Esto es como broma, ¿no?
Dos empresas piden voluntarios para trabajar para ellos 'de gratis', que es lo que hacen los voluntarios.
Pero a ver, ¿qué pasa aquí? ¿Qué son estas pobrecitas empresas de telecomunciaciones? ¿Entidades sin ánimo de lucro que han venido para salvarnos a nosotros, pobrecitos catalanoparlantes, de no tener a nadie, persona o cosa, que nos hable en nuestro idioma?
He recuperado la sensación que tuve aquel año que hice de voluntaria por la lengua, que quedaba con mi catalanoberri asignada en la Ovella Negra del Raval, una hora a la semana y las birras nos las pagábamos nosotras. Me pasé el año pensando 'manda huevos que haya tenido que venir yo desde Pamplona a salvar el idioma hablando un ratito cada jueves de lo lejos que está Soria con esta otra señora que acaba de llegar de allá'. Pero ya ven, yo era joven y eixerida y me hacía ilu sentirme un poco parte del plan, me hacía sentir que había entrado un paso más allá de la habitación de invitados, por la que Pérez Andújar dice que pasamos todos los que venimos de fuera. Pero ¿volver a estas alturas -en las que se va diciendo por ahí que no tenemos el aeropuerto más importante de Europa porque no nos dejan, que, si nos dejaran, seríamos algo así como una especie de potencia mundial, que, ahora que nos dejan, vamos a hablar en català en el Parlament Europeu-, volver a estas alturas, digo, a los tiempos de la ikastola en la bajera de la Rotxa pero peor, engañándonos a nostros mismos a golpe de 'yo, por mi Catalunya en català, mato' sabiendo que en realidad lo estamos haciendo en beneficio de dos compañías de teléfono? Vamos, hombre: ¿no hay traductores y locutores profesionales en tot l'Estat? A mi no em donis 'té dos missatges nous' grabado con la alegría ilusa de quien se piensa que le está haciendo un servicio a la Patria; dame un 'el mòbil està apagat o fora de cobertura' de alguien que se está ganando la vida y cobrando a fin de mes.
Hace unos días, en el mismo Ara, Eva Piquer alertaba (y muy bien alertado) de la desaparición del periodismo como oficio por la tendencia esta fantástica y tan de moda ahora a no pagar a quien escribe con la excusa de 'te harás un nombre, ¿te parece poca renumeración?'. Pasa lo mismo con diseñadores, ilutradores y artistas de todo pelo. ¿No hay gente haciendo negocio detrás de todo arte? ¿No hay un comprador potencial detrás de todo smartphone en catalán? Pues que paguen, que se dejen de voluntarios.
Joder, y aquí estoy yo siendo otra vez más papista que el Papa. Manda huevos que haya tenido que venir desde Pamplona para esto.