Jordi Savall recrea esta tarde, en Santa Maria del Mar, el último concierto de Montserrat Figueras.
Y yo no me conformaré nunca con menos de este tipo de amor. A menor escala, claro -yo ni soy soprano ni voy cantando por balcones góticos-, y con altibajos, seguramente -como todo el mundo-; pero ese respeto, esa admiración que le lleva a Savall a meter la orquesta en el templo para volver a oir la voz de su mujer donde mejor sonaba... Eso es lo que quiero que me den y lo que quiero llegar a querer dar yo.
Admiración y respeto: llámenme ilusa pero es que por menos no me enamoro; es que por menos no sería amor, sería conformismo, desesperación, conveninencia, costumbre...
Primero Moondog y luego esto. Sabes qué llevo estos dias en los cascos cuando voy en bici?
ResponEliminaMuy raro, Isabel, muy raro.
Igual es que nos hemos pasado de rosca y hemos llegado a un universo paralelo en el que Jordi Savall es popular, o sea, a Catalunya.
ResponEliminaUn gangster inglés le da una convincente explicación de lo qué es amor al amante de su mujer.
ResponEliminahttp://www.youtube.com/watch?v=PfzDQLfLvF4
Sí, Claudio, exacto! Es eso!!
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