Javier Marías me cae bien.
Dicen que es estirado, un cursi y un snob, así, en plan prejuicioso, pero luego te paras a leer entrevistas que le hacen y el tío no dice sino cosas muy muy sensatas.
Hoy le hacen una entrevista en La Vanguardia y mirad cuál es su forma de escribir y, de paso, lo que piensa de la vida (que vendría a ser lo mismo):
- ... tengo esta manera de escribir un poco rara y un poco suicida, voy improvisando en gran medida y no me permito cambiar nada de lo que he escrito con anterioridad. No hago una segunda versión de los textos. Trabajo mucho cada página pero luego va a la imprenta tal como ha quedado. Aplico el mismo principio de conocimiento a las novelas que el que rige en la vida: a los 50 dices: 'ojalá me hubiera casado con esta persona, hubiera aceptado aquel trabajo…' pero te tienes que conformar, ser consecuente con lo que has hecho.
A mí me gusta escuchar hablar sobre la vida a gente mayor (unos años mayor que yo; cuantos más, mejor). Por ejemplo: aquí está la entrevista que le hicieron a Moisés Broggi, médico centenario, en un programa de TV3 que se llamaba (S)avis (sabios/abuelos). Y lo que más me gusta escuchar de ellos es que todos comparten más o menos un mensaje común: la vida hay que vivirla con lógica, una lógica en muchos casos gobernada por el respeto a los demás, el saber alegrarse de las cosas y el, llegado el momento, poder mirar atrás con tranquilidad, con la conciencia de que lo que has ido dejando en el camino ha sido, sobre todo, cariño y cero malas intenciones.
Creo que si todo el mundo tuviera siempre muy en cuenta dos cosas: una, que se va a morir, y dos, que muchas de las cosas que hace, no las va a poder rectificar, la gente iría por ahí siendo menos egoísta, olvidándose un poco más de ellos mismos y queriendo hacer un poquito más felices a los demás.
dissabte, 27 de febrer del 2010
divendres, 26 de febrer del 2010
Veo que en el Eixample pasa esto y en el Poblenou esto otro. Y veo todo esto después de haber visto ayer una publi del Ajuntament diciendo que Barcelona está entre las 20 primeras mejores ciudades de Europa y que es la mejor de todas las ciudades de Europa del sur. Y me da la risa. Sobre todo con lo de Europa del sur.
Europa del sur comprende ciudades como Lisboa, Estambul y Esmirna, las tres están en la lista por debajo de Barcelona (claro, claro). A ver, las tres son preciosas, ahora, vivir, vivir en cualquiera de las tres... Lo de Lisboa incluso me lo planteé hace unos años, lo reconozco, pero no fue ni de lejos por la perfección de la ciudad. Fue un poco, primero porque quería salir corriendo de aquí (luego me tranquilicé), segundo porque hace calorcito, y tercero porque me veía capaz de, en poco tiempo, defenderme con el idioma. Encima habría conseguido hablar decentemente las cinco lenguas de la península; del portugués al gallego, con un poco de gracejo, uno puede pasar fácilmente, ¿no, primas? Vamos, que una de dos: o me habrían dado la medalla de la legión española (por qué suena también cuando es francesa y en cambio cuando es española piensas directamente en una cabra?) por mi gran amor a un estado grande y libre o me habrían metido directamente en una celda de aislamiento, y mi nombre junto a unos cuantos insultos habría quedado genial como cortinilla en Intereconomía o en la COPE.
El caso es que, cualquiera de estos tres argumentos no tenía nada que ver con una buena gestión del Ayuntamiento: el querer salir por patas era cosa solamente mía; el calorcito es cosa de la latitud; y en lo del idioma, digamos que a veces precisamente el Ayuntamiento es el que parece estar en contra.
