Es la semana grande de la crueldad y en nuestro honor celebran una fiesta.
... y también: Cuando te griten con rabia que tu amor entero fue una estafa.
... y también: Qué bonita es esta canción.
... y también: Qué recurrentemente la tengo en la cabeza.
divendres, 30 de març del 2012
dijous, 29 de març del 2012
Me encuentro con
Martí y me dice que el último post, el de la huelga, es horrible.
Que me iba a escribir un comentario pero que quería alargarse y que
acabará escribiendo un artículo.
Me deja bajando a
casa en bici (qué bien se va en bici cuando hay huelga) dándole
vueltas al asunto.
Lo que ha hecho el
ministro de Economía y Competitividad convirtiendo el país en un
chiquipark es simplemente decir en voz alta lo que ellos piensan de
esta huelga: la reforma laboral no se va a cambiar. A partir de aquí,
la huelga se hace, sí: la policía a la calle, los piquetes también,
algo que quema en la Diagonal y servicios mínimos; en resumen, un
día un poquito más incómodo para todos en general por el
helicóptero este de las narices que no para de dar vueltas y mete un
ruido infernal, y para la panadera de debajo de casa en particular,
que lleva toda la mañana con una oreja en el horno de la trastienda
y con otra en los piquetes que de vez en cuando pasan por la calle,
que los oye y tiene que salir corriendo a bajar la persiana. Pero
bueno, a las cinco cierro, me dice antes de despedirme. Y luego
manifestación. Y luego mañana, que será todo igual que ayer, con
la reforma laboral sin cambiar, como ha dicho el ministro.
Martí
dice que este que acabo de exponer es precisamente el pensamiento de
la mayoría. Seguramente, sí, pero es que la mayoría que piensa
esto es la que ayer estaba pidiendo hora en el salón de masajes de
debajo del trabajo de Ester, que tenía todas las horas reservadas
por gente que, aprovechando la huelga, se iba a marcar un homenajito.
Y así, por mucha mayoría que se sea, no se va a ninguna parte, de manera muy relajada, eso sí.
Aquí
de lo que se trataría es de que esa mayoría, que está descontenta
pero que piensa que esto de la huelga no sirve para nada, además de
boicotear la jornada en sí, se dedicara a boicotear el sistema el
resto del año. He discutido un poco con Martí sobre si la cosa
tenía que partir de lo individual o de lo colectivo. De lo
individual, creo yo. Es uno quien decide colarle a hacienda hasta los
tíquets de los calcetines, quien decide no aceptar según qué
condiciones en los contratos y quien decide levantarse un día del
despacho para salir por la puerta diciendo ahí os quedáis.
Yo no
creo en esta huelga. Veo un piquete y pienso que más de la mitad de
las personas que lo integran, si no el piquete entero, aquellos días
de hace meses de la huelga de controladores aéreos, estaban clamando
al cielo porque no podían irse de vacaciones de Semana Santa. Veo a
todo el mundo haciendo el aperitivo al solecito en las terrazas de
los bares (abiertos), mientras claman al cielo por lo jodidos que los
tienen los jefes y los bancos y la política y hasta Dios, y me los
imagino un poco más jodidos aún porque, como hoy el Caprabo está
cerrado, no van a poder comprar el chorizo para el bocata del crío
al que mañana la abuela va a llevar al cole porque ellos estarán
intentando salir de Barcelona por la Diagonal a las 7.30 de la mañana
para no llegar tarde a trabajar. Y veo al ministro preguntando de
nuevo a qué hora es la mani y planeándose hasta que hora deja
abierto el chiquipark para poder enviar a las brigadas de limpieza y
que dé tiempo a que todo vuelva a estar en su sitio antes de irse a
dormir.
Y así.
Hasta la próxima.
Se levanta el telón, sale el ministro de Economía y Competitividad
y dice, destrozando toda competitividad, que para eso es suya, que se
la hemos dado: La huelga general no va a modificar un ápice la
reforma laboral. Ah, lo dice al punto de la mañana del día de la
huelga general. Y le hacen una foto y sonríe. Y solo le falta hacer
al final de la declaración un: ¡ueh! Ahí queda eso. Olé torero.
Y mientras, el de Interior, se lleva las manos a la cabeza y llama
para que envíen refuerzos a todos lados, porque lo que acaba de
hacer el ministro de Economía y Competitividad es dotar a la jornada
de un lo tenemos todo perdido que total, ya que estamos, vamos a
quemar un poquito más este piquete. Quemar por quemar, por lo bonito
del fuego, que te quedas mirándolo y te hipnotiza. Y que cuando te
hipnotizan siempre te queda la mirada esa de lelo, de estoy pero no
estoy, ooooh, mira cómo quema. ¿Para qué sirve? Para nada, pero ¿a
que es bonito?
Que ya da todo igual, vaya. Que ya a las ocho de la mañana, lo mismo
da pasarse que quedarse corto. Y que esperar un bus que no llega
-servicios mínimos- ahora va a cabrear más porque que no llegue el
bus no va a servir para nada más que para llegar tarde a la
manifestación a la que llegaríamos si los autobuses no estuvieran
de huelga inútil, total y absoluta, como lo estamos nosotros.
El ministro de Economía y Competitividad acaba de convertir a todo
el país en un chiquipark gigante. A los chiquiparks se mete a los
niños para que se entierren en la piscina de bolas, suban por
escaleras de cuerda, bajen por toboganes, se pongan tibios de llorar
a la hora de ir a casa, lleguen, a la hora del baño rendidos y
caigan dormidos como angelitos, con sus nuevas cicatrices, con los
mocos aún pegados a las narices y con un dibujo nuevo hecho, listo
para imantar a la puerta de la nevera como recuerdo de un día
fantástico en el chiquipark que no ha servido para nada más que
para hacer el burro. Como recuerdo, para los más optimistas, de que
puede haber días futuros en el chiquipark, pero el plato de acelgas,
cariño, mañana te lo vas a tener que volver a comer. El plato de
acelgas. Si no olvidas el plato de acelgas, la próxima vez en el
chiquipark, paraíso de las chuches, los coloringos y el campi qui
pugui, pegarás más fuerte, saltarás más alto y correrás más
lejos de la puritica rabia, ¿para qué? Para nada. Porque tu día de
huelga no va a cambiar un ápice la decisión de papi y mami de ser
veganos. Puaj.
Es lo de siempre: es el luchar contra lo inevitable, el ver la
irreformidad de la reforma, hacer como que la irreformidad jode pero,
al mismo tiempo, aprovecharse de la inutilidad del asunto para
dedicar la jornada, la campaña, la vida entera a la pataleta con el
fin único del desahogo inocuo, con la conciencia colectiva del ser
perro ladrador que no muerde por no querer tener que reconocer luego
que esa cicatriz en la pierna del plato de acelgas la ha hecho él;
que aquí uno empieza reconociendo autorías y le acaban pidiendo
responsabilidades; uno empieza metiendo un gol y le acaban pidiendo
ser el Guardiola que guíe al pueblo. Y se queda calvo en tiempo
récord.
Mejor solo aullar a la luna y conservar el pelo. Mejor hacer
virguerías en la piscina de bolas y comerse luego el plato de
acelgas cuando aún humea, que entra mejor caliente que frío de
nevera para cenar.
dimecres, 28 de març del 2012
A La Central. Interior. Vespre.
Diu: ¡Hola!
Dic: Hola... Jo a tu et conec...
Diu: Per desgràcia.
Dic: Com?
Diu: Sóc el Carles.
Diu el Miquel: Estic on fire!
Dic: Coom?
Diu el Miquel: Sí, tia, porto uns dies...
Dic mirant al Carles: Encara espero una explicació.
Diu: Un cop, el Sostres deia que...
Dic: I ara em cites el Sostres?
Diu: Sí. Diu que ell, abans d'entrar a la dutxa, deixa l'aigua còrrer molta estona...
Dic: No em puc creure que m'estiguis citant el Sostres.
Diu: ... i que després es posa sabó per tot el cos i que...
Dic: És que ho estic visualitzant i...
Diu: ... i que un dia, la seva dona va entrar al lavabo i li va tancar l'aigua. I... No sé a què venia això... Ah, sí, que les dones sempre ho voleu entendre tot i no enteneu que a vegades els homes diem i fem coses inexplicables.
Dic: Mira, ara sortiré i tornaré a entrar.
Diu: Vale.
Dic: Surto, eh?
Diu: Sí.
Vaig cap a la porta. M'obro pas entre la gent que entra i surt en aquell moment. Arribo al carrer. Giro i torno a entrar.
Dic: Home, Carles!
Diu: Hola!
I ens fem dos petons. I tot va millorar molt a partir de llavors.
(Nota mental: practicar més aquesta tècnica del establir un punt zero a partir del qual tornar a començar: Funciona).
(Nota mental 2: si tot passa a la presentació del llibre de la Tina Vallès i tot acaba a La Masia ignorant totalment el Barça-Milan que fan a la tele penjada a la paret, millor que millor!).
Diu: ¡Hola!
Dic: Hola... Jo a tu et conec...
Diu: Per desgràcia.
Dic: Com?
Diu: Sóc el Carles.
Diu el Miquel: Estic on fire!
Dic: Coom?
Diu el Miquel: Sí, tia, porto uns dies...
Dic mirant al Carles: Encara espero una explicació.
Diu: Un cop, el Sostres deia que...
Dic: I ara em cites el Sostres?
Diu: Sí. Diu que ell, abans d'entrar a la dutxa, deixa l'aigua còrrer molta estona...
Dic: No em puc creure que m'estiguis citant el Sostres.
Diu: ... i que després es posa sabó per tot el cos i que...
Dic: És que ho estic visualitzant i...
Diu: ... i que un dia, la seva dona va entrar al lavabo i li va tancar l'aigua. I... No sé a què venia això... Ah, sí, que les dones sempre ho voleu entendre tot i no enteneu que a vegades els homes diem i fem coses inexplicables.
