Estaba fregando los platos en la librería y una señora ha venido hasta el fregadero y se ha esperado a que me secara las manos para que le mirara si teníamos un libro. No teníamos el libro.
Analicemos la situación:
- Fregar los platos en horario de atención
al público.
- Clienta que tiene que venir a buscarme.
- Clienta que espera.
- No tener el libro.
Pero:
- El libro que buscaba la señora era ESTO.
Todo esto es lo que algunos libreros les estamos intentando explicar al Gremi de Llibreters y al Departament de Cultura de la Generalitat; ambas instituciones están dispuestas a gastarse dinero público en implantar estas auditorías inútiles, cuando hay tantas otras cosas por hacer.