diumenge, 28 de novembre del 2010
Del Oeste seguían llegando mensajes de inmovilidad de la tropa enemiga: pasaba un día, -no se mueven-; pasaba otro, -siguen ahí pero no avanzan-; pasaba otro... El Presidente empezaba a impacientarse y, a la cuarta noche desde su orden de relajación, después de tres noches de recuperar el tiempo perdido con su esposa, un poco porque físicamente no daba mucho más de sí, un poco porque empezaba a estar muy mosca, acabó comentándole a la primera dama lo raro del asunto. -¿La sombra no crece? -preguntó la primera dama- ¿La otra vez que vinieron, no fueron perdiendo muchos barcos por el camino? -...
Esta foto que aparece hoy en El Periódico está tomada en aguas coreanas, pero igual podía haber sido tomada hace cosa de un mes en el interior de mi cabecita. A veces creo que imagino cosas que acabarán pasando y no las sé interpretar hasta que, unos días después, el periódico me da la solución al enigma.
(O eso o es que he visto muchas películas).
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Me levanto leyendo tu comentario sobre la pereza que dan las elecciones autonómicas, salto a tu blog y me encuentro con que las Coreas y los EE UUs (pronunciar las letras, no el nombre) están de nuevo a la greña.
ResponEliminaY la colcha ahi, mirandome, tan solita.
Vuelve a la cama, Héctor, no hay guerra ni día de urnas que valgan más la pena que tu colcha, ahí, protegiéndote de la dinamarquidad noche tras noche.
ResponEliminaestaba escuchando a MAX RICHTER mientras leía esto y me pareció la mar de apropiado...
ResponEliminahttp://www.youtube.com/watch?v=9TRskpDol_4
Desde luego, la mar lo es (y apropiado también: tienes razón!)
ResponElimina