Dic: Mira, ara sortiré i tornaré a entrar.
Diu: Vale.
Dic: Surto, eh?
Diu: Sí.
Vaig cap a la porta. M'obro pas entre la gent que entra i surt en aquell moment. Arribo al carrer. Giro i torno a entrar.
Dic: Home, Carles!
Diu: Hola!
I ens fem dos petons. I tot va millorar molt a partir de llavors.
(Nota mental: practicar més aquesta tècnica del establir un punt zero a partir del qual tornar a començar: Funciona).
(Nota mental 2: si tot passa a la presentació del llibre de la Tina Vallès i tot acaba a La Masia ignorant totalment el Barça-Milan que fan a la tele penjada a la paret, millor que millor!).
dimarts, 27 de març del 2012
El nuevo panel publicitario del escaparate de la Casa del Llibre de Rbla. Catalunya dice:
Tagus: Saltarás de alegría.
Yo estos eslóganes, ya pueden referirse a la última remesa de speed llegada de Bilbao, no me los creo. Como para creérmelos si hablan de un e-reader.
En lo que tengo fe absoluta en cambio, es en esto:
Tagus: Saltarás de alegría.
Yo estos eslóganes, ya pueden referirse a la última remesa de speed llegada de Bilbao, no me los creo. Como para creérmelos si hablan de un e-reader.
En lo que tengo fe absoluta en cambio, es en esto:
divendres, 23 de març del 2012
Sesiones inventadas #4
Tendría miedo a quedarme sola si estuviera acompañada. Porque eso de quedarme sola solo me ha pasado estando acompañada.
Voy ayer y le suelto eso, a Mar, justo ayer, que entré en la consulta y le dije que lo tenía todo controlado y que venía en plan última sesión, a hacer una recapitulación de todo lo que habíamos hablado durante estos meses.
Y va la tía y me pregunta si tenía miedo a quedarme sola. Yo pensé que a qué venía esto, que a ver si estaba intentando pillarme por algún lado para que siguiera yendo. Y eso le dije: que nunca habíamos hablado de eso y que me sorprendía que me lo preguntara. Empezó a pasar páginas a la inversa y, casi al principio, en sus anotaciones de los primeros días, me señaló un apunte y lo leyó en voz alta: "Tengo miedo a quedarme sola". ¿Eso te dije?, dije yo. Sí, dijo ella. Ah, pues no, contesté convencida.
Y se quedó un momento callada, mirándome, que es el momento en el que yo, bien resoplo un par de veces y digo, no sé, la verdad, no sé qué decirte, y pasamos a hablar de otra cosa, o bien me arranco y le suelto una parrafada.
Le solté la parrafada esta vez. Tendría miedo a quedarme sola si estuviera acompañada, le dije. Le conté que estando acompañanda me había llegado a llevar tales chascos, me había llegado a quedar tan sola de repente, sin aviso y sin haber estado preparada para ello, que había acabado aprendiendo a no suplicar absurdos, a no pedir compañía a alguien que no pudiera dármela, a no querer a mi lado a nadie sin un plan serio que incluyera respeto y admiración. Admiración por mí, ahí, con un par. Que si me encontraba con alguien que dudara desde el principio, yo no le iba a sacar de dudas haciendo nada que no fuera ser yo. Que si con eso no bastaba, era que no bastaba y punto. Y que si podíamos hablar de otra cosa, terminé.
Y hablamos de otra cosa, de otra más y de un par más aún. Y a todas contestaba más o menos en los mismos términos en los que acababa de contestar al tienes miedo de quedarte sola. Y el mensaje venía a ser no sé que va a pasar pero ya me lo encontraré. Pero eres consciente de que algunas cosas te pueden ir mal, insistía ella. Claro, respondía yo.
Cuando me despedí le dije: voy a tener guardado tu teléfono.
Espero que no tengas que usarlo, contestó ella.
Tendría miedo a quedarme sola si estuviera acompañada. Porque eso de quedarme sola solo me ha pasado estando acompañada.
Voy ayer y le suelto eso, a Mar, justo ayer, que entré en la consulta y le dije que lo tenía todo controlado y que venía en plan última sesión, a hacer una recapitulación de todo lo que habíamos hablado durante estos meses.
Y va la tía y me pregunta si tenía miedo a quedarme sola. Yo pensé que a qué venía esto, que a ver si estaba intentando pillarme por algún lado para que siguiera yendo. Y eso le dije: que nunca habíamos hablado de eso y que me sorprendía que me lo preguntara. Empezó a pasar páginas a la inversa y, casi al principio, en sus anotaciones de los primeros días, me señaló un apunte y lo leyó en voz alta: "Tengo miedo a quedarme sola". ¿Eso te dije?, dije yo. Sí, dijo ella. Ah, pues no, contesté convencida.
Y se quedó un momento callada, mirándome, que es el momento en el que yo, bien resoplo un par de veces y digo, no sé, la verdad, no sé qué decirte, y pasamos a hablar de otra cosa, o bien me arranco y le suelto una parrafada.
Le solté la parrafada esta vez. Tendría miedo a quedarme sola si estuviera acompañada, le dije. Le conté que estando acompañanda me había llegado a llevar tales chascos, me había llegado a quedar tan sola de repente, sin aviso y sin haber estado preparada para ello, que había acabado aprendiendo a no suplicar absurdos, a no pedir compañía a alguien que no pudiera dármela, a no querer a mi lado a nadie sin un plan serio que incluyera respeto y admiración. Admiración por mí, ahí, con un par. Que si me encontraba con alguien que dudara desde el principio, yo no le iba a sacar de dudas haciendo nada que no fuera ser yo. Que si con eso no bastaba, era que no bastaba y punto. Y que si podíamos hablar de otra cosa, terminé.
Y hablamos de otra cosa, de otra más y de un par más aún. Y a todas contestaba más o menos en los mismos términos en los que acababa de contestar al tienes miedo de quedarte sola. Y el mensaje venía a ser no sé que va a pasar pero ya me lo encontraré. Pero eres consciente de que algunas cosas te pueden ir mal, insistía ella. Claro, respondía yo.
Cuando me despedí le dije: voy a tener guardado tu teléfono.
Espero que no tengas que usarlo, contestó ella.
dijous, 22 de març del 2012
Me despierto, me preparo un café y me pongo a leer las noticias. El Yihadista de Toulouse está encerrado en casa desde ayer. La casa está rodeada por todo un ejército de policía francesa, valga la redundancia: la policía francesa es el ejército y cuando se pone en marcha, marcha, por supuesto, ¡ar!, y suele hacerlo tarde; suele hacerlo cuando el enemigo ya ha sido, ya ha asesinado, ya se ha encerrado en váter: todo un ejército desplegado alrededor del váter del Yihadista de Toulouse.
Pasa una hora, pasan dos, pasan tres y el Yihadista sin salir del váter en que Toulouse se ha convertido, el váter a donde han ido a parar todos los telediarios del último medio día, que tiene un desagüe que va a dar directo al niño del pijama de rayas, a David Ben Ami y a Godwin, claro. Apúntate otro tanto, Godwin, qué razón tienes.
Así que tenemos, al Yihadista, por un lado, encerrado en el váter y al ejército de Toulouse encerrado al otro lado de la pared, por la parte de fuera, y a mí. Yo estoy encerrada delante del ordenador, queriendo entrar en la cabeza del Yihadista de Toulouse. He querido entrar en la cabeza del ejército de Toulouse también, pero me he imaginado que probablemente ahí no había nada; una espera como mucho; una espera a una orden. ¡No! Igual, como mucho, también había un deseo secreto, individual, de esos que nunca, nunca se confesarían: el deseo de ser uno mismo el peón del ejército de Toulouse que pega el gatillazo final; el deseo de ser héroe secreto, que es como ser superhéroe, que en realidad, como nadie sabe que eres tú, es como no ser nada, pero qué gran onanismo, señores.
Poco había que rascar, así que me he puesto a querer entrar en la cabeza del Yihadista de Toulouse. Primero he pensado que estaba muerto. En seguida he visto que por ahí no iba a ninguna parte, que lo único que hacía estando muerto era dotar en ese momento al ejército de Toulouse de una ridiculez extrema. Y a los telediarios, a los telediarios también. Y a mí, encerrada delante del ordenador. También. Ridículo todo. No me ha convencido esta opción.
Entonces he pensado que estaba vivo, pero como me ha sido imposible imaginar qué podía haber ahí, en su cabeza, en ese momento, he optado por decirle qué había en la mía. En mi cabeza había un final épico: el de "Dos hombres y un destino", concretamente. Así que le he dicho: 'Tío, te van a matar, hazlo bonito, hazlo como Robert Redford y Paul Newman'. Pero en seguida he visto que no iba a pasar eso. Lo he visto cuando he ido al google, he empezado a escribir 'Dos hombres y...' y el google me lo ha acabado con un '... medio'.
Dicen que la cosa ha acabado con él saltando por la ventana, disparando; y que ya estaba muerto cuando ha llegado al suelo. No me lo acabo de creer; igual imaginaban algo de mi alta expectativa, de mi ilusionada llamada a la épica. Les agradezco el esfuerzo, eso sí, pero ahí queda mi decepción, que debe de parecerse mucho a la que sintió Nacho Vegas el día que descubrió que cuando uno mete la cabeza en el horno con la intención de matarse, no es que se la quiera asar, es que simplemente quiere respirar el gas.
Otra cosa, suma y sigue, que va a parar a la lista de todo lo que debería acabar en un BOUM pero que acaba terminando con un simple SSSSHHH...
dimarts, 20 de març del 2012
Aquí, hasta que no entendamos que la lengua no es negociable, no vamos a ninguna parte.