Es lo de siempre de las encuestas. Que te ponen delante una lista de sitios y tú no piensas: Roma (también entre las diez primeras), gobernada por tal, con un tráfico espantoso, con gente con cejas ridículamente depiladas (aaahh!!! ahora entiendo lo de las gafas de sol enormes), donde me iban a sablear indecentemene en un sitio al que por suerte no me dejaron entrar porque iba en pantalones cortos... No. Piensas: Mira, Barcelona, qué baratas eran las birras para mi bolsillo escandinavo; Estambul-Esmirna, qué gran viaje, qué bien organizado... Esmirna era el sitio aquel que parecía nieve pero al final era sal, no?
Y así. Supercontentos en la Sudeuropa.
Europa del sur comprende ciudades como Lisboa, Estambul y Esmirna, las tres están en la lista por debajo de Barcelona (claro, claro). A ver, las tres son preciosas, ahora, vivir, vivir en cualquiera de las tres... Lo de Lisboa incluso me lo planteé hace unos años, lo reconozco, pero no fue ni de lejos por la perfección de la ciudad. Fue un poco, primero porque quería salir corriendo de aquí (luego me tranquilicé), segundo porque hace calorcito, y tercero porque me veía capaz de, en poco tiempo, defenderme con el idioma. Encima habría conseguido hablar decentemente las cinco lenguas de la península; del portugués al gallego, con un poco de gracejo, uno puede pasar fácilmente, ¿no, primas? Vamos, que una de dos: o me habrían dado la medalla de la legión española (por qué suena también cuando es francesa y en cambio cuando es española piensas directamente en una cabra?) por mi gran amor a un estado grande y libre o me habrían metido directamente en una celda de aislamiento, y mi nombre junto a unos cuantos insultos habría quedado genial como cortinilla en Intereconomía o en la COPE.
El caso es que, cualquiera de estos tres argumentos no tenía nada que ver con una buena gestión del Ayuntamiento: el querer salir por patas era cosa solamente mía; el calorcito es cosa de la latitud; y en lo del idioma, digamos que a veces precisamente el Ayuntamiento es el que parece estar en contra.
Es lo de siempre de las encuestas. Que te ponen delante una lista de sitios y tú no piensas: Roma (también entre las diez primeras), gobernada por tal, con un tráfico espantoso, con gente con cejas ridículamente depiladas (aaahh!!! ahora entiendo lo de las gafas de sol enormes), donde me iban a sablear indecentemene en un sitio al que por suerte no me dejaron entrar porque iba en pantalones cortos... No. Piensas: Mira, Barcelona, qué baratas eran las birras para mi bolsillo escandinavo; Estambul-Esmirna, qué gran viaje, qué bien organizado... Esmirna era el sitio aquel que parecía nieve pero al final era sal, no?
Y así. Supercontentos en la Sudeuropa.
dimecres, 24 de febrer del 2010
MUERE UN PRESO POLÍTICO CUBANO TRAS 85 DÍAS EN HUELGA DE HAMBRE.
¡¡¡Ahí va!!!
De huelgas de hambre, hemos oído todos (la de Arnaldo Otegi, la de Aminatu Haider...), pero de MORIRSE por una huelga de hambre?
Últimamente estoy en plan urraca con las historias de suicidios: las recorto de los periódicos, las subrayo en los libros, repaso mentalmente y busco circunstancias, reales e imaginarias, de las que se han producido de forma más o menos cercana a mi círculo...
Hace años cayó en mis manos "El mito de Sísifo", de Albert Camus. Ni lo abrí, seguramente fue a parar a mi casa junto con otros tres o cuatro libros que en ese momento me llamaban más la atención. Pero hace unos días, lo vi ahí en la estantería y lo cogí al azar. Me encontré con un gran ensayo sobe la relación ente el absurdo (definido como aquello que sigue cuando la razón no nos alcanza para más) y el suicidio, precisamente. Camus hace una clasificación exhaustiva de los diferentes tipos de este último. Lamentablemente, deja fuera desde el principio el suicidio político o por honor (o, mejor, por la falta de); a él lo que le interesa es el suicidio por causas privadas y muy muy subjetivas, aquél que tiene por objetivo simplemente el autoeliminarse de la faz de la tierra.
