Javier inmortalizó el momento en el que, en anunciando él que se iba al váter, servidora veía claro que no volvería jamás y Víctor, haciendo gala de su facilidad para entrar en mode warp speed mental en lo que a asimilación de tragedias se refiere, se ponía directamente a rezar por su alma.
(Más de doce horas después, ni Víctor ni servidora nos hemos visto con suficientes agallas para comprobar si el Javier que volvió del váter era realmente él o se trataba de un -glups- aparecido).
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