divendres, 2 de juliol del 2010

(Ayer por la tarde)

J: Tocan Manos de Topo
Yo: Buf
J: No los he oído nunca
Yo: Las letras están bien y tienen un vídeo muy chulo, pero la voz del tío es insoportable.
J: ¿Más que la de J de Los Planetas?
Yo: Mira:



Yo: ¿Aguantarías un concierto?
J: No.
Yo: ¿Nos vamos a tomar una caña?
J: Sí.

(Tomando la caña)

J: ¿Tú escribirías una letra para que yo luego le ponga música?
Yo: Sí.
J: Voy a pedir papel y boli. (...) Toma.
Yo (escribiendo): Cuatro peces en un bar y no son boquerones en vinagre.
J: ¿Qué rima con vinagre?
Yo: No sé. Lo cambio.
J: Bueno, puede rimar con bar. Primero tendríamos que decidir la rima: ABBA o ABAB o ABCD A
...
...

Y así: el verano.
(De cobardes que son valientes)

En este plan:



Gran finde ahead de cumpleaños, conciertos de poner punto final y cine (sí? Víctor, Jordi, artistabans? domingo?).

dimecres, 30 de juny del 2010

(De las conversaciones melopéicas que, además de resaca, dejan temas para reflexionar).

Tema del día: la "teoría del second best".

Hay una película que expone esta teoría, sin más, dejémoslo ahí, mejor o peor da igual. La expone y punto. Se trata de "Two Lovers", de James Gray. La historia viene a decir que por mucho que uno aspire a lo mejor, siempre se acabará quedando con el segundo premio; el "second best".
El segundo premio tampoco está tan mal, incluso puede estar muy bien, pero (ay, amigo) no es el primero. Así que sí: te quedas con él y además te quedas con una bonita frustración que te acompañará de por vida, que irá contigo a lo largo de los años susurrándote al oído de vez en cuando: "Qué hubiera pasado si...".

Eso es lo que cuenta la peli y eso es de lo que ayer estuvimos hablando M., I. y servidora en el Tahití, Manhattan en mano. De hecho, llegamos a la conversación después de dar un bonito repaso a exnovios, después de grandes cuestiones del tipo: tú o yo, ¿quién debería sentirse más fracasada? (risas).

Yo vi la peli hace un mes largo, cuando acabó pensé "Vaya gilipollez" y no le di más vueltas. M. salió del cine pensando lo mismo, pero le había dado más vueltas: según ella, es una película para tíos. A la mayoría de los hombres que conoce M. -la minoría, a los que no les gustó, es la excepción que confirma la regla-, la película les había parecido durísima, buenísima y como la vida misma. Para ellos, la "Teoría del second best" es ineludible y van por la vida suspirando por aquella novia con la que nunca se llegaron a casar porque, según M., en su momento no tuvieron cojones de decir: "Me quedo con la mejor", o de decir: "Si no tengo a la mejor, me quedo solo".

A esas alturas de la conversación, yo seguía con mi "Vaya gilipollez de peli" sin poder ir más allá. Hoy me he despertado dándole vueltas al asunto. Estoy en parte de acuerdo con M. pero creo que hay otra cosa que hace que la "Teoría del second best" caiga por tierra ipso facto. Pienso, porque a mí me ha pasado, ¿cómo encaja en esta teoría aquel momento en el que el primer premio pierde todo su brillo y uno se da cuenta de que lo que andaba persiguiendo era un bluff como una casa? ¿Por qué si no te quedas con lo que hasta entonces parecía lo mejor te tienes que quedar por narices con lo que hasta entonces parecía lo segundo mejor (y aquí encaja la opción de quedarse solo que dice M.)?

Al final, mi conclusión (una opinión como cualquier otra) es: Lo mejor existe pero no es una cosa inmutable, de hecho, muchas veces cuando lo consigues, pasa a ser inmediatamente el second best. Y la más importante: lo mejor lo marca uno mismo según asimile los imputs que va recibiendo. Lo que hoy es lo mejor, puede que mañana ya no lo sea.

