dimecres, 29 de setembre del 2010

Veo una foto de los príncipes de Suecia dando de comer a unos pingüinos. Están agachados (como se dice en catalán: "a la gatzoneta", que suena a euskara y me hace mucha gracia) y nada vestidos para la ocasión con unos modelazos principescos muy poco adecuados ni para una visita a la Antártida ni para una visita al zoo ni para los guantes protectores amarillos que llevan, que son en lo primero en que te fijas cuando ves la foto.

Unos guantes protectores amarillos totalmente desproporcionados a la situación, quiero decir, ¿protegerse de qué?, si los pingüinos tienen una pinta de estar asustadísimos y sintiendo una nostalgia tan terrible de unas piernas largas que les permitan salir corriendo que ríete tú de la nostalgia freudiana de otros apéndices corporales.

A mí la foto me ha recordado por todas estas incongruencias visuales a aquellas fotos de boda en que los novios dan de comer a los cisnes más preocupados por que no se les caiga el velo al charco o abrazan árboles poniéndose de puntillas para que los tacones no se les queden clavados en el césped, sonriendo un momentito a la cámara y separándose después del tronco con cara de asco, mirándose la pechera con miedo de que se les haya quedado enganchado un churretón de resina, que es muy difícil de sacar luego.

Mirando la foto, he pensado que la vida de los reyes debe de ser así -sonreír un momentito y poner enseguida cara de asco y sacudirse el vestido- todo el rato. Y también, a veces, poner cara de muy muy preocupados por algo, así como de que algo rollo ETA o la sociedad les ha decepcionado brutalmente y ellos miran al horizonte con un gesto que mezcla seriedad, compromiso y esperanza en sus justas medidas... Ésta debe de ser la vida de los reyes y la del Papa también.

Así que creo que la misión de los reyes y la del Papa no es otra que ofrecernos al resto de los mortales un álbum de fotos de boda. Uno se compra las revistas y va comentando: "Mira qué sombrero, mira qué sotana, mira cómo saluda, mira la gente qué contenta estaba...", que es lo mismo que se comenta con las fotos de las bodas de los amigos.

Y eso es todo lo que he pensado hoy. No está mal para un domingo regalado, ¿no?

(Y por eso de que les hará más gracia ver las fotos luego es por lo que irá toda la gente que irá a ver al Papa cuando pase por aquí dentro de unos días, ¿no? Porque todo el mundo sabe la cara de asco infinito que pondrá este hombre divino cuando vea todo aquello en obras y todos los pixats del Casc Antic y los súpers pakis y las latinbandas que hay por aquel lado del Eixample. Porque nadie ya se cree que este señor sea alguien que merezca ser aclamado... ¿no? ¿NO?)
Iba a hablar de la huelga pero me he dicho "calla, calla, que de aquí a poco esto estará tan olvidado que nadie sabrá de qué hablabas". Y con eso ya lo he dicho todo.