Y la explicación es así de sencilla: en el momento de ser concebidos, heredamos una cosa: el código genético; nueve meses después, heredamos dos más: el apellido y el idioma. Esto es así. Hay otras cosas que vienen después: la tendencia política, la religiosa, el ser mejor o peor persona... Cosas como la posición social, aunque pueda parecer que también nacemos en un determinado estrato, dependen de la gestión de los padres y, posteriormente, de la nuestra propia.
Uno puede ir cambiando de chaqueta, le puede tocar la lotería o pegar un pelotazo empresarial, puede hasta madurar y decidir que los valores que le enseñaron sus padres, necesitan una actualización: incluso la Iglesia hace amagos de modernizarse en este sentido, aunque sean estos recibidos con desconfianza, aunque parezca que se queden en un mero disfrazar las formas sin tocar el fondo del discurso.
Igual que, por muchas traducciones y diccionarios espléndidos que se vayan editando de su obra, todo el mundo sabe que para entender bien a Aristóteles y a Sócrates, hay que leerlos su lengua materna: el griego; para entender bien a los catalanes, hay que entender su idioma materno: el catalán.
Y, esto es importante, no estoy hablando de política cuando digo esto. La politización de la lengua viene después. La politización de la lengua viene incluso después de la economización de la lengua. Hay un momento en que el Estado se hace económicamente responsable de una enseñanza más o menos correcta de la lengua, igual que se hace responsable de una enseñanza más o menos correcta de las matemáticas. Fíjense que digo de una enseñanza más o menos correcta: quiero decir de un perfeccionamiento, no de la perpetuación: la lengua se hereda en el momento de nacer, recuerden, en el momento del primer 'qué guapo es' o 'qué pequeñito' que suelta una madre recién parida.
Digo todo esto porque la politización de la lengua me parece una cosa asquerosa. Me molesta. Y por eso acabo escribiendo artículos como el que ayer rulaba por ahí. Y me parece una cosa asquerosa igual porque desde pequeña he oído a mi padre explicar cómo en el cole lo castigaban por hablar euskera y él se hacía cruces luego, cuando llegaba a casa y su madre le abría la puerta diciéndole kaixo maitia, como si aquello fuera lo más normal. Y lo era. Lo que no era normal era lo otro. Me siguió pareciendo asqueroso el día que le dije a un amigo en Pamplona que me apuntaba a clases de euskera y me contestó: 'sí, tú siempre has sido un poco así'. Era el mismo amigo que cuando nació su hijo iba proclamando por ahí que le ponían de nombre MiGUel-no-MiKel, así todo junto y seguido, utilizando a su niño para hacer política mediante la lengua ya desde antes de que el niño empezara a hablar. . A ver quién de los dos era un poco así...
Total, que me parece horroroso y de una bajeza moral absoluta utilizar la lengua como arma política. Me parece que está al nivel aquel tan franquista del 'ahora Sukunza pasa a ser Sucunza' y del 'pon los dedos así y ven aquí que te estoy esperando con la regla, que acabas de decir agur', me parece que atenta directamente contra la identidad más básica, o sea, contra las dos cosas que heredamos al nacer, recuerden: apellido e idioma.
Y no me vengan con que esto es política, con que esto es de derechas o de izquierdas, independentista o no -me parece igual de asqueroso utilizar la lengua como arma tanto del independentismo como del centralismo-, porque acabaremos diciendo lo mismo de ser zurdo o diestro, de medir uno cincuenta o uno ochenta o de tener un cerebro más de letras que de números. Y creo que eso ya sí sería ir demasiado lejos, Sabino Arana lo intentó, ¿recuerdan? Y Hitler (a ver si funciona la Ley de Godwin); Hitler también lo intentó.
Y la explicación es así de sencilla: en el momento de ser concebidos, heredamos una cosa: el código genético; nueve meses después, heredamos dos más: el apellido y el idioma. Esto es así. Hay otras cosas que vienen después: la tendencia política, la religiosa, el ser mejor o peor persona... Cosas como la posición social, aunque pueda parecer que también nacemos en un determinado estrato, dependen de la gestión de los padres y, posteriormente, de la nuestra propia.
Uno puede ir cambiando de chaqueta, le puede tocar la lotería o pegar un pelotazo empresarial, puede hasta madurar y decidir que los valores que le enseñaron sus padres, necesitan una actualización: incluso la Iglesia hace amagos de modernizarse en este sentido, aunque sean estos recibidos con desconfianza, aunque parezca que se queden en un mero disfrazar las formas sin tocar el fondo del discurso.
Igual que, por muchas traducciones y diccionarios espléndidos que se vayan editando de su obra, todo el mundo sabe que para entender bien a Aristóteles y a Sócrates, hay que leerlos su lengua materna: el griego; para entender bien a los catalanes, hay que entender su idioma materno: el catalán.
Y, esto es importante, no estoy hablando de política cuando digo esto. La politización de la lengua viene después. La politización de la lengua viene incluso después de la economización de la lengua. Hay un momento en que el Estado se hace económicamente responsable de una enseñanza más o menos correcta de la lengua, igual que se hace responsable de una enseñanza más o menos correcta de las matemáticas. Fíjense que digo de una enseñanza más o menos correcta: quiero decir de un perfeccionamiento, no de la perpetuación: la lengua se hereda en el momento de nacer, recuerden, en el momento del primer 'qué guapo es' o 'qué pequeñito' que suelta una madre recién parida.
Digo todo esto porque la politización de la lengua me parece una cosa asquerosa. Me molesta. Y por eso acabo escribiendo artículos como el que ayer rulaba por ahí. Y me parece una cosa asquerosa igual porque desde pequeña he oído a mi padre explicar cómo en el cole lo castigaban por hablar euskera y él se hacía cruces luego, cuando llegaba a casa y su madre le abría la puerta diciéndole kaixo maitia, como si aquello fuera lo más normal. Y lo era. Lo que no era normal era lo otro. Me siguió pareciendo asqueroso el día que le dije a un amigo en Pamplona que me apuntaba a clases de euskera y me contestó: 'sí, tú siempre has sido un poco así'. Era el mismo amigo que cuando nació su hijo iba proclamando por ahí que le ponían de nombre MiGUel-no-MiKel, así todo junto y seguido, utilizando a su niño para hacer política mediante la lengua ya desde antes de que el niño empezara a hablar. . A ver quién de los dos era un poco así...
Total, que me parece horroroso y de una bajeza moral absoluta utilizar la lengua como arma política. Me parece que está al nivel aquel tan franquista del 'ahora Sukunza pasa a ser Sucunza' y del 'pon los dedos así y ven aquí que te estoy esperando con la regla, que acabas de decir agur', me parece que atenta directamente contra la identidad más básica, o sea, contra las dos cosas que heredamos al nacer, recuerden: apellido e idioma.
Y no me vengan con que esto es política, con que esto es de derechas o de izquierdas, independentista o no -me parece igual de asqueroso utilizar la lengua como arma tanto del independentismo como del centralismo-, porque acabaremos diciendo lo mismo de ser zurdo o diestro, de medir uno cincuenta o uno ochenta o de tener un cerebro más de letras que de números. Y creo que eso ya sí sería ir demasiado lejos, Sabino Arana lo intentó, ¿recuerdan? Y Hitler (a ver si funciona la Ley de Godwin); Hitler también lo intentó.
dilluns, 19 de març del 2012
¡Quietos!
***BREAKING NEWS***
(música estridente, luces de colores, zoom Valerio Lazarov...).
La entrada sobre el castellano que se habla en Pamplona, el que aprenderá durante su escolarización iruindarra (ay, perdón, pamplonica) la ya famosa aunque anónima niña exiliada, circunstancias obligan, de la Catalunya castellanoanalfabeta, acaba de ser linkada por Javier Moriarty en su Facebook!
Javier Moriarty es este de aquí; un exlibrero, ultralector, menteinquieta creadora de listas de proyectos inacabables... Un tío culto, vaya, sí, pero sobre todo, lo que más importa es que Javier Moriarty es de Pamplona: sí señores: ni de Platja d'Aro ni de Torredembarra ni de Igualada ni de Esterri d'Aneu. Es de Pamplona ergo no es catalán. Y de eso precisamente era de lo que servidora hablaba en esta otra entrada de aquí.
E pur si muove.
Fin de las ***BREAKING NEWS***
***BREAKING NEWS***
(música estridente, luces de colores, zoom Valerio Lazarov...).
La entrada sobre el castellano que se habla en Pamplona, el que aprenderá durante su escolarización iruindarra (ay, perdón, pamplonica) la ya famosa aunque anónima niña exiliada, circunstancias obligan, de la Catalunya castellanoanalfabeta, acaba de ser linkada por Javier Moriarty en su Facebook!
Javier Moriarty es este de aquí; un exlibrero, ultralector, menteinquieta creadora de listas de proyectos inacabables... Un tío culto, vaya, sí, pero sobre todo, lo que más importa es que Javier Moriarty es de Pamplona: sí señores: ni de Platja d'Aro ni de Torredembarra ni de Igualada ni de Esterri d'Aneu. Es de Pamplona ergo no es catalán. Y de eso precisamente era de lo que servidora hablaba en esta otra entrada de aquí.
E pur si muove.
Fin de las ***BREAKING NEWS***
diumenge, 18 de març del 2012
Imaginen que un día leen, en un libro tan fantástico como el que contiene esta cita que viene ahora, esto:
"La planificació total de la vida, a seva supeditació a un objectiu concret i col·lectiu, deixen pas a les vides incoherents i amargament privades, fetes d'un enfilall de punts inconnexos i efímers, construïdes i enderrocades a còpia de rampells i capritxos." Raül Garrigasait. 'El gos cosmopolita i dos espècimens més'.
Y que poco después, alguien, les pasa este vídeo:
Claro, no queda otra que decir: Sí, Sí! Es eso. Exactamente ESO!
(Gracias, Claudio!).
