No paramos de decir que España nos margina (a los catalanes, digo) pero luego somos tan burros que si el presidente del Consejo General del Poder Judicial compara el catalán con el mandinga, esa torpísima comparación -que este tío ni sabía qué estaba diciendo- se acaba interpretando como una falta de respeto en vez de interpretarse como una prueba de que llevamos razón y que tenemos motivos para plantar cara, y corremos a decirle que lo retire y que pida disculpas en vez de tomárnoslo como lo que es: una muestra del desconocimiento profundo de la realidad del uso e importancia de los idiomas del Estado (y del mandinga, claro).
... Y él cita a Espriu. Y aquí paz y después gloria.
Y así, señores, a base de 'uyloquehadichos!!!'es como se está jugando en las altas esferas políticas este eterno y absurdo jueguecito por la independencia.