Y ahora, esto que viene, no tiene nada que ver con el título este tan largo.
El día que conocí a M., Antonio se encontró esto en el suelo:

Es un llavero de aquellos super horteras que se parten por la mitad y tú llevas el mío y yo llevo el tuyo, así como el gran símbolo del a wuan-a chu-aguantamela tú que es el amor. Tiene grabadas dos alianzas enlazadas y otra cosa que no se ve bien, un nombre: Isabel, en concreto.
No me digan que la cosa no era para alucinar pe-pi-ni-llos y ponerse a dar grititos y a especular como unos locos.
Pues en vez de eso, cuando Antonio me lo dio, dije sí, bueno, ya, y me lo guardé en el bolsillo.
Ya está. No tengo nada más que contarles.
Bueno sí: que igual al final esto que ha venido después sí que tenía algo que ver con el título ese tan largo.
No me acordaba...
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