La cosa no va bien si yo quedo con mi hermana, a quien no veo desde hace meses, y en vez de hablar de su embarazo, de mis sobrinas, de mi madre, de los amigos y de todo y nada, nos pasamos un par de horas hablando de su sueldo, de quirófanos cerrados, de recortes en hospitales y de gente de mala leche.
No. No va bien.
Me contaba que desde siempre, a ella le suben todos los días a la consulta guantes de látex hipoalergénicos, que ella está harta de decirles que no tiene alergia a nada, que le traigan de los normales, que cuestan diez veces menos, y que le responden que los normales se han acabado. Y me explicaba que la Pajín se ha pegado los últimos años aprobando medicamentos de a más de 600 euros que ella tiene prohibido recetar, por la crisis, que receta los más baratos porque luego le hacen revisiones para ver qué ha recetado y qué no, pero que la gente busca en internet y habla con los vecinos y luego le vienen reclamando, que a ver por qué no les receta lo mejor y que a su vecino sí que le han recetado esto y esto otro.
Que lo primero que han hecho ha sido cerrar quirófanos, que a su suegro, que es cirujano en Sant Pau, en Barcelona, por ejemplo, le han dicho que este puente de la Constitución tiene que ir a trabajar pero que los quirófanos van a estar cerrados. Entonces entra en la conversación mi cuñado, que también es médico, para decir: cerrar quirófanos y recortar sueldos. Por lo visto, explica, en el periódico ha salido que un médico cobra 3.000 euros. Está que trina. Dice que su sueldo base es de 1.200 y que luego tiene los complementos, que se consiguen a base de recibir pacientes fuera del horario establecido por contrato, que son los que le ayudan a redondear el sueldo y que son lo que ahora les están recortando, como a su padre cuando no le dejan operar durante un puente, pero que la gente se queda con lo de los 3.000 euros y que les parece lógico que les recorten, claro.
No es normal que nos pasemos dos horas hablando de eso y que luego se despierte mi sobrina, que lleva todo el rato dormida en la silleta, y se enfade conmigo, que hace meses que no la he visto, porque medio dormida, me ha tendido los brazos para que la cogiera pensando que yo era mi hermana, yo la he cogido, ella se ha dado cuenta de que no era su mami, y me ha dicho ¡fea! ¡fea! ¡fea! y se ha ido con mi hermana, que en ese momento concluía que han recortado por donde les ha parecido que más repercusión iba a tener la cosa, para que la gente viera que están haciendo algo, cuando lo que tenían que haber hecho era preguntarles a ellos desde el principio por dónde tenían que recortar para que la cosa, de verdad, supusiera un ahorro para el gasto público. Porque ella no es alérgica a nada y lleva años gastando diez veces más de lo que hacía falta gastar en guantes en contra de su voluntad.
Ahora, además, hablan de quitar en los vuelos el descuento de residentes en Mallorca, así que vete a saber cada cuánto voy a tener la oportunidad de que mi hermana me explique en vivo si sigue no siendo alérgica a nada y de ver cómo mi sobrina se retracta de haberme llamado fea tres veces cuando por fin se da cuenta de que las dos llevamos coletas con las que hacernos cosquillas la una a la otra en estas caras, la mía ya no tan fea y la suya llena de chocolate del helado que me acaba de robar.
La cosa no va nada bien.