder, ¿la nacionalidad adquirida por matrimonio se pierde por divorcio? Igual sí que me tenía que haber casado.
Me ha hecho pensar en mí hace tres años cuando tenía decididísimo que me casaba para ser francesa. Al final, me desdecidí. Y miren que igual debería haberlo hecho: el individuo en cuestión era, además, medio francés medio suizo, una carambola perfecta, como pueden ver. Pasó que se nos murió el amor en medio de tanto papeleo ¿Sabían que para ser suizo hay que enviar una carta a Suiza explicando tu gran amor por el país? Pues yo me sentaba a escribirla y no podía parar: que si los quesos, que si las raclettes, que si los relojes que si los bancos, que si los búnkers camuflados en las montañas, que si ese histórico no mojarse y ese delirio por el reciclaje; en cambio, si me tuviera que haber sentado a escribir una carta explicando mi gran amor por el suizofrancés y enviarla a la oficina del amor en ese momento, me hubiera quedado en blanco seguro. Así que llegó el día en el que, con más dolor de pasaporte que de coeur, tomé una decisión: lo siento Suiza, lo siento Francia, lo siento yo, no me caso.
A Ricky Martin no le pasará eso. Ricky Martin firmará la nueva nacionalidad sin que se le despeine un pelo. No llegará el día en el que Ricky Martin se pare a pensarlo, llame a su novio y le diga: lo siento novio, no puedo seguir adelante con esto de la nacionalidad española; ¿tú has leído los periódicos últimamente? Cristiano Ronaldo ha acabado con el poco amor que me quedaba por Madrid; el diari Ara, con el que me quedaba por Catalunya; y el complejo de juego Las Vegas style más la campaña electoral, con el cariño que podía tener por cualquiera de las dos. No nos casamos, ya iré a verte si eso de vez en cuando.
¿Pero ustedes creen que a Ricky Martin le importa todo eso? No. Ricky Martin tiene un objetivo que va más allá y que le hace obviar, ni eso porque ni si quiera ha pensado en ello antes, todas estas vagatelitas: el objetivo de Ricky Martin es casarse con su novio. Igual es que yo no estaba suficientemente enamorada de Suiza y de Francia después de todo para seguir adelante con mi relación con el francosuizo por mor de la triple -¡triple!- nacionalidad. Ricky Martin, en cambio, está tan enamorado de su novio que es capaz de pasar por alto los lagrimones y desmayos de su club de fans de Tomelloso en ese mismo momento y hasta la semana posterior a su jura de bandera, las pegatinas con su perfil sobre un fondo rojigualdo y la comitiva de niñas histéricas que le seguirá y le esperará fuera cuando pose su mano sobre la Constitución.
Así que Ricky Martin se nacionalizará español porque a Ricky Martin le importa un pito nacionalizarse lo que sea. Suiza nunca toleraría esto. Suiza no va por el mundo reafirmándose en cantantes o futbolistas latinos. Suiza es más Suiza que mundiales ganados, conciertos multitudinarios y golpes de cadera que aseguran lipotimias varias contra las vallas de seguridad.
Joder, ¿la nacionalidad adquirida por matrimonio se pierde por divorcio? Igual sí que me tenía que haber casado.
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