A mí me hubiera gustado asistir a la Assemblea Nacional Catalana de este pasado fin de semana. En serio, no sé en qué estaba pensando, siempre me pasa lo mismo: se me pasan estas cosas y luego tengo que informarme en frío, en casa, sin la caloreta esta que da el estar rodeada de de miles de personas gritando con un solo pulmón in-indé-inde-pendèn-cià! Y todo es mucho más sórdido, mucho más racional y da mucho más miedo. No la independencia, ¡entiendanmé! La cosa en sí, el acto, el discurso, el full de ruta: leer el full de ruta en casa, sola, de noche, acojona una barbaridad. Si ustedes se lo leen después de ver el vídeo de Sergi López discurseando, lo que suena en un principio a discurso de Guardiola antes de la final de cualquier Champions de estos últimos años, se convierte inmediatamente en la arenga de un Braveheart desquiciao, espada en ristre y melena al viento; si lo leen antes, en cambio, no podrán parar de preguntarse: ¿sabía este señor realmente de qué estaba hablando? Y si lo supiera, ¿habría tenido la sangre fría de hacer esas pausas dramáticas tan calculadas para ser 'interrumpido' por los aplausos en los momentos clave?
A ver, por partes:
Poner a un actor simpaticón y bueno a hacer de portavoz de las cosas de la política, es como la moda esta de llevar a los críos a caballito a las manifestaciones. Pero ¿qué es esto? ¿Vamos en serio o no? No me malinterpreten otra vez: podría haber sido mucho peor: podrían haber puesto a Joel Joan y ja estàvem venuts de nou. Sergi López, mucho mejor, dónde va a parar. Lo digo en serio. Pero también digo en serio que la cosa esta de medir el éxito o el fracaso de algo por el grado de proximidad al público del asunto o por el simple 'qué bien nos lo pasemos', ya cansa. Por la misma regla de tres, el 'Jo confesso' de Jaume Cabré es una obra puntal de la literatura universal. Y no: así pierde la literatura universal y así el full de ruta de la Assemblea Nacional de Catalunya queda disfrazado de actividades lúdicas para todas las edades programadas de aquí al 11 de setembre de del 2014, día de la proclamación de la independencia de Catalunya ('tant com fos possible'. sic.).
Miren, igual va a resultar que no me arrepiento tanto de no haber asistido este fin de semana a la Assamblea Nacional de Catalunya, igual necesitaba esta claridad mental libre de serpentinas y de cervesas amigo en las laderas de Montjuïc para ser consciente de la magnitud del asunto, para leer después la parte del full de ruta que dice:
C. Si l'estat espanyol impedia el referèndum, el Parlament de Catalunya proclamarà la independència unilateralment.
D. Si aquesta opció tampoc no era possible, per un impediment físic de l'estat espanyol, els diputats catalans del parlament, del congrés, del senat i del parlament europeu, es reunirien en una ciutat europea i farien la declaració unilateral d'independència.
y cagarme encima con la cosa del 'impediment físic', ver que un 'impediment físic' que implica una reunión 'en una ciutat europea' suena a guerra, señores, a garrotazo en la cabeza, a tanques entrando por la Diagonal, por la ronda de Dalt, por la Litoral y por la del Mig (que nunca sé muy bien cuál es). Y nosotros sin ejército (¡ay, Joan Sales!). Y la Assemblea Nacional de Catalunya diciendo 'ah, ya se lo avisamos', ¿no recuerdan que el full acababa así: L'ANC insisteix que 'caldrà preveure totes les sortides de les moltes situacions diferents que es puguin presentar'?
¿Lo ven? Esto es serio. Esto es serio y mi abuela tenía razón haciéndonos apartarnos de las ventanas cuando abajo, en la calle, cruzaban coches y llegaba la policía.
Igual me estoy yendo al otro extremo. Igual estoy siendo alarmista. Pero por si acaso, déjense de picnics, pongan a los niños a buen recaudo, y pongámonos todos a trabajar ya, hostia.
El vídeo de Sergi López, aquí.
El texto del full de ruta, allá.