"La planificació total de la vida, a seva supeditació a un objectiu concret i col·lectiu, deixen pas a les vides incoherents i amargament privades, fetes d'un enfilall de punts inconnexos i efímers, construïdes i enderrocades a còpia de rampells i capritxos." Raül Garrigasait. 'El gos cosmopolita i dos espècimens més'.
Y que poco después, alguien, les pasa este vídeo:
Claro, no queda otra que decir: Sí, Sí! Es eso. Exactamente ESO!
(Gracias, Claudio!).
Uno que me dice (hablando de hacer, en castellano, apología de literatura catalana): Estás haciendo una cosa muy difícil.
Y yo que respondo: Lo difícil para mí sería hacerlo de otra manera.
Otro que dice por ahí (hablando de hacer independentismo catalán en castellano): Da risa.
Y yo que respondo: No, SE DEBE hacer independentismo catalán en castellano.
Sumen uno y otro comentario y aquí me tienen a mí sintiéndome un poco brigadista internacional loca y haciendo, para justificarme, silogismos que rozan lo políticamente incorrecto, que dan pie a que me caiga encima una lluvia de pedradas demagógicas. Les pongo un ejemplo: miren qué me ha venido a la cabeza dándole vueltas a este asunto:
La aceptación de la homosexualidad no pasó de ser una simple reivindicación de maricas barriendo para casa hasta que alguien heterosexual se pronunció a su favor.
Que lluevan las piedras.
Y yo que respondo: Lo difícil para mí sería hacerlo de otra manera.
Otro que dice por ahí (hablando de hacer independentismo catalán en castellano): Da risa.
Y yo que respondo: No, SE DEBE hacer independentismo catalán en castellano.
Sumen uno y otro comentario y aquí me tienen a mí sintiéndome un poco brigadista internacional loca y haciendo, para justificarme, silogismos que rozan lo políticamente incorrecto, que dan pie a que me caiga encima una lluvia de pedradas demagógicas. Les pongo un ejemplo: miren qué me ha venido a la cabeza dándole vueltas a este asunto:
La aceptación de la homosexualidad no pasó de ser una simple reivindicación de maricas barriendo para casa hasta que alguien heterosexual se pronunció a su favor.
Que lluevan las piedras.
divendres, 16 de març del 2012
Titular de La Vanguardia: Charlize Theron se convierte en madre tras adoptar un niño.
Isabel Sucunza se convierte en conductora tras coger la M-30 conduciendo un coche.
Isabel Sucunza se convierte en cornuda tras follarse su novio a la vecina del quinto.
Isabel Sucunza se convierte en parada tras ponerla su jefe de patitas en la calle.
Isabel Sucunza se convierte en rubia tras teñirse el pelo de platino.
Isabel Sucunza se convierte en nobel tras otorgarle el premio la Academia Sueca.
Isabel Sucunza se convierte en emigrada tras irse a vivir a Shanghai.
Isabel Sucunza se convierte en exiliada tras estallar la guerra de secesión catalana y plantarse en París con todos sus bártulos.
Isabel Sucunza se convierte en diabética tras detectarle su médico azúcar en la sangre.
Isabel Sucunza se convierte en millonaria tras ficharla en Barça por 600.000.000 euros.
Isabel Sucunza se convierte en escritora tras la publicación de su libro.
Y así, hasta que Isabel Sucunza -destino cruel- se convierta en muerta tras morirse.
Isabel Sucunza se convierte en conductora tras coger la M-30 conduciendo un coche.
Isabel Sucunza se convierte en cornuda tras follarse su novio a la vecina del quinto.
Isabel Sucunza se convierte en parada tras ponerla su jefe de patitas en la calle.
Isabel Sucunza se convierte en rubia tras teñirse el pelo de platino.
Isabel Sucunza se convierte en nobel tras otorgarle el premio la Academia Sueca.
Isabel Sucunza se convierte en emigrada tras irse a vivir a Shanghai.
Isabel Sucunza se convierte en exiliada tras estallar la guerra de secesión catalana y plantarse en París con todos sus bártulos.
Isabel Sucunza se convierte en diabética tras detectarle su médico azúcar en la sangre.
Isabel Sucunza se convierte en millonaria tras ficharla en Barça por 600.000.000 euros.
Isabel Sucunza se convierte en escritora tras la publicación de su libro.
Y así, hasta que Isabel Sucunza -destino cruel- se convierta en muerta tras morirse.
dijous, 15 de març del 2012
-Leísmo.
-Usar siempre el condicional en vez del imperfecto de subjuntivo
-Preguntar pues en vez de por qué.
-Decir agur, zamarra, potxolo, txikito, estás txori, tontolapiko, zurito, pintxo…
-Enfatizar así: Eres más tonto que tonto. Hace más calor que calor. Está más gordo que gordo.
-Estructurar la frase así: ¿Mañana, al pueblo, ya bajarás? El periódico, entonces, ya traerás, ¿no?
-Y pronombres, fuera: -¿Del periódico te has acordado? -Sí, ya he traído, ya…
¡Tarááááán! Acaban de leer una lista, más o menos completa, de particularidades y perversiones del castellano en Pamplona.
Ese y no otro será el castellano que se forjará la niña en Pamplona. ¿Qué niña? La del padre de la carta. ¿Qué carta? Esta.
Y esperen a que la niña se eche un novio euskaldun (y el papá con cara de poker cuando la niña le llame para pedirle pasta para apuntarse al euskaltegi). O esperen a que la niña se eche un novio de la Ribera (acabastes, echastes, la Pepi, la Maruja, me se ha caído, te se ha olvidado…).
O esperen a que la niña acabe de estudiar, se dé cuenta de que en Pamplona hay poco curro para tanto licenciado, y decida volver a su tierra de origen, a la Cataluña con eñe de sus amores, y tenga que empezar prácticamente de cero porque ya ha perdido el contacto con sus amigos de hace 15 años y lo único que le quede aquí sea un papuchi, escandalizado porque la niña, ahora, quiere sacarse el nivell C y hacerse funcionaria de l’administració catalana; y preocupado también porque la niña cada día está más cabreada con él porque, joder papá, cuánto le está costando el nivell C, después de tantos años en el exilio, con el catalán ahí, oxidado en su cuaderno del último año de la ESO que hizo en Barcelona.
Me faltan datos, claro. Igual resulta (esto me lo invento, y de la manera más tendenciosa, además) que han matriculado a la niña en el Miravalles, entonces estaría claro que los motivos por los que el padre la ha mandado lejos de este pozo de castellanoanalfabetismo que es la Catalunya con ny, son más de carácter espiritual. Nos encontraríamos aquí ante un claro caso de aprofitar l’avinentesa o -como a partir de ahora y exclusivamente dirá la niña- el Pisuerga pasando por Valladolid.
Todo son hipótesis, ya les digo. La última, muy tendenciosa y malintencionada además. Sí. Pero lo que quiero decir es que, a la hora de emprender una huída del catalán hacia adelante o hacia donde sea (hacia Pamplona, en este caso), en busca del castellano ideal con el que comunicarnos con todo el mundo, con Dios, con el Rey y sobre todo con la Patria (ahora estoy siendo tendenciosa otra vez, a la par que ultranavarra), hay que tener en cuenta otras cosas además del poner tierra de por medio. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que el castellano que aprenderá la niña en un cole de Pamplona no será mucho mejor que el catalán que pudiera aprender en un cole de Barcelona; los profes van de culo aquí y allá. Pero sobre todo, hay que tener en cuenta que en Pamplona aprenderá UN castellano tirando a basiquillo y CERO catalán, mientras que en Barcelona aprendería castellano y catalán tirando a basiquillos, sí, pero los DOS.
No sé. Yo es que lo veo muy claro: en un sitio DOS, en el otro sitio UNO.
DOS es más que UNO.
Este señor le está haciendo a su hija la misma putada –inconsciente, seguramente- que me hizo mi padre a mí el día que decidió no hablarme en euskera, con la diferencia de que mi padre lo hizo por comodidad, por no complicarse la vida (mi madre no lo habla y entre ellos siempre han hablado en castellano) y ese otro padre, en cambio, se está tomando todas las molestias del mundo por quitarle un idioma a su hija (aunque es tan burro que piensa todo lo contrario).
Ya se dará cuenta cuando la niña se lo eche en cara en castellano y con acento de Pamplona, claro; cuando le diga algo así como: Hostia, papá, y catalán cómo es que no he aprendido, pues?
-Usar siempre el condicional en vez del imperfecto de subjuntivo
-Preguntar pues en vez de por qué.
-Decir agur, zamarra, potxolo, txikito, estás txori, tontolapiko, zurito, pintxo…
-Enfatizar así: Eres más tonto que tonto. Hace más calor que calor. Está más gordo que gordo.
-Estructurar la frase así: ¿Mañana, al pueblo, ya bajarás? El periódico, entonces, ya traerás, ¿no?
-Y pronombres, fuera: -¿Del periódico te has acordado? -Sí, ya he traído, ya…
¡Tarááááán! Acaban de leer una lista, más o menos completa, de particularidades y perversiones del castellano en Pamplona.
Ese y no otro será el castellano que se forjará la niña en Pamplona. ¿Qué niña? La del padre de la carta. ¿Qué carta? Esta.
Y esperen a que la niña se eche un novio euskaldun (y el papá con cara de poker cuando la niña le llame para pedirle pasta para apuntarse al euskaltegi). O esperen a que la niña se eche un novio de la Ribera (acabastes, echastes, la Pepi, la Maruja, me se ha caído, te se ha olvidado…).
