En palabras nada armónicas, las cosas, tal como están puestas en la Tierra, están mal puestas. Los ciervos procrean a unos kilómetros de donde una manada de felinos comienzan a sentir vacío el estómago, los tiburones se acercan lo suficiente a las focas que juegan dentro del mar y les desgarran esa piel tan dura y lisa, y los autos pasan sobre el cuerpo de un perro despedazado en el carril del periférico. Perros y periféricos en el mismo sitio, eso sí que es una miseria.-Hotel DF. Guillermo Fadanelli.