Supongo que la premisa es: hacia el futuro como si no hubiera ayer. Por eso, la tinta que se intuye es sólo la que simula manchar la pantalla; el primer libro que se ve está destrozado, repartido ordenadamente por un bosque, como si nadie antes lo hubiera leído; Crepúsculo engancha, al pobre Billy Bones, en cambio, más le hubiera valido llamarse Jack Sparrow y/o dejarse crecer los colmillos y ni por esas... Por eso, si se habla de Sagarra, se hace en el Teatre Romea, que aún muestra signos vitales de actividad de temporada, y no en el Ateneu, donde llenar la cosa de referencias televisivas hubiera parecido un sacrilegio.
Al nuevo programa de libros del 33 no se le puede juzgar en referencia a antiguos programas de libros del 33: ha despegado, va por libre, ha hecho lo que ellos creen que es un salto hacia adelante, lo que pasa es que la largura del cable del cargador de batería sólo le ha dado para lo que le ha dado y el tirón del final del salto le ha hecho perder por el camino cualquier cosa relacionada con... los libros, con leer: si incluso Màrius Serra parecía encantado de descubrir el audiolibro moderno que supone el libro electrónico: que si 'ja no cal llegir', que si 'et poses els cascos i te'l llegeixen'. Visca.
Bueno, ya tenemos otro para la colección. Se publicitará en facebook y en twitter y tendrá a muchos amigos esperándole con el bocata preparado cuando lleguen... ¿a la biblioteca?... quiten, quiten: mejor a la gasolinera del pueblo, y a muchas editoriales enfadadas porque, ya no los libros, la web que se ve en pantalla no es la suya, ¡que siempre es la de 62, hostia!
Pues nada, bienvenidos. Y ahora, si me disculpan, yo... a mis cositas, que son otras.
Santa raó!
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