O esperen a que la niña acabe de estudiar, se dé cuenta de que en Pamplona hay poco curro para tanto licenciado, y decida volver a su tierra de origen, a la Cataluña con eñe de sus amores, y tenga que empezar prácticamente de cero porque ya ha perdido el contacto con sus amigos de hace 15 años y lo único que le quede aquí sea un papuchi, escandalizado porque la niña, ahora, quiere sacarse el nivell C y hacerse funcionaria de l’administració catalana; y preocupado también porque la niña cada día está más cabreada con él porque, joder papá, cuánto le está costando el nivell C, después de tantos años en el exilio, con el catalán ahí, oxidado en su cuaderno del último año de la ESO que hizo en Barcelona.
Me faltan datos, claro. Igual resulta (esto me lo invento, y de la manera más tendenciosa, además) que han matriculado a la niña en el Miravalles, entonces estaría claro que los motivos por los que el padre la ha mandado lejos de este pozo de castellanoanalfabetismo que es la Catalunya con ny, son más de carácter espiritual. Nos encontraríamos aquí ante un claro caso de aprofitar l’avinentesa o -como a partir de ahora y exclusivamente dirá la niña- el Pisuerga pasando por Valladolid.
Todo son hipótesis, ya les digo. La última, muy tendenciosa y malintencionada además. Sí. Pero lo que quiero decir es que, a la hora de emprender una huída del catalán hacia adelante o hacia donde sea (hacia Pamplona, en este caso), en busca del castellano ideal con el que comunicarnos con todo el mundo, con Dios, con el Rey y sobre todo con la Patria (ahora estoy siendo tendenciosa otra vez, a la par que ultranavarra), hay que tener en cuenta otras cosas además del poner tierra de por medio. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que el castellano que aprenderá la niña en un cole de Pamplona no será mucho mejor que el catalán que pudiera aprender en un cole de Barcelona; los profes van de culo aquí y allá. Pero sobre todo, hay que tener en cuenta que en Pamplona aprenderá UN castellano tirando a basiquillo y CERO catalán, mientras que en Barcelona aprendería castellano y catalán tirando a basiquillos, sí, pero los DOS.
No sé. Yo es que lo veo muy claro: en un sitio DOS, en el otro sitio UNO.
DOS es más que UNO.
Este señor le está haciendo a su hija la misma putada –inconsciente, seguramente- que me hizo mi padre a mí el día que decidió no hablarme en euskera, con la diferencia de que mi padre lo hizo por comodidad, por no complicarse la vida (mi madre no lo habla y entre ellos siempre han hablado en castellano) y ese otro padre, en cambio, se está tomando todas las molestias del mundo por quitarle un idioma a su hija (aunque es tan burro que piensa todo lo contrario).
Ya se dará cuenta cuando la niña se lo eche en cara en castellano y con acento de Pamplona, claro; cuando le diga algo así como: Hostia, papá, y catalán cómo es que no he aprendido, pues?
dimecres, 14 de març del 2012
A mí me hubiera gustado asistir a la Assemblea Nacional Catalana de este pasado fin de semana. En serio, no sé en qué estaba pensando, siempre me pasa lo mismo: se me pasan estas cosas y luego tengo que informarme en frío, en casa, sin la caloreta esta que da el estar rodeada de de miles de personas gritando con un solo pulmón in-indé-inde-pendèn-cià! Y todo es mucho más sórdido, mucho más racional y da mucho más miedo. No la independencia, ¡entiendanmé! La cosa en sí, el acto, el discurso, el full de ruta: leer el full de ruta en casa, sola, de noche, acojona una barbaridad. Si ustedes se lo leen después de ver el vídeo de Sergi López discurseando, lo que suena en un principio a discurso de Guardiola antes de la final de cualquier Champions de estos últimos años, se convierte inmediatamente en la arenga de un Braveheart desquiciao, espada en ristre y melena al viento; si lo leen antes, en cambio, no podrán parar de preguntarse: ¿sabía este señor realmente de qué estaba hablando? Y si lo supiera, ¿habría tenido la sangre fría de hacer esas pausas dramáticas tan calculadas para ser 'interrumpido' por los aplausos en los momentos clave?
A ver, por partes:
Poner a un actor simpaticón y bueno a hacer de portavoz de las cosas de la política, es como la moda esta de llevar a los críos a caballito a las manifestaciones. Pero ¿qué es esto? ¿Vamos en serio o no? No me malinterpreten otra vez: podría haber sido mucho peor: podrían haber puesto a Joel Joan y ja estàvem venuts de nou. Sergi López, mucho mejor, dónde va a parar. Lo digo en serio. Pero también digo en serio que la cosa esta de medir el éxito o el fracaso de algo por el grado de proximidad al público del asunto o por el simple 'qué bien nos lo pasemos', ya cansa. Por la misma regla de tres, el 'Jo confesso' de Jaume Cabré es una obra puntal de la literatura universal. Y no: así pierde la literatura universal y así el full de ruta de la Assemblea Nacional de Catalunya queda disfrazado de actividades lúdicas para todas las edades programadas de aquí al 11 de setembre de del 2014, día de la proclamación de la independencia de Catalunya ('tant com fos possible'. sic.).
Miren, igual va a resultar que no me arrepiento tanto de no haber asistido este fin de semana a la Assamblea Nacional de Catalunya, igual necesitaba esta claridad mental libre de serpentinas y de cervesas amigo en las laderas de Montjuïc para ser consciente de la magnitud del asunto, para leer después la parte del full de ruta que dice:
C. Si l'estat espanyol impedia el referèndum, el Parlament de Catalunya proclamarà la independència unilateralment.
D. Si aquesta opció tampoc no era possible, per un impediment físic de l'estat espanyol, els diputats catalans del parlament, del congrés, del senat i del parlament europeu, es reunirien en una ciutat europea i farien la declaració unilateral d'independència.
y cagarme encima con la cosa del 'impediment físic', ver que un 'impediment físic' que implica una reunión 'en una ciutat europea' suena a guerra, señores, a garrotazo en la cabeza, a tanques entrando por la Diagonal, por la ronda de Dalt, por la Litoral y por la del Mig (que nunca sé muy bien cuál es). Y nosotros sin ejército (¡ay, Joan Sales!). Y la Assemblea Nacional de Catalunya diciendo 'ah, ya se lo avisamos', ¿no recuerdan que el full acababa así: L'ANC insisteix que 'caldrà preveure totes les sortides de les moltes situacions diferents que es puguin presentar'?
¿Lo ven? Esto es serio. Esto es serio y mi abuela tenía razón haciéndonos apartarnos de las ventanas cuando abajo, en la calle, cruzaban coches y llegaba la policía.
Igual me estoy yendo al otro extremo. Igual estoy siendo alarmista. Pero por si acaso, déjense de picnics, pongan a los niños a buen recaudo, y pongámonos todos a trabajar ya, hostia.
El vídeo de Sergi López, aquí.
El texto del full de ruta, allá.
A ver, por partes:
Poner a un actor simpaticón y bueno a hacer de portavoz de las cosas de la política, es como la moda esta de llevar a los críos a caballito a las manifestaciones. Pero ¿qué es esto? ¿Vamos en serio o no? No me malinterpreten otra vez: podría haber sido mucho peor: podrían haber puesto a Joel Joan y ja estàvem venuts de nou. Sergi López, mucho mejor, dónde va a parar. Lo digo en serio. Pero también digo en serio que la cosa esta de medir el éxito o el fracaso de algo por el grado de proximidad al público del asunto o por el simple 'qué bien nos lo pasemos', ya cansa. Por la misma regla de tres, el 'Jo confesso' de Jaume Cabré es una obra puntal de la literatura universal. Y no: así pierde la literatura universal y así el full de ruta de la Assemblea Nacional de Catalunya queda disfrazado de actividades lúdicas para todas las edades programadas de aquí al 11 de setembre de del 2014, día de la proclamación de la independencia de Catalunya ('tant com fos possible'. sic.).
Miren, igual va a resultar que no me arrepiento tanto de no haber asistido este fin de semana a la Assamblea Nacional de Catalunya, igual necesitaba esta claridad mental libre de serpentinas y de cervesas amigo en las laderas de Montjuïc para ser consciente de la magnitud del asunto, para leer después la parte del full de ruta que dice:
C. Si l'estat espanyol impedia el referèndum, el Parlament de Catalunya proclamarà la independència unilateralment.
D. Si aquesta opció tampoc no era possible, per un impediment físic de l'estat espanyol, els diputats catalans del parlament, del congrés, del senat i del parlament europeu, es reunirien en una ciutat europea i farien la declaració unilateral d'independència.
y cagarme encima con la cosa del 'impediment físic', ver que un 'impediment físic' que implica una reunión 'en una ciutat europea' suena a guerra, señores, a garrotazo en la cabeza, a tanques entrando por la Diagonal, por la ronda de Dalt, por la Litoral y por la del Mig (que nunca sé muy bien cuál es). Y nosotros sin ejército (¡ay, Joan Sales!). Y la Assemblea Nacional de Catalunya diciendo 'ah, ya se lo avisamos', ¿no recuerdan que el full acababa así: L'ANC insisteix que 'caldrà preveure totes les sortides de les moltes situacions diferents que es puguin presentar'?
¿Lo ven? Esto es serio. Esto es serio y mi abuela tenía razón haciéndonos apartarnos de las ventanas cuando abajo, en la calle, cruzaban coches y llegaba la policía.
Igual me estoy yendo al otro extremo. Igual estoy siendo alarmista. Pero por si acaso, déjense de picnics, pongan a los niños a buen recaudo, y pongámonos todos a trabajar ya, hostia.
El vídeo de Sergi López, aquí.
