dimarts, 14 de setembre del 2010

Ponme un Mastónic.

Me despierto y me encuentro internet lleno de comentarios sobre esto.

Primero pienso:"Ya está: el típico gracioso que ha cogido la cosa pop y la ha mezclado con la política" (valga la redundancia). Pensando que al menos no es una cosa de mal gusto, que habría sido mucho más flatón todo si en vez de con Mas lo hubieran hecho con Maragall, clicko en uno de los blogs que hablan del tema.

Me encuentro con que unos cuantos blogueros que se autodefinen como independientes e independentistas han unido fuerzas y hacen frente común para apoyar la candidatura de Artur Mas a la presidencia de la Generalitat. Entro en la web en cuestión. Intento leer pero la web no se queda quieta: van sucediéndose en la pantalla entradas de blog de diferentes autores. Me da tiempo a leer sólo la primera frase de cada una antes de que aparezca la siguiente. Parece que van diciendo: "¡¡Léeme a mí!!", "¡¡No, léeme a mí!!" Consigo que la cosa se quede quieta apretando un "Leer más" cualquiera y me encuentro con lo de siempre: que si es el momento, que si Catalunya está preparada, que si sólo podemos confiar en éste, que si los otros son unos soplagaitas.

Hay una cosa que me aburre mucho de todas estas campañas más o menos espontáneas, más o menos diseñadas al detalle, es que comparten un rasgo común: sirven para cualquier partido lo mismo que para cualquier cosa; basta con cambiar el nombre del candidato o del producto. Cambien Mas por Don Limpio (Absolut Don Limpio).... y tendrán a un grupo de blogueros defendiendo una Catalunya blanca, inmaculada y lista para la prueba del algodón. Felicidades pues.

Yo no sé si la pretensión de todo esto es ganar votos, crear corriente de opinión o qué, pero a mí, esto de ver a gente posicionándose en un momento preelectoral en el que posicionarse es lo más fácil, casi inevitable, casi obligatorio, la única respuesta que me provoca es la de pensar: "mira, fulanito, menganito y el de más allá votarán a Mas, pues qué bien". Es como coger El País sabiendo que estás leyendo un diario escrito por gente que quiere a Montilla en la Generalitat; como coger el ABC sabiendo que estás leyendo un diario escrito por gente que no quiere a Mas en la Generalitat ni a Montilla tampoco, aunque piensan que este último sería una especie de mal menor.

Echo de menos medios de comunicación con firmas de analistas con más cabeza que corazón. ¿Existen o tenemos que ser nosotros quienes leyendo de aquí y de allá tengamos que hacer todo el trabajo de abstracción para llegar a nuestras propias conclusiones?

Estos periodos preelectorales me dejan agotada.

1 comentari:

  1. De ahí que la opinión pública y, con ella la realidad votante, se vaya distanciando cada vez más de la opinión publicada (que es algo así como la imaginación votante de los medios).

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