dilluns, 7 d’octubre del 2013

La prueba de que algo de razón tiene Cataluña cuando alega motivos de expolio en su proceso independentista es que la acusan de insolidaria cuando hace amago de marcharse: no se le acusa de insolidario a alguien que alega el hecho de ser una carga como motivo para quitarse de enmedio, al revés: cuando el abuelo se siente una carga y casi que fantasea con la idea de morirse para no seguir molestando, lo que da es mucha pena, se le intenta quitar la idea de la cabeza y todo el mundo se pone a pensar en lo bueno que es el abuelo y en qué han hecho ellos mal.

Me acaban de impeler en los comentarios a la entrada anterior a que, en vez de pensar en separarme, piense en unirme, que lo haga por los trabajadores de los astilleros de Rota, por ejemplo. ¿No se dan cuenta de que de eso es precisamente de lo que hablamos cuando hablamos de expolio? Entrando en su juego, podría hacerles la lista de trabajadores en los que nadie ha pensado: los del mueble de las Terres de l'Ebre o los de los del campo de Lleida, sería caer en su trampa, claro está, porque está claro que esto del reparto de las ayudas y de la riqueza, igual que no ha funcionado en España con Cataluña dentro, está por ver si funcionaría en Cataluña con España fuera, que me temo que tampoco; es lo que venía a decir cuando hablaba de políticos chorizos en la entrada anterior, y ya que me mencionan también lo del 15M, les diré que creo que, en el caso de conseguirla, la independencia, seguramente después hará falta currarse un 15M también aquí, a ver si a base de insistir, la cosa acaba cuajando un poco más.

Estaba dando otros motivos, pero los motivos -anticuados- de siempre no hay manera de quitárselos de encima. Es como pasar la pantalla de la Game Boy y que el cacharro se empeñe en recargarte siempre la pantalla anterior.

Me han acabado, en los comentarios (y hay un emoticono para la cara que se me ha quedado cuando he leído esto), llamando manipuladora por escribir en castellano. Está claro que algunos no quieren ampliar la argumentación; o no conviene o la mente no está preparada para hacerlo porque, cuidado, se abriría un campo de discusión en el que las partes estarían más igualadas; en el que no estaría tan claro quién es el bueno y quién es el malo aquí.