El texto del full de ruta, allá.
dimarts, 13 de març del 2012
Yo una vez utilicé el topicazo de que los catalanes eran tacaños para acabar con una discusión delirante, para ponerme a la altura de mi interlocutor de la manera más sarcástica. La cosa fue así:
Nos reuníamos en Madrid antiguos compañeros de la Universidad. Habían pasado unos cuantos años desde que habíamos acabado la carrera, Ciencias de la información, se llamaba entonces. Nos acabábamos de sentar a la mesa y alguien decidió hacer una ronda de presentaciones. Todos nos conocíamos pero nos habíamos perdido la pista y no sabíamos qué hacíamos entonces, así que íbamos diciendo nombre y apellido y en qué trabajábamos en ese momento. Fueron sucediéndose nombres de gabinetes de comunicación, radios, periódicos, agencias de noticias, agencias de publicidad... Me tocó y dije: Isabel Sucunza. Trabajo en un programa de libros de TV3. Acabó la ronda. Comimos. Bebimos. Nos fuimos a un bar. Una compañera vino a contarme que escribía libros, me dijo los libros que escribía, le dije que no los conocía, me dijo que publicaba en un sello de Planeta, le dije que a gente de Planeta sí que conocía. Me dijo que vendría de promoción a Barcelona, por Sant Jordi, le dije que normalmente, gente del programa salía a dar vueltas por Sant Jordi con una cámara, que sería gracioso que coincidieran...
Entonces, un compañero que llevaba un rato escuchándonos, me preguntó:
-¿Es verdad que en tv3 os obligan a hablar en catalán?
Yo le dije:
-No. Yo lo hablo, pero podría no hablarlo perfectamente.
En seguida me di cuenta de que preguntaba por preguntar:
Él: Sí, sí que os obligan.
Yo: No. Los programas son en catalán, evidentemente, pero nosotros muchas veces hacemos las reuniones en castellano. El realizador, por ejemplo, es un señor de Bilbao que nunca habla en catalán.
Él: Te han lavado el cerebro. Todo el mundo sabe que en tv3 obligan a hablar en catalán y cuando alguien sale hablando en castellano, lo subtitulan en catalán.
Yo: No, no lo subtitulan en catalán.
Él: Sí.
Yo: Mira, no voy a discutir esto porque no te estoy dando una opinión: en tv3, cuando alguien sale hablando en castellano no lo subtitulan en catalán. Es un dato comprobable: tú te pones en tv3 cualquier entrevista a alguien que habla en castellano y no es que yo crea que no haya subtítulos o que no los quiera ver, es que no los hay.
Él: Claro que los hay; lo oí el otro día en la radio.
Fue entonces cuando decidí ponerme a su nivel. Dije:
-Mira: subtitular cuesta pasta y con lo tacaños que son los catalanes...
Se rió.
Yo, para entonces, ya llevaba rato pensando que no estaba hablando con un taxista chusquero, que estaba hablando con un tío que trabajaba en una agencia de comunicación. Un dío de Donosti, para más inri. Un tío de Donosti que tenía una carrera universitaria, que, en principio, estaba informado y tenía acceso a noticias en bruto y que, a partir de estas noticias, generaba otras noticias que, tras pasar por su filtro (ya ven qué tipo de filtro) iban a parar a diarios, programas de radio...
Me jodió la tarde.
Opté por dar media vuelta e integrarme en el grupito de gente que enseñaba fotos de sus bebés regordetes. Bebés regordetes que crecerían y acabarían escuchando programas de radio que hablaran de cómo tv3 subtitulaba entrevistas en catalán y cómo la Generalitat metía con sangre pronoms febles en las cabecitas de pequeñas criaturas puras y castellanas.
Me jodió la tarde pero bien.
Volví a Barcelona. Pasaron los años. Y ahora veo que la única manera de posicionarse ante el catalán para alguien que ha crecido oyendo este tipo de informaciones mierdosas por la radio, es a la defensiva. Y encuentro en el origen de ese posicionamiento a todas las informaciones mierdosas que alguien ha ido escuchado por la radio (y donde digo radio digo medios de comunicación en general).
También veo que no es difícil buscar quién está detrás de todas esas informaciones mierdosas que la gente escucha por la radio: te los acabas encontrando en cualquier reunión de antiguos compañeros de clase, cualquier fin de semana, ahí, con la alarma del móvil ya preparada para que suene el mismo lunes a las ocho de la mañana, ducha, café, y corriendo grabadora en mano a metérsela en las narices a la señora, oyente habitual de las noticias mierdosas que ellos mismos hacen correr por ahí, que acaba de entregar los papeles en los que exige que a su niño no le enseñen otro idioma, que bastante tiene el pobre con el inglés.
Ellos se lo guisan, ellos se lo comen y luego lo vomitan. La serpiente que se muerde la cola. Y a nosotros, nos han lavado el cerebro. Y ellos son muchos más. Y si la única manera de acabar con el diálogo de besugos para poder empezar a construir algo es rebajarse a su estulticia, vamos apañaos.
Nos reuníamos en Madrid antiguos compañeros de la Universidad. Habían pasado unos cuantos años desde que habíamos acabado la carrera, Ciencias de la información, se llamaba entonces. Nos acabábamos de sentar a la mesa y alguien decidió hacer una ronda de presentaciones. Todos nos conocíamos pero nos habíamos perdido la pista y no sabíamos qué hacíamos entonces, así que íbamos diciendo nombre y apellido y en qué trabajábamos en ese momento. Fueron sucediéndose nombres de gabinetes de comunicación, radios, periódicos, agencias de noticias, agencias de publicidad... Me tocó y dije: Isabel Sucunza. Trabajo en un programa de libros de TV3. Acabó la ronda. Comimos. Bebimos. Nos fuimos a un bar. Una compañera vino a contarme que escribía libros, me dijo los libros que escribía, le dije que no los conocía, me dijo que publicaba en un sello de Planeta, le dije que a gente de Planeta sí que conocía. Me dijo que vendría de promoción a Barcelona, por Sant Jordi, le dije que normalmente, gente del programa salía a dar vueltas por Sant Jordi con una cámara, que sería gracioso que coincidieran...
Entonces, un compañero que llevaba un rato escuchándonos, me preguntó:
-¿Es verdad que en tv3 os obligan a hablar en catalán?
Yo le dije:
-No. Yo lo hablo, pero podría no hablarlo perfectamente.
En seguida me di cuenta de que preguntaba por preguntar:
Él: Sí, sí que os obligan.
Yo: No. Los programas son en catalán, evidentemente, pero nosotros muchas veces hacemos las reuniones en castellano. El realizador, por ejemplo, es un señor de Bilbao que nunca habla en catalán.
Él: Te han lavado el cerebro. Todo el mundo sabe que en tv3 obligan a hablar en catalán y cuando alguien sale hablando en castellano, lo subtitulan en catalán.
Yo: No, no lo subtitulan en catalán.
Él: Sí.
Yo: Mira, no voy a discutir esto porque no te estoy dando una opinión: en tv3, cuando alguien sale hablando en castellano no lo subtitulan en catalán. Es un dato comprobable: tú te pones en tv3 cualquier entrevista a alguien que habla en castellano y no es que yo crea que no haya subtítulos o que no los quiera ver, es que no los hay.
Él: Claro que los hay; lo oí el otro día en la radio.
Fue entonces cuando decidí ponerme a su nivel. Dije:
-Mira: subtitular cuesta pasta y con lo tacaños que son los catalanes...
Se rió.
Yo, para entonces, ya llevaba rato pensando que no estaba hablando con un taxista chusquero, que estaba hablando con un tío que trabajaba en una agencia de comunicación. Un dío de Donosti, para más inri. Un tío de Donosti que tenía una carrera universitaria, que, en principio, estaba informado y tenía acceso a noticias en bruto y que, a partir de estas noticias, generaba otras noticias que, tras pasar por su filtro (ya ven qué tipo de filtro) iban a parar a diarios, programas de radio...
Me jodió la tarde.
Opté por dar media vuelta e integrarme en el grupito de gente que enseñaba fotos de sus bebés regordetes. Bebés regordetes que crecerían y acabarían escuchando programas de radio que hablaran de cómo tv3 subtitulaba entrevistas en catalán y cómo la Generalitat metía con sangre pronoms febles en las cabecitas de pequeñas criaturas puras y castellanas.
Me jodió la tarde pero bien.
Volví a Barcelona. Pasaron los años. Y ahora veo que la única manera de posicionarse ante el catalán para alguien que ha crecido oyendo este tipo de informaciones mierdosas por la radio, es a la defensiva. Y encuentro en el origen de ese posicionamiento a todas las informaciones mierdosas que alguien ha ido escuchado por la radio (y donde digo radio digo medios de comunicación en general).
También veo que no es difícil buscar quién está detrás de todas esas informaciones mierdosas que la gente escucha por la radio: te los acabas encontrando en cualquier reunión de antiguos compañeros de clase, cualquier fin de semana, ahí, con la alarma del móvil ya preparada para que suene el mismo lunes a las ocho de la mañana, ducha, café, y corriendo grabadora en mano a metérsela en las narices a la señora, oyente habitual de las noticias mierdosas que ellos mismos hacen correr por ahí, que acaba de entregar los papeles en los que exige que a su niño no le enseñen otro idioma, que bastante tiene el pobre con el inglés.
Ellos se lo guisan, ellos se lo comen y luego lo vomitan. La serpiente que se muerde la cola. Y a nosotros, nos han lavado el cerebro. Y ellos son muchos más. Y si la única manera de acabar con el diálogo de besugos para poder empezar a construir algo es rebajarse a su estulticia, vamos apañaos.
dilluns, 12 de març del 2012
Avui, la Marta Rojals em fa el post. És que l'anava llegint i dient Sí! Sí!
Reflexions des de sota l'aigua. (Vilaweb).
(Quins collons els meus, eh?)
Reflexions des de sota l'aigua. (Vilaweb).
(Quins collons els meus, eh?)
dissabte, 10 de març del 2012
Wasapps ociosos in the morning.
Yo: Se ha muerto Moebius y con él todos los metabarones
Jordi: Blueberry is not dead.
Yo: Ya, y queda Jodorowsky también, pero está loca perdida
Jordi: Siempre lo ha estado.
Yo: Sí.
Jordi: Un tándem Herzog-Jodorowsky seria la pera (no sé si ya existe).