El suicidio de este señor cubano cae en ese primer tipo de suicidio político del que Camus no habla, aunque es difícil que algo así se llegue a considerar un suicidio (un señor ha muerto porque ha dejado de comer voluntariamente alegando los motivos que sea. ¿Qué diferencia esto de un suicidio? ¿Que él, en el fondo, esperaba no tener que llegar a morir? Pero ¿cuál era su primera disposición? ¿No era algo así como: "Mira, voy a matarme, si hace falta, por esto"?).
En fin, me ha dominado la urraca y me he ido por las ramas total. Lo que quería contar es que he visto la notícia en el diario y la pregunta que me ha venido a la cabeza en seguida ha sido: "¿Y ahora qué?"
¿Qué pasa cuando con una huelga de hambre lo único que se consigue es que, el que la lleva a cabo, se muera efectivamente de hambre? ¿Por qué sorprende tanto que alguien, en huelga de hambre, se muera efectivamente de hambre? ¿No es una de las posibilidades claras desde el momento en el que empieza la huelga? ¿No es, una de dos, o consigue más o menos lo que quiere o se muere?
De momento, la cosa a dado para unas cuantas noticias de portada en periódicos internacionales. A ver ahora qué.
¡¡¡Ahí va!!!
De huelgas de hambre, hemos oído todos (la de Arnaldo Otegi, la de Aminatu Haider...), pero de MORIRSE por una huelga de hambre?
Últimamente estoy en plan urraca con las historias de suicidios: las recorto de los periódicos, las subrayo en los libros, repaso mentalmente y busco circunstancias, reales e imaginarias, de las que se han producido de forma más o menos cercana a mi círculo...
Hace años cayó en mis manos "El mito de Sísifo", de Albert Camus. Ni lo abrí, seguramente fue a parar a mi casa junto con otros tres o cuatro libros que en ese momento me llamaban más la atención. Pero hace unos días, lo vi ahí en la estantería y lo cogí al azar. Me encontré con un gran ensayo sobe la relación ente el absurdo (definido como aquello que sigue cuando la razón no nos alcanza para más) y el suicidio, precisamente. Camus hace una clasificación exhaustiva de los diferentes tipos de este último. Lamentablemente, deja fuera desde el principio el suicidio político o por honor (o, mejor, por la falta de); a él lo que le interesa es el suicidio por causas privadas y muy muy subjetivas, aquél que tiene por objetivo simplemente el autoeliminarse de la faz de la tierra.
El suicidio de este señor cubano cae en ese primer tipo de suicidio político del que Camus no habla, aunque es difícil que algo así se llegue a considerar un suicidio (un señor ha muerto porque ha dejado de comer voluntariamente alegando los motivos que sea. ¿Qué diferencia esto de un suicidio? ¿Que él, en el fondo, esperaba no tener que llegar a morir? Pero ¿cuál era su primera disposición? ¿No era algo así como: "Mira, voy a matarme, si hace falta, por esto"?).
En fin, me ha dominado la urraca y me he ido por las ramas total. Lo que quería contar es que he visto la notícia en el diario y la pregunta que me ha venido a la cabeza en seguida ha sido: "¿Y ahora qué?"
¿Qué pasa cuando con una huelga de hambre lo único que se consigue es que, el que la lleva a cabo, se muera efectivamente de hambre? ¿Por qué sorprende tanto que alguien, en huelga de hambre, se muera efectivamente de hambre? ¿No es una de las posibilidades claras desde el momento en el que empieza la huelga? ¿No es, una de dos, o consigue más o menos lo que quiere o se muere?
De momento, la cosa a dado para unas cuantas noticias de portada en periódicos internacionales. A ver ahora qué.
dimarts, 23 de febrer del 2010
La sombra de la Kika revela su verdadera identidad: es Batman con las alas recogidas. Ya sabía yo que la gata de Manu no podía ser una cualquiera.
Y hablando de dobles identidades, estoy esperando en candeletas un libro que compré por internet hace unos días: "Filosofía y carnaval", de Eugenio Trias. Lo recomendó Antich en el ploglamo y, cuando me dijo que lo quería comentar y me explicó de qué iba, yo iba pensando: "Dios mío, dios mío, este es el libro que necesito justo ahora para entender tantas cosas...". Me fui directa a la Central del Raval a buscarlo. Empezó a llover por el camino. Me calé hasta los huesos. El joven de la Central me dijo que no lo tenían ("Pero en internet decía que sí". "Pues no"), el caso es que ahora han pasado ya unas semanas (3) y ya no sé si tendrá el mismo efecto sobre mí que entonces o si empezaré a leer y a pensar: "Vaya empanada mental que llevaba hace tres semanas". Qué nervios. Ya os contaré.
PD: el servicio este de mensajes que tienen en la empresa de mensajería NACEX por el cual te envían un mail diciendo que un mensajero pasará por su casa en las próximas 24 o 48 horas para entregar su pedido, lo único que hace es aumentar tu nivel de estrés y de Iwantitnow de manera estratosférica. Un horror.
Y, claro, hablando de cosas que ayudan a, de repente, entender del todo un momento, aunque sólo sea un minuto, de vida:
dilluns, 22 de febrer del 2010
dijous, 18 de febrer del 2010
Descubrimiento
diumenge, 14 de febrer del 2010
dissabte, 13 de febrer del 2010
Apuntes indiscriminados
Una experiència infantil es revelarà com quelcom que ha estat traumàtic si ha estat reactivada com a tal (a saber, a través d'un símptoma neuròtic) en una sèrie de futurs esdeveniments. En aquest sentit, el passat del trauma és quelcom que està determinat pel present del símptoma. Quan el subjecte s'adona del seu trauma es descobreix a sí mateix com un efecte d'una causa que no coneixia. Descobrir el trauma -conèixer-ne la causa, en definitiva, d'allò que som- fa que el subjecte pugui reconèixer el passat com a font de determinació. Som, al límit, una causa d'un efecte que hem de fabricar.
Berna Dedéu. Pròleg de "Violència", d'Slavoj Zizek (Empúries, 2009)
Berna Dedéu. Pròleg de "Violència", d'Slavoj Zizek (Empúries, 2009)
divendres, 12 de febrer del 2010
dimecres, 10 de febrer del 2010
Maniobra de evasión
La ciencia ficción, que no falla, oye!
El Sr. Redel, de Impedimenta, acaba de rescatar Magnitud imaginaria, de Stanislaw Lem, en una edición pequeñita y bonitísima, de aquellas que ya sólo con levantar la sobrecubierta, te encuentras una maravilla como la ilustración de arriba, de Albertus Seba (fetos de bichos que no llegaron a ser: qué bien elegida!), escondida.
Todo eso, antes de abrir el libro.
Dentro, prólogos falsos. Como dice el autor en el prólogo de los prólogos: introducciones a la nada. A esa nada, de la que hablábamos con Jaume y Héctor el otro día, que hay que estar preparado para mirar de frente, si no, te hostia bien hostiado y te deja turulato.
Yo creo que no tiraba de ciencia ficción desde mis años mozos, aquellos previos a una vida adulta que así a priori y por desconocida se me aparecía también como un gran "a saber..." y me producía un vértigo muy parecido al que ahora puedo sentir pensando en esa nada o todo absolutos.
Y funciona, decía, la ciencia ficción. Vaya si funciona. Qué gran tarde pasé ayer preparándome para lo inexistente y desconocido. Qué gusto.
dissabte, 6 de febrer del 2010
Como siempre, me encuentro en esa situación de creer entenderlo todo, poder coger distancia mental, relativizar y hasta encontrarle sentido lógico a la colleja que me metieron hace unas semanas.
Y mi amigo Óscar, mirándome desde el otro lado de la mesa, con esa cara de escéptico que él sabe poner, me dice: "Sí, sí, Isabel, eso es hasta bonito...".
(Y a mí, el entrecot se me hace bola).
Y mi amigo Óscar, mirándome desde el otro lado de la mesa, con esa cara de escéptico que él sabe poner, me dice: "Sí, sí, Isabel, eso es hasta bonito...".
(Y a mí, el entrecot se me hace bola).
dilluns, 1 de febrer del 2010
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