Con la que está cayendo, una abre el periódico y se encuentra con que todo tiene un tufillo a la inconsciencia de la broma más barata que tira para atrás.
Con la simplicidad y la obviedad de la metáfora que se han gastado algunos en la forma del diario de hoy, lo único que han conseguido es desvirtuar totalmente el fondo. El troquelado puede que remita de una manera muy simplista y literal al recorte -así como simplista y literal de tengo cinco años y ya me dejan usar tijeras que no pinchan-, sí, pero también remite a las banderolas que suelen colgarse de fachada a fachada en las fiestas mayores (o sea, a la fireta), a los cuentos pop-up que hacen las delicias de los niños descubriendo el 3D y hasta a las camisetas de Desigual.
Y si encima, ya dentro, superado el psicodélico grito, te encuentras con noticias como esta, pues ya es global la impresión de tomadura de pelo absoluta, de que nada ha cambiado, de que todo seguirá igual y de que los periódicos seguirán sirviendo a quien siempre han servido.