Viene mi jefe y me dice que, como hace dos años entraron a robar en la oficina, de vez en cuando lo graban todo. Me pongo de los nervios y me pasan los cinco meses que llevo trabajando aquí ante los ojos. Me enseña un USB de 16GB y me dice que grabe ahí los documentos importantes que tenga en el ordenador por si vuelven a entrar a robar.
Sólo cuando se ha ido y me ha dejado temblando, con el USB en la mano, me paro a pensar que lo único que podría echarme en cara –sólo si no tuviera un mínimo sentido del ritmo- serían los bailecitos que me pego en el trayecto de la mesa a la cafetera los viernes, cuando ellos no están y, como no molesto a nadie, me pongo la musiquita a un poco más volumen del normal mientras trabajo.
Yo no puedo vivir en este régimen del terror que tengo montado en mi cabeza.
Si tienes jefe, inevitablemente acabrás trabajando para uno más tonto que tú.
ResponEliminaSi contratas empleados, los acabarás teniendo más tontos que tú.
Es un misterio, pero es así.