Al día siguiente de la patética y grosera entrevista de Manel Fuentes a Vicenç Navarro en Catalunya Ràdio, el diario Ara publicó una de esas entrevistas-perfiles sumamente complacientes que firma Bibiana Ballbè dedicada, oh, sorpresa, precisamente a Manel Fuentes.
Si uno iba al link de la entrevista en cuestión, justo encima del titular, encabezando la página, aparecía, oh, sorpresa otra vez, un banner de lado a lado (que es como suelen aparecer normalmente los banners), de publicidad pagada por Catalunya Ràdio, con un Manel Fuentes sonrientíííísimo: la viva imagen de la alegría de vivir encarnada en una gran cara de vengan a escucharme, que soy de confianza y bien majo.
La cosa es que en la entrevista-perfil no se mencionaba para nada el desbarajuste radiofónico (supongo que estaba redactada con anterioridad) y Manel Fuentes acababa retratado como una persona con la que uno se iría a tomar todos los cafés del mundo y a la que uno le acabaría suplicando que no se limitara a hacer un programa sólo matinal: que lo hiciera todo el día, hombre, 7/24 nonstop del mejor profesional de la radio que ha parido este país.
La cosa es que, poco después de escuchar yo la entrevista y ponerme a redactar esta entrada, una periodista del Ara me dijo que seguía mi blog porque le había hablado de él una amiga común. A mí esto me hizo ilusión, fue muy agradable, en serio, pero también me hizo pensar coño, ¿cuelgo o no cuelgo ahora esta entrada que tengo medio preparada?
Total, que ya está colgada, porque este es mi blog y nadie me paga: ni yo misma me pago, así que me ha parecido que sería muy flagrante y bastante gratuito por mi parte sucumbir tan fácil a la autocensura.
(Sirva de pequeño homenaje a aquellos que históricamente sí que se han tenido que callar la boca).
:-)
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