"Two Lovers" es una película sobre una frustración totalmente idealizada y convertida en el centro de una vida, que seguramente se quedará en la cabecita del protagonista en forma de trauma absurdo. Nada más.

dimarts, 29 de juny del 2010

(De cuando uno se queda paralizado y de cuando todas las canciones cuentan la misma historia)



A mí me pasa que tiendo a poner demasiada energía en las cosas, toda la carne en el asador, que dicen. Está bien; eso me lleva a tener mis momenticos de gloria. Lo malo es que de repente las cosas se acaban, y últimamente se han acabado unas cuantas, y a mí me pilla todo con el paso cambiado y con un torrente de hiperactividad que aún necesita una cierta distancia (tiempo) para frenar. La cosa es que durante el tiempo de frenada, tengo la misma energía pero me falta el objeto, el proyecto, lo que sea, hacia la que encaminarla. Entonces me quedo paralizada. Me paso el día pensando en las cosas que debería hacer pero soy incapaz de poner en marcha absolutamente nada. Y se me va el tiempo dándole vueltas a preguntas del tipo "Para qué tanta hostia?", "Para qué ser tan fantástica?"

Y, en fin, que a base de tirones, voy haciendo la vida siempre esperando que en una de éstas no se quede algo importante por el camino y que al final resulte que la parte que pese más sea la de los momenticos de gloria y no la de los periodos de desaceleración. Y que todo acabe teniendo una explicación lógica que vaya un poquito más allá que la conclusión esta simplista y fácil de la que soy incapaz de pasar ahora mismo.

dimarts, 22 de juny del 2010

(De la fauna urbana. Apuntes.)

Tengo un nido de palomas en algún punto de la fachada de mi casa.
No lo he visto, lo sé porque oigo constantemente el arrullo de una de ellas.

Cuando vivía en Trafalgar (the street not the battle) entre mi piso y el terrado había un hueco, como un miniespacio de unos 20 o 30 centímetros de alzada, con agujeros de ventilación que daban a la calle por los que entraban las golondrinas a finales de cada invierno y montaban sus nidos. Cuando el piso estaba en silencio (por las noches) oía cómo se movían andando, rascando con sus garritas, por encima de mi cabeza. Me parecía bonito hasta que una amiga de un amigo explicó que un día llegó a casa y se encontró con que el techo se había hundido: estaba todo lleno de mierda y de esqueletos de paloma y otros bichos. Desde entonces, cuando oía las patitas, sólo venían a mi cabeza imágenes de una especie de holocausto ornitológico.

Desde hace dos días que, si bien por el día dominan las palomas y su nido, por las noches dominan las cucarachas y similares. Hoy he soñado que una cucaracha corría por la pierna de un amigo; eso puede pasar, lo que es más raro es que la cucharacha se pare en la pierna del amigo y grite. Eso pasaba en el sueño. Supongo que es porque he estado viendo L'abécédaire de Gilles Deleuze. A Deleuze, de todos los animales, sólo le gustan las garrapatas, pulgas, piojos y similares. Mi subconsciente ha incluido "cucaracha" en similares. Supongo, digo.

La noche anterior soñé que otro amigo salía de debajo de mi cama arrastrándose con un edredón en la mano. Me miraba y me decía: "Tenía frío", mientras yo me lo miraba pensando: "Ostras, ha salido de ahí debajo como si fuera un bicho". E iba más allá pensando: pensaba que esa persona había entrado debajo de mi cama sin que yo me hubiera dado cuenta; hasta el fondo. Había entrado porque tenía frío y se iba con mi edredón. Y pensaba que esa era una forma de parasitismo como otra cualquiera. "Me arrimo a ti un rato porque tengo frío y tú tienes esto que da calorcito, que es lo que necesito. Y me lo llevo." Yo me agachaba, le ayudaba a levantarse y a doblar el edredón. Y le acompañaba a la puerta.

Me desperté con un poco de frío pero creyendo entender un poco más a Deleuze y sus cuestiones de territorialismo, que no es tontería.

diumenge, 20 de juny del 2010

(De comment tu vas dire et je vais penser. Y de lo bien que pinta este verano)



Cursos, lecturas buenas y recomendaciones que valen su peso en oro: en esto es en lo que voy a estar centrada estos meses. Economía de guerra, eso sí, pero bueno...
Además, fiesta de Sant Joan casera, viejos amigos, posibles colaboraciones, tranquilidad, cookies y ganchillo.

Empiezan oficialmente las vacaciones.

dissabte, 19 de juny del 2010

(De cuando descubro que "Escribir no es un asuntillo privado" era lo que había estado queriendo decir todo este tiempo)

L'abécédaire de Gilles Deleuze



Sólo con ver la A, ya necesito que me saquen a tomar una birra (a riesgo, si no lo hacen, de quedarme en el el sofá mirando al vacío y volviéndome loca a base de dar vueltas a las cosas).

Creo que desisto del proyecto absurdo "trabajillo de verano". Quiero quedarme en casa estudiando y comiendo patatas. De hecho, quiero pasarme la vida estudiando y comiendo patatas.

(GRÀCIES, XAVIER ANTICH!! Hi estic tan engrescada...)