Yo: Ostras, pues no sé. Pero la loca oficial de Herzog es el Kinski. ¿Te imaginas un ataque de cuernos Kinski-Jodorowsky?
Jordi: Jaja!
Yo: Explotaría el mundo o así.
Jordi: Eso sería peor que Perros de paja, de Sam P.
Yo: Sí, pero en plan desierto mexicano, todo muy del peyote.
Jordi: Acabarían con la reforma laboral y todo.
Yo: Con la reforma laboral, con la ley del aborto y con la primavera valenciana.
Yo: Tengo que colgar esta conversación en el blog.
Jordi: Esto del blog es una nueva adicción. Yo ya tengo la Perra Laika de mañana y ya quiero colgarla.
Yo: ¿Y por qué no la cuelgas hoy?
Jordi: Pues sí. A veces agradezco tu clarividencia.
Yo: Se ha muerto Moebius y con él todos los metabarones
Jordi: Blueberry is not dead.
Yo: Ya, y queda Jodorowsky también, pero está loca perdida
Jordi: Siempre lo ha estado.
Yo: Sí.
Jordi: Un tándem Herzog-Jodorowsky seria la pera (no sé si ya existe).
Yo: Ostras, pues no sé. Pero la loca oficial de Herzog es el Kinski. ¿Te imaginas un ataque de cuernos Kinski-Jodorowsky?
Jordi: Jaja!
Yo: Explotaría el mundo o así.
Jordi: Eso sería peor que Perros de paja, de Sam P.
Yo: Sí, pero en plan desierto mexicano, todo muy del peyote.
Jordi: Acabarían con la reforma laboral y todo.
Yo: Con la reforma laboral, con la ley del aborto y con la primavera valenciana.
Yo: Tengo que colgar esta conversación en el blog.
Jordi: Esto del blog es una nueva adicción. Yo ya tengo la Perra Laika de mañana y ya quiero colgarla.
Yo: ¿Y por qué no la cuelgas hoy?
Jordi: Pues sí. A veces agradezco tu clarividencia.
dijous, 8 de març del 2012
Dice Ferran Ràfols, el traductor: "Encontré una frase en el original, en la que faltaba una preposición. Una de esas que te cambia el sentido de lo que se está diciendo. Entre todos, estuvimos intentando averiguar cuál debía de ser". Lo explica Ferran en la puerta de la librería Pròleg, de la que acabamos de salir después de la presentación de "Dins d'una campana de vidre", de Anaïs Nin, que acaba de publicar Labreu. Un rato antes, escuchando a Núria Miret leyendo fragmentos del libro, yo ya había pensado: joder, con la Nin: échale un galgo. Y ahora, sabiendo lo de la preposición perdida, lo vuelvo a pensar: échale un galgo, a la Nin.
Leer a la Nin es como barrer el piso en plena época de muda de pelo del gato. Barres, arrastras el montoncito de porquería desde la esquina más lejana hacia cubo de la basura. El montoncito de porquería se mantiene compacto, obedece a la escoba: ahora para aquí, ahora para allá. La escoba es el perro pastor, el montoncito es el rebaño. La escoba dice, venga montoncito, para la derecha; ahora un poquito para la izquierda. Y el montoncito, en su recorrido, va recogiendo individuos de porqueriíta dispersa y se los va incorporando. Aparece en escena una pelusa. Una pelusa borrosa, ligera. El barrendero lanza la escoba -que ahora resulta que simboliza la convención, la tradición, la norma- para intentar incorporar la pelusa a la corriente, al río que transcurre con todas sus gotitas de agua homogeneizadas; con todas sus gotitas de agua llenas de ticks aprendidos, pesadas, informes, carentes de toda voluntad, sometidas y de camino a la papelera. Y la pelusa vuela. La pelusa -que ahora es la Nin- hace piruetas a cada golpe de escoba. Sale disparada hacia arriba, dibuja un par de tirabuzones, gravita un momento y vuelve a caer a medio metro del montoncito de porquería. Y desde lo alto del último tirabuzón, ha mirado al montoncito, al rebaño, y se ha sabido fuera de él, Y se ha puesto a explicar lo que veía sin darse cuenta de que en el camino ha perdido la preposición que Ferran Ràfols se volverá loco buscando, y ha encontrado la poesía y el delirio que hará que Núria Miret la entienda mejor si tiene unas décimas de fiebre.
"Lo he entendido todo; lo he entendido todo porque tengo fiebre", dice Núria, también en la puerta de la Pròleg. Y se marcha a casa olvidándose de contarnos (nos lo cuenta luego por mail) que, además de por la fiebre, seguramente lo ha entendido todo también porque debajo del vestido se ha puesto para la ocasión un corset rojo.
Dins d'una campana de vidre. Anaïs Nin. Trad. Ferran Ràfols. Labreu Edicions, 2012.
La fiebre, inútilmente encorsetada, leyendo a la Nin.
Leer a la Nin es como barrer el piso en plena época de muda de pelo del gato. Barres, arrastras el montoncito de porquería desde la esquina más lejana hacia cubo de la basura. El montoncito de porquería se mantiene compacto, obedece a la escoba: ahora para aquí, ahora para allá. La escoba es el perro pastor, el montoncito es el rebaño. La escoba dice, venga montoncito, para la derecha; ahora un poquito para la izquierda. Y el montoncito, en su recorrido, va recogiendo individuos de porqueriíta dispersa y se los va incorporando. Aparece en escena una pelusa. Una pelusa borrosa, ligera. El barrendero lanza la escoba -que ahora resulta que simboliza la convención, la tradición, la norma- para intentar incorporar la pelusa a la corriente, al río que transcurre con todas sus gotitas de agua homogeneizadas; con todas sus gotitas de agua llenas de ticks aprendidos, pesadas, informes, carentes de toda voluntad, sometidas y de camino a la papelera. Y la pelusa vuela. La pelusa -que ahora es la Nin- hace piruetas a cada golpe de escoba. Sale disparada hacia arriba, dibuja un par de tirabuzones, gravita un momento y vuelve a caer a medio metro del montoncito de porquería. Y desde lo alto del último tirabuzón, ha mirado al montoncito, al rebaño, y se ha sabido fuera de él, Y se ha puesto a explicar lo que veía sin darse cuenta de que en el camino ha perdido la preposición que Ferran Ràfols se volverá loco buscando, y ha encontrado la poesía y el delirio que hará que Núria Miret la entienda mejor si tiene unas décimas de fiebre.
"Lo he entendido todo; lo he entendido todo porque tengo fiebre", dice Núria, también en la puerta de la Pròleg. Y se marcha a casa olvidándose de contarnos (nos lo cuenta luego por mail) que, además de por la fiebre, seguramente lo ha entendido todo también porque debajo del vestido se ha puesto para la ocasión un corset rojo.
Dins d'una campana de vidre. Anaïs Nin. Trad. Ferran Ràfols. Labreu Edicions, 2012.
La fiebre, inútilmente encorsetada, leyendo a la Nin.
dimecres, 7 de març del 2012
dilluns, 5 de març del 2012
(Ahora viene una entrada con mucho embedded text, que ya es lo suyo porque habla de leer).
Habré leído unas seis o siete cosas enteras, hoy, y ha estado muy bien porque las seis o siete cosas o a) eran buenas o b) aunque fuera meras boutades, venían bien para apuntalar ideas.
Miren:
Llego al trabajo y me encuentro con el Babelia, suplemento de literatura de El País, encima de la mesa (mi jefa tiene este detalle los lunes y el mismo, con el Cultura/s de La Vanguardia, los miércoles). Pum, portada: Erri de Luca; cita: "La literatura no cambia el mundo, pero hace compañía". Dos páginas más allá viene la entrevista llena de declaraciones de este señor que, además de escribir, tiene una vida; que tiene una vida que parece más vida que esta de escribir pero que va absolutamente ligada al hecho de que también escribe. Y lee: lee mucho Erri de Luca. Erri de Luca es todo leer. Vayan a buscar la entrevista, en serio: no tiene desperdicio. Tengan en cuenta por eso que en el camino de la portada a la entrevista, van a tener que superar otra de las cosas que he leído hoy: un retrato de Ernesto Caballero, director del Centro Dramático Nacional, en el que, además de una foto muy grande, mucho más grande que el texto, se destaca una intención suya. Dice: "Ernesto Caballero se ha propuesto escribir una obra teatral al año".
"La literatura no cambia el mundo, pero hace compañía". Erri de Luca.
"Me he propuesto escribir una obra teatral al año". Ernesto Caballero.
¿Ven la diferencia? Se ve más, esta diferencia, si se leen los textos enteros: Erri de Luca no para de hablar de la vida; Ernesto Caballero no para de hablar de producción. Dice este último que está entregado en cuerpo y alma (sic.) a su trabajo de director del CDN, que no tiene tiempo pero que, cuanto menos tiempo tiene, más ideas le vienen, así que se va a obligar cueste lo que cueste a acabar una obra por año. Mientras tanto, Erri de Luca estará viviendo; esto último lo digo yo, no lo dice Erri de Luca, y cuando digo viviendo quiero decir escribiendo y cuando digo escribiendo quiero decir haciendo cualquier otra cosa, que también es escribir, estoy convencida por lo que dice en su entrevista.
Para Ernesto Caballero, escribir es acabar una obra al año. Para Erri de Luca, escribir es vivir.
¿Ven mejor la diferencia?
