Puede que debiéramos ir presentando un proyecto para llevar la programación de una sala de Eurovegas: Joan Todó y servidora decidiendo de aquí a treinta y cinco años quién actúa cada noche mientras en la platea, en las mesitas con faldones, a la luz de una velita roja, cena el imserso en perfecta comunión con la despedida de soltero de tercera o cuarta remesa: todos a por el cuarto o quinto matrimonio, que ahora sí, que este es el definitivo, que hemos encontrado el amor postjubilación, el bueno, el del ocaso, el que nos verá morir.
Martes, jueves y sábados, Els Nens Eutròfics, Josep Pedrals de maestro de ceremonias y Les Filles Follen zancadilleándose con Sol Picó por las escaleras; miércoles, viernes y domingos, Roger Pelàez de jefe de pista, Roger Mas de crooner y el Mag Lari de mago, claro, con Bibiana Ballbè de sinuosa ayudante cortada por la mitad.
Puede que debiéramos ir rellenando los papeles de solicitud de la subvención: puede que la sala fuera el último reducto público del catalán. ¿Alguien se ha puesto ya a pensar un número con Guardiola à la Maradona de Las Ramblas, pelotita al pie, pelotita a la cabeza, sobre un piano de cola tocado por Lluís Llach, mientras recita a Martí i Pol y tres Furesdelsbaus le hacen correfoc alrededor? Pues si no, háganlo ya, que servidora compra y al otro programador lo tendremos en el bote desde el momento en el que se lo contemos y él entienda bous en vez de baus, que para entonces, también, ya habrán desaparecido -los bous- y andaremos todos bajo el dominio de la nostalgia de aquello que fue y entonces solo podrá ser en Eurovegas: en el Teatre Núria Feliu d'Eurovegues.
Preséntennos también un proyecto de piromusical, que tendremos de asesor a Toni Santiago que, desde ya, él solito, se está haciendo un máster en vedettismo y fiestas populares badaloninas.
Tráigannos también algo con la Cobla Sant Jordi y el Quartet Brossa enfrentados, gralla contra viola, tenora contra acordió, que el plan es poner una plataforma giratoria circular en la que, en fiestas señaladas se bailen sardanas en plan marató, con Maria de la Pau Huguet robando las carteras de los bolsos del centro de la rotllana, contando los euros en fichas y sumándolos en un marcador electrónico: la marató de la sardana lleva este año recaudados cuatrocientosmilquinientostreintaydós euros (¿he dicho pesetas?) que irán destinados a la reforma de la red de Rodalies y a la mejora de las autopistas, ahora que, cuando por fin se ha extinguido el catalán, una es competencia de la comunidad y en la otra ya no hay que pagar peajes. ¿Lo apostamos ahora todo a negro? Miren que tenemos aquí al lado la sala de ruletas de la Marató...
Eurovegas, el apocalipsis. Es la misma destrucción la que propone la conservación. La simbólica al menos, el reducto, el nuevo catálogo de homenots empurpurinados, la protección de la especie mientras la especie sea rentable, el folclore como salida cuando ya no quede nada más.
Ayer cené demasiado y me leí un par de tuits un poco devastadores antes de ir a dormir. He pasado la noche del loro, la del lloro, con sus plumas y lentejuelas, bajando por escaleras de barandillas de cartonpiedra con efecto alabastrado. Y todo era demasiado real.
L'insomni és productiu, com hi ha món!
ResponElimina¿Saps que he llegit "Guardiola à la Madonna"? De debò. Me l'he imaginat fent un madonna dels recents, baixant-se la copa dels sostens davant del Llach i... Uf, sort que, cosa rara, jo he dormit d'una tirada, avui, que si no...
Quina llàstima que d'aquí a trenta-cinc anys ja no hi seré!
Ei! Prenc nota i parlo amb en Todó aviam què li sembla!
ResponElimina