(De las conversaciones melopéicas que, además de resaca, dejan temas para reflexionar).
Tema del día: la "teoría del second best".
Hay una película que expone esta teoría, sin más, dejémoslo ahí, mejor o peor da igual. La expone y punto. Se trata de "Two Lovers", de James Gray. La historia viene a decir que por mucho que uno aspire a lo mejor, siempre se acabará quedando con el segundo premio; el "second best".
El segundo premio tampoco está tan mal, incluso puede estar muy bien, pero (ay, amigo) no es el primero. Así que sí: te quedas con él y además te quedas con una bonita frustración que te acompañará de por vida, que irá contigo a lo largo de los años susurrándote al oído de vez en cuando: "Qué hubiera pasado si...".
Eso es lo que cuenta la peli y eso es de lo que ayer estuvimos hablando M., I. y servidora en el Tahití, Manhattan en mano. De hecho, llegamos a la conversación después de dar un bonito repaso a exnovios, después de grandes cuestiones del tipo: tú o yo, ¿quién debería sentirse más fracasada? (risas).
Yo vi la peli hace un mes largo, cuando acabó pensé "Vaya gilipollez" y no le di más vueltas. M. salió del cine pensando lo mismo, pero le había dado más vueltas: según ella, es una película para tíos. A la mayoría de los hombres que conoce M. -la minoría, a los que no les gustó, es la excepción que confirma la regla-, la película les había parecido durísima, buenísima y como la vida misma. Para ellos, la "Teoría del second best" es ineludible y van por la vida suspirando por aquella novia con la que nunca se llegaron a casar porque, según M., en su momento no tuvieron cojones de decir: "Me quedo con la mejor", o de decir: "Si no tengo a la mejor, me quedo solo".
A esas alturas de la conversación, yo seguía con mi "Vaya gilipollez de peli" sin poder ir más allá. Hoy me he despertado dándole vueltas al asunto. Estoy en parte de acuerdo con M. pero creo que hay otra cosa que hace que la "Teoría del second best" caiga por tierra ipso facto. Pienso, porque a mí me ha pasado, ¿cómo encaja en esta teoría aquel momento en el que el primer premio pierde todo su brillo y uno se da cuenta de que lo que andaba persiguiendo era un bluff como una casa? ¿Por qué si no te quedas con lo que hasta entonces parecía lo mejor te tienes que quedar por narices con lo que hasta entonces parecía lo segundo mejor (y aquí encaja la opción de quedarse solo que dice M.)?
Al final, mi conclusión (una opinión como cualquier otra) es: Lo mejor existe pero no es una cosa inmutable, de hecho, muchas veces cuando lo consigues, pasa a ser inmediatamente el second best. Y la más importante: lo mejor lo marca uno mismo según asimile los imputs que va recibiendo. Lo que hoy es lo mejor, puede que mañana ya no lo sea.
"Two Lovers" es una película sobre una frustración totalmente idealizada y convertida en el centro de una vida, que seguramente se quedará en la cabecita del protagonista en forma de trauma absurdo. Nada más.