Todo esto lo he leído por la mañana. Al mediodía, mientras se acababa de hacer la comida, he leído estas otras dos cosas (de estas les pongo los links, que los tengo). Primero, me he encontrado este artículo del New York Times. He pensado en cuánto de pedantería debería perder ahora el hecho de decir que has leído algo en un artículo en el New York Times, si abres el Facebook y te los encuentras ahí, como setas, esperando a que abras el link. Luego, he empezado a leer. Es este. Habla de cómo cambiará el acto de la lectura ahora que todo el mundo se está apuntando a las tabletas en detrimento de los libros, cuando las tabletas, además de ponerte el libro delante, te ponen también el Twitter, el correo, etc. a un click de cualquier cosa que estés leyendo. Habla de lectores que por cada tres páginas leídas seguidas pasan veinticinco minutos ciberespaceando. Habla de que han puesto a la lectura a competir directamente con otros tipos de entretenimiento más entretenidos. Así no hay manera, dice. Y yo pienso todo el rato en mí misma leyendo un libro. Y el teléfono que suena. Y mi vecino que llama a la puerta. Y el gato que me hace la croqueta encima. Y el móvil que me avisa que tengo un email. Y el ruido de cristales rotos en la calle. Y todo lo anterior a la vez, y yo leyendo un libro. Y me pregunto si ahora va a resultar que todas las formas de entretenimiento se han inventado al mismo tiempo que tabletas y ereaders. Y me pregunto qué tontería es esta de la que me está hablando el New York Times y a ver si la pedantería que hasta ahora suponía leerlo va a dejar de ser pedantería no por lo a mano que lo tengas sino porque están bajando el listón de los contenidos. Y todo eso estoy pensando recién acabado el artículo cuando Facebook me sirve otro en bandeja: este de Xavier Antich. Antich se pregunta, independientemente del soporte en el que estemos leyendo, ¿por qué leer con todo lo que hay para ver, mirar y escuchar? Y también se pregunta (y afirma, de paso) si la lectura no es, más que un paréntesis en la vida, una forma de vida. Y es en esta última pregunta-afirmación donde encuentro la clave; donde me reafirmo en esa sospecha que me ha venido a la cabeza leyendo a Erri de Luca por un lado y a Caballero por otro; al New York Times por uno y a Antich por otro. No hablan de lo mismo los dos primeros como no hablan de lo mismo, aunque lo pudiera parecer, los dos segundos. Antich y De Luca hablan de leer y de literatura; Caballero y el New York Times hablan de libros (sea cual sea el soporte) y de entretenimiento.
Y no es lo mismo, señores. No es lo mismo.
Habré leído unas seis o siete cosas enteras, hoy, y ha estado muy bien porque las seis o siete cosas o a) eran buenas o b) aunque fuera meras boutades, venían bien para apuntalar ideas.
Miren:
Llego al trabajo y me encuentro con el Babelia, suplemento de literatura de El País, encima de la mesa (mi jefa tiene este detalle los lunes y el mismo, con el Cultura/s de La Vanguardia, los miércoles). Pum, portada: Erri de Luca; cita: "La literatura no cambia el mundo, pero hace compañía". Dos páginas más allá viene la entrevista llena de declaraciones de este señor que, además de escribir, tiene una vida; que tiene una vida que parece más vida que esta de escribir pero que va absolutamente ligada al hecho de que también escribe. Y lee: lee mucho Erri de Luca. Erri de Luca es todo leer. Vayan a buscar la entrevista, en serio: no tiene desperdicio. Tengan en cuenta por eso que en el camino de la portada a la entrevista, van a tener que superar otra de las cosas que he leído hoy: un retrato de Ernesto Caballero, director del Centro Dramático Nacional, en el que, además de una foto muy grande, mucho más grande que el texto, se destaca una intención suya. Dice: "Ernesto Caballero se ha propuesto escribir una obra teatral al año".
"La literatura no cambia el mundo, pero hace compañía". Erri de Luca.
"Me he propuesto escribir una obra teatral al año". Ernesto Caballero.
¿Ven la diferencia? Se ve más, esta diferencia, si se leen los textos enteros: Erri de Luca no para de hablar de la vida; Ernesto Caballero no para de hablar de producción. Dice este último que está entregado en cuerpo y alma (sic.) a su trabajo de director del CDN, que no tiene tiempo pero que, cuanto menos tiempo tiene, más ideas le vienen, así que se va a obligar cueste lo que cueste a acabar una obra por año. Mientras tanto, Erri de Luca estará viviendo; esto último lo digo yo, no lo dice Erri de Luca, y cuando digo viviendo quiero decir escribiendo y cuando digo escribiendo quiero decir haciendo cualquier otra cosa, que también es escribir, estoy convencida por lo que dice en su entrevista.
Para Ernesto Caballero, escribir es acabar una obra al año. Para Erri de Luca, escribir es vivir.
¿Ven mejor la diferencia?
Todo esto lo he leído por la mañana. Al mediodía, mientras se acababa de hacer la comida, he leído estas otras dos cosas (de estas les pongo los links, que los tengo). Primero, me he encontrado este artículo del New York Times. He pensado en cuánto de pedantería debería perder ahora el hecho de decir que has leído algo en un artículo en el New York Times, si abres el Facebook y te los encuentras ahí, como setas, esperando a que abras el link. Luego, he empezado a leer. Es este. Habla de cómo cambiará el acto de la lectura ahora que todo el mundo se está apuntando a las tabletas en detrimento de los libros, cuando las tabletas, además de ponerte el libro delante, te ponen también el Twitter, el correo, etc. a un click de cualquier cosa que estés leyendo. Habla de lectores que por cada tres páginas leídas seguidas pasan veinticinco minutos ciberespaceando. Habla de que han puesto a la lectura a competir directamente con otros tipos de entretenimiento más entretenidos. Así no hay manera, dice. Y yo pienso todo el rato en mí misma leyendo un libro. Y el teléfono que suena. Y mi vecino que llama a la puerta. Y el gato que me hace la croqueta encima. Y el móvil que me avisa que tengo un email. Y el ruido de cristales rotos en la calle. Y todo lo anterior a la vez, y yo leyendo un libro. Y me pregunto si ahora va a resultar que todas las formas de entretenimiento se han inventado al mismo tiempo que tabletas y ereaders. Y me pregunto qué tontería es esta de la que me está hablando el New York Times y a ver si la pedantería que hasta ahora suponía leerlo va a dejar de ser pedantería no por lo a mano que lo tengas sino porque están bajando el listón de los contenidos. Y todo eso estoy pensando recién acabado el artículo cuando Facebook me sirve otro en bandeja: este de Xavier Antich. Antich se pregunta, independientemente del soporte en el que estemos leyendo, ¿por qué leer con todo lo que hay para ver, mirar y escuchar? Y también se pregunta (y afirma, de paso) si la lectura no es, más que un paréntesis en la vida, una forma de vida. Y es en esta última pregunta-afirmación donde encuentro la clave; donde me reafirmo en esa sospecha que me ha venido a la cabeza leyendo a Erri de Luca por un lado y a Caballero por otro; al New York Times por uno y a Antich por otro. No hablan de lo mismo los dos primeros como no hablan de lo mismo, aunque lo pudiera parecer, los dos segundos. Antich y De Luca hablan de leer y de literatura; Caballero y el New York Times hablan de libros (sea cual sea el soporte) y de entretenimiento.
Y no es lo mismo, señores. No es lo mismo.
dissabte, 3 de març del 2012
-... Vius en un miratge i proves d'encarnar-te a través del cos del teu amor. Amb el teu do per a la metamorfosi et pots dur a tu mateix tan lluny que en l'amor hi busquis el caliu i la constatació mateixa de la teva existència. Sures massa fàcilment, t'aïlles massa fàcilment. Quan l'amor et té lligat, per un moment t'envaeix l'angoixa. Però en un moment o altre hauràs d'acceptar que, quan estàs lligat, tens un cos, una realitat. Hauràs d'entrar a la presó de la vida humana i acceptar-ne el patiment.
En sentir la paraula patiment, els ulls li van agafar un aire de fugida i partença. Els seus ulls van aturar-se al pol nord. Després van tornar i es van posar sobre mi, sabent que jo no li infligiria cap dolor.
-No descriguis la meva transparència -va dir-, perquè tu ets com un arc de sant Martí, un color que s'esvaeix amb facilitat. Només apareixes quan l'atmosfera és propícia. Ets tan lleugera que pots caminar sobre les aigües. N'hi haurà d'altres que et veuran i voldran seguir-te, però s'ofegaran. També ets un mirall, un mirall on la gent es veu realitzada, on veuen el seu jo lliure. Quan et miro, em veig lliure. Ets el mirall perfecte sense tares que dóna el reflex del jo futur.
Dins d'una campana de vidre. Anaïs Nin. Trad: Ferran Ràfols. (Labreu, 2012)
En sentir la paraula patiment, els ulls li van agafar un aire de fugida i partença. Els seus ulls van aturar-se al pol nord. Després van tornar i es van posar sobre mi, sabent que jo no li infligiria cap dolor.
-No descriguis la meva transparència -va dir-, perquè tu ets com un arc de sant Martí, un color que s'esvaeix amb facilitat. Només apareixes quan l'atmosfera és propícia. Ets tan lleugera que pots caminar sobre les aigües. N'hi haurà d'altres que et veuran i voldran seguir-te, però s'ofegaran. També ets un mirall, un mirall on la gent es veu realitzada, on veuen el seu jo lliure. Quan et miro, em veig lliure. Ets el mirall perfecte sense tares que dóna el reflex del jo futur.
Dins d'una campana de vidre. Anaïs Nin. Trad: Ferran Ràfols. (Labreu, 2012)
dijous, 1 de març del 2012
Coger un capítulo entero y borrar todo excepto la cita sobre la que daba vueltas y que dio origen a todo ese capítulo.
Guardarse la cita para ponerla en la primera página.
No es que haya gente que sea buenísima escribiendo, es que hay gente que ha sido buenísima eliminando todo rastro de las chorradas que han llegado a escribir. Y disimulando después.
Guardarse la cita para ponerla en la primera página.
No es que haya gente que sea buenísima escribiendo, es que hay gente que ha sido buenísima eliminando todo rastro de las chorradas que han llegado a escribir. Y